El Día de la Tierra nos invita a recordar nuestra conexión con la naturaleza y cómo nuestras acciones, incluidos nuestros viajes, tienen un impacto en el planeta.
Tomando esto en cuenta, algunos destinos están apostando por modelos de turismo más sostenibles, responsables y alineados con el entorno. Desde la costa en el territorio mexicano, hasta el Este de Canadá, pasando por el noroeste del Pacífico en Estados Unidos, te contamos sobre tres destinos que no solo ofrecen exploraciones enriquecedoras, sino que nos invitan a recordar que viajar también puede ser un acto de amor por la naturaleza.

Nayarit: un santuario entre la selva y el mar
En la costa del Pacífico mexicano, en Nayarit, la biodiversidad y la cultura conviven de forma armónica. Con más de 300 kilómetros de litoral, selvas exuberantes, pueblos mágicos y una herencia indígena, esta región no desea replicar modelos masivos; al contrario, busca convertirse en el destino más sustentable de México.
La estrategia turística del estado obliga a los desarrollos a contar con políticas sostenibles verificables. Esto incluye el uso responsable de los recursos naturales, beneficios tangibles para las comunidades locales y un enfoque integral que considere el impacto ambiental, social y cultural del turismo. Además, se promueve el ecoturismo como forma de involucrar al visitante directamente con la naturaleza: senderismo, avistamiento de aves, visitas a mercados artesanales o inmersión en rituales ancestrales.
En este contexto, nació Naviva, A Four Seasons Resort, un refugio que encarna este nuevo paradigma. Ubicado en Punta Mita y rodeado por 48 acres de selva virgen, este resort solo para adultos cuenta solo con 15 exclusivas tiendas de lujo, todas con vista al mar y alberca privada. Pero lo más valioso es lo que no se ve: la planificación meticulosa para preservar el entorno: cada bungalow fue colocado a mano para evitar talar árboles, la piedra y madera del terreno se reutilizaron para el mobiliario, y se tomaron medidas específicas para reducir la contaminación lumínica y proteger la fauna local.
Naviva también se abastece parcialmente con energía solar y genera agua potable directamente del aire, mediante tecnología de hidropaneles. Sus sistemas de ventilación natural minimizan el uso de aire acondicionado, y los caminos están hechos de concreto permeable que respeta el ciclo natural del agua. Además, colaboran activamente con artesanos mexicanos para decorar sus espacios con piezas auténticas y sumar valor al patrimonio cultural.

Portland, Oregón: bienestar y sostenibilidad
Portland es sin duda una de las ciudades más verdes de Estados Unidos. Desde finales de los años 70, ha establecido límites al crecimiento urbano para evitar la expansión desmedida y proteger las zonas naturales que la rodean. Hoy, esos esfuerzos se traducen en más de 37 mil hectáreas de áreas verdes, más de 200 parques y jardines dentro de los límites de la ciudad (incluido la maravilla natural de Forest Park, con 2 mil hectáreas) y más de 600 kilómetros de ciclovías que promueven el transporte sustentable.
Esta visión verde también se extiende a la movilidad urbana: con un sistema interconectado de tranvías, trenes, autobuses eléctricos y una sólida infraestructura ciclista, Portland ostenta la tasa más alta de trabajadores que se desplazan en bicicleta entre las grandes ciudades de Estados Unidos.
Por si fuera poco, la ciudad se ha fijado ambiciosas metas para que todo su consumo eléctrico provenga de fuentes renovables en 2035 y que alcance emisiones netas cero para 2050.
En medio de este entorno comprometido, surge Cascada, un hotel que logró fusionar el diseño sustentable con el bienestar integral. Ubicado en el distrito creativo de Alberta Arts, Cascada es un refugio que invita a sanar cuerpo y mente. Su estructura, diseñada en madera maciza y materiales de bajo impacto como concreto ecológico, paneles solares y ventanas triples, fue reconocida con certificación LEED Platinum, uno de los más altos estándares de sostenibilidad a nivel mundial.

Cascada integra elementos de diseño biofílico para promover el bienestar: muros vivos, luz natural abundante y ventilación cruzada. Pero más allá de la arquitectura, aquí podrás adentrarte en circuitos termales, tratamientos personalizados, alimentación basada en ingredientes locales y un ambiente que invita al descanso consciente.
Montreal, Canadá: sustentabilidad que abarca a los habitantes
Si bien Montreal cautiva con su arquitectura europea o su exquisita escena gastronómica (ahora reconocida por Michelin), la capital cultural de Quebec también está construyendo una reputación como modelo de sostenibilidad urbana. A través de su ambiciosa Agenda 2030, Montreal ha definido un plan a diez años para transformar su relación con el medio ambiente y sus ciudadanos.

El enfoque es holístico: reducir emisiones de gases de efecto invernadero, adaptar la ciudad al cambio climático, reducir desigualdades sociales, fomentar la participación ciudadana y abrir espacio a la innovación urbana. En la práctica, esto se traduce en una expansión del transporte público eléctrico, incentivos para construir edificios de bajo impacto, mejoras en los espacios verdes urbanos y proyectos colaborativos con universidades, centros culturales y comunidades locales.
Desde mercados que priorizan productos locales, hasta barrios que fomentan el transporte verde y jardines comunitarios, Montreal comprueba que el turismo también puede ser una ventana al cambio social. Disfrutando de sus carriles bici, paseando por el Monte Royal o moviéndose en su eficiente red de metro y autobuses permite descubrir cómo una gran ciudad puede integrar la sostenibilidad.

Esa misma filosofía se refleja en la visión de hoteles como el Fairmont The Queen Elizabeth, ubicado en el corazón del centro de la ciudad. Además de ofrecer una experiencia que incluye spa, coctelería artesanal y una cocina de alto nivel, este histórico hotel ha sido pionero en adoptar medidas verdes para reducir su impacto ambiental. En colaboración con el grupo Accor, se han asumido compromisos validados por la iniciativa Science Based Targets (SBTi), con el objetivo de disminuir sus emisiones de gases de efecto invernadero y eliminar progresivamente los plásticos de un solo uso.
El hotel también ha lanzado una capacitación para que cada empleado adquiera una comprensión profunda sobre lo que se necesita hacer para proteger el medio ambiente.

Esta formación no solo fortalece el compromiso con la sostenibilidad, sino que empodera al equipo para convertirse en un agente de cambio. Un ejemplo de cómo la hospitalidad también puede, y debe, estar al servicio de un futuro más responsable.
Este Día de la Tierra (y todos los días) tenemos la oportunidad de elegir diferente. De optar por ciudades que apuestan por el futuro, hoteles que respetan el entorno, y experiencias que transformen no solo a quienes viajamos, sino al lugar que nos reciba.
MGR