“¡Viva Lamborghini!”. El grito subió cuando el museo de la compañía volvió a abrir al público. El centro de la atención entre los automóviles exóticos en la exhibición era un coche deportivo de poca altura que este año celebra su 50 aniversario, el Miura.
Tal vez solo mide 1.09 metros de altura, pero el coche es mucho más grande que la suma de sus partes. A menudo lo describen como el más hermoso del mundo, se construyeron menos de 800 entre 1966 y 1973. Un modelo decente en la actualidad tiene un precio de, por lo menos, 1 millón de libras.
Muchos expertos consideran al Miura como el primer “supercoche”, gracias a su apariencia sorprendente y manejo superior. También fue el coche más veloz que se produjo en esa época, capaz de alcanzar 273 kilómetros por hora, nada mal para una compañía que comenzó en 1948 fabricando tractores.
Tan exitosa fue la empresa de maquinaria agrícola que Ferruccio Lamborghini se diversificó a los autos deportivos en 1963, comenzó con el 350 GT antes de producir el innovador Miura.
Un museo sencillo abrió en 2001 en la fábrica de Lamborghini en Sant’Agata, a 24 kilómetros al noroeste de Bolonia, pero para marcar el aniversario del Miura se reformó para atraer a un público más joven. Las imágenes generadas por computadora, un tour de audio y una estruendosa banda sonora de motores de automóviles deportivos se combinan para que la historia de Lamborghini cobre vida.
Se convierte en una alternativa para desviarse de las iglesias y los castillos que comprenden la dieta turística habitual en Italia, pero está muy lejos de ser única. Esta parte de Emilia-Romagna es tan rica en historia automotriz que los jefes de turismo la bautizaron como “El valle de los motores”.
El museo de Ducati y los dos museos de Ferrari se encuentran muy cerca, y varias colecciones de propiedad privada también están abiertas al público.
El 350 GT fue la plataforma para Lamborghini, así que es apropiado que sea el primer automóvil que vi en el museo. Mientras camino por un túnel oscuro hacia el coupé de color rojo, una larga hilera de pantallas muestran un video de un tranquilo camino rural.
El sonido del canto de los pájaros se rompe de repente cuando el superdeportivo de la gama más alta de la compañía en la actualidad, el Aventador, recorre la pista a gran velocidad, y me guía al museo.
“Quiero mostrar cómo Lamborghini va hacia adelante pero se mantiene conectado al pasado”, dice Antonio Ghini, diseñador del museo. “Antes de la remodelación, esto no era un museo. No contaba la historia. Cuando era joven y vivía en Bolonia, las personas ricas tenían Ferraris. Entonces, el 350 y el Miura coupé llegaron y todo el mundo vendió sus Ferraris para comprar un Lamborghini. Estos son coches especiales”.
Aunque Lamborghini es famoso por sus hermosas máquinas como “Countach”, “Murciélago” y “Diablo”, todas en exhibición en el museo, algunas veces los diseñadores cometen grandes errores.
El LM002 se lanzó en 1986, y el museo afirma que es la SUV (vehículo utilitario deportivo) original. Impulsada por un motor V12 de 5.2 litros, este horrible monstruo recibió el apodo de “Rambo Lambo”. Afortunadamente, la mayoría terminó recorriendo las dunas en los desiertos del Medio Oriente.
Otro modelo curioso es “Espada”, un gran turismo que se lanzó en 1968. Lo diseñó Marcello Gandini de la casa de diseño Bertone, que fue la columna vertebral de la compañía durante 10 años, incluso cuando su perfil alargado le da la apariencia de una carroza fúnebre de baja altura.
Si bien la mayoría de los entusiastas vienen a Sant’Agata a maravillarse con el reluciente trabajo de metal, una exposición en una esquina del museo presenta una perspectiva diferente. Contiene alrededor de una docena de modelos prototipo de madera a una escala 1:12. Antes de la era de la informática, los diseñadores tallaban estos modelos en las primeras etapas de la creación de un prototipo; es difícil no pasar la mano en las formas suaves y variadas.
Sin embargo, como corresponde, el Miura se roba el espectáculo. Hay dos en exhibición aquí en el museo, un coupé como el que aparece en las primeras escenas de la película Faena a la Italiana (The Italian Job, 1969), que surge a través de los Alpes con la banda sonora de Matt Monro, y una poco frecuente versión convertible, que se construyó como coche prototipo para el Festival del Automóvil de Bruselas de 1968.
Pero los completistas tendrán que continuar su visita con un viaje al Museo Ferruccio Lamborghini, un museo independiente que se inauguró en 2014, a pocos minutos de camino. Allí encontrarán exposiciones dedicadas a la vida del fundador, incluyendo superdeportivos, aunque no tan numerosos, como el Miura que conducía, pero también podrán ver el pequeño tractor color naranja que inició todo.