Residentes del sur de Tamaulipas erogan miles de pesos en adornos por la temporada de Halloween, convirtiéndose ya en una tradición previo al día en que los niños se disfrazan para pedir “dulce o truco”.
En muchas de las viviendas de Tampico y Ciudad Madero, se han esmerado con toda clase de temáticas, desde películas como Chucky, Freddy Krueger, Jason, Stranger Things, hasta fantasmas, hombres lobo, brujas, calaveras, vampiros y tumbas en sus propios patios, con piezas y personajes de terror cuyo costo llega a superar los 10 mil pesos y en conjunto la cifra se eleva.
Una de las casas que más ha llamado la atención es la ubicada en la calle 12 número 111 del sector Pinos en Ciudad Madero, en donde tan solo pasar de noche, logra poner “los pelos de punta” a cualquiera por la gran cantidad de monstruos que se encuentran en el acceso principal, con luces y lamentos que se pueden escuchar a varias casas a la redonda.
Jeremy Gutiérrez, propietario de esta auténtica casa de miedo, explicó que es una tradición de su familia desde hace muchos años, cuando era apenas una niña y su madre adornaba la casa para que pasaran los niños a pedir Halloween.

Ahora que ha formado su propio hogar, en conjunto con su esposo decidió hacer algo inigualable; traer piezas desde el extranjero con tamaños que superan los 12 pies para conseguir sorprender a las familias, situación que ya se ha logrado, pues todo el que pasa por este lugar no pierde la oportunidad para tomarse la fotografía del recuerdo.
“Se emociona más los adultos que los niños, los pequeños de plano no quieren entrar porque les da mucho miedo, pero como quiera se quieren quedar a ver sorprendidos de todas las bestias que tenemos en nuestro patio, son de sensores, hacen movimientos, abren y cierran los ojos, gritan, parecen tener vida propia, estamos muy contentos por el impacto que ha tenido nuestra decoración”.
Algo paranormal ocurrió desde que comenzaron a traer las piezas desde Estados Unidos, debido a que misteriosamente se descomponían las unidades al momento de que trasladaban, finalmente llegaron a su actual morada para delito de todos.
EAS