Se hablaba de las elecciones en San Pedro de las Colonias, donde ya les andaba por cambiar de mandos municipales.
Igual y los que iban de salida, andaban con la rateadera porque ya se iban.
Ya funcionaba la oficina de conciliación en Torreón y el labriego, Martín O., se presentó a denunciar que fue despedido de forma injusta de la Quinta Carolina, donde además, no se le realizó el pago de sus salarios.[OBJECT]
En otras noticias, el ayuntamiento de Torreón anunciaba que ya tenía expropiados unos terrenitos ahí por el Cerro de la Cruz, que se iban a convertir en un nuevo panteón.
Al aumentar en número de vivos, también se incrementa el de muertos.
Como es costumbre, los borrachos daban nota. El cantinero de la "Chihuahua" le cobró a un borracho antes de que se pusiera peor, pero el briago le pagó con una puñalada trapera. El pobre dependiente fue a dar al hospital.
En Ramón Corona y Juárez hizo corto la caja de conexión del tranvía, así que todos los pasajeros salieron no corriendo, sino volando del vehículo y por fortuna, nada más resultaron daños materiales.
Aunque los austriacos ya andaban más para allá que para acá con la guerra y habían hecho el desesperado llamado a los países enemigos para concertar la paz, los occidentales más bien se hacían del rogar.
Los gringos, en voz del secretario Lansing y según esto, bajo autorización del presidente Wilson, de plano dijeron que ellos "ni maiz" que iban a andar aceptando esas platicuchas, porque se contraponían a los deseos de ciertos términos, que luego serían negociados a conveniencia yanqui.
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Y aunque los alemanes no habían dicho ni pío, bueno, un pío oficial, los socialistas sí decían que ya no se podía sostener la situación. Y era verdad que ya no se podía.
En la sección editorial, se hablaba sobre el analfabetismo en México y cómo sería posible la redención del obrero y el campesino, a través de las letras.
Aún ahora, la redención ha sido labor casi imposible, porque lo que nos hace falta es ponernos a leer, porque si sabemos, pero no es costumbre.
JFR