La colección prêt-à-porter que presentó Salvatore Ferragamo el fin de semana en Milán causó polémica no sólo por el uso exacerbado de colores, sino por la escultura que adornaba el lugar.
Obra del famoso artista italiano Maurizio Cattelan, la fálica obra de arte representa una mano con el dedo medio levantado y ha dado mucho que hablar en la capital financiera de Italia.
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A pesar de que instaló su pasarela junto a la escultura, la marca no hizo referencia alguna a la obra de arte, que lleva el nombre L.O.V.E.
La colección fue finalmente menos iconoclasta que la controvertida estatua, que por su ubicación frente a la Bolsa de Milán algunos interpretan como un desafío al capitalismo.
Según el diseñador de Ferragamo, Fulvio Rigoni, la colección buscó "tomar distintas piezas de distintas clientas VIP del siglo pasado que se vestían con Salvatore Ferragamo y hacer una mezcla".
El desfile al aire libre con decoración de césped y pasarela de vidrio presentó modelos con abundancia de coloridos estampados, efectos de transparencia y faldas de satén.
RL