Al iniciar una dieta, lo primero a lo que te piden decir adiós es a los refrescos, carbohidratos y bebidas alcohólicas, pero ¿qué tanto ayuda?
De acuerdo a una publicación en el Current Obesity Reports sobre Vida Activa Saludable y Obesidad, del Instituto de Investigación Eastern Ontario en Ottawa, resultó que “no se asoció” a la bebida con el peso.
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Tras la aplicación de los métodos y el análisis de los estudios transversales entre el consumo de alcohol y el índice de masa corporal, el hallazgo más común fue que, en promedio, la ingestión de bebidas alcohólicas en los hombres “no se asoció” con el peso, mientras que en las mujeres tampoco afectó su peso o, de hecho, se asoció con un peso inferior que el de las no bebedoras.
La mayoría de este tipo de estudios mostraron que “el consumo frecuente de alcohol de leve a moderado” (dos tragos al día para los hombres y uno para las mujeres), “no parece estar asociado con el riesgo de ser obeso”.
La conclusión de los estudios más recientes de ese tipo es que, aunque los bebedores intensos están en riesgo de subir de peso, “el consumo de alcohol de leve a moderado no se asocia con aumento de peso ni cambios en la circunferencia de la cintura”.
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Asimismo, no se encontraron diferencias en las calorías de los vinos blanco y tinto, por lo que sólo es cuestión de moderar los consumos.
AG