Hace más de dos años entrevisté por primera vez a Rodrigo de la Peña. En aquel entonces conocí a un reconocido y experimentado arquitecto que trabaja duro cada momento del día, así como a un viajero implacable lleno de inspiración.
En esta ocasión nos reunió de nuevo una edición especial en la que es nombrado Arquitecto del Año, y no sólo me reencuentro con las mismas cualidades, sino también con un profesional que ha traspasado las barreras locales, para posicionar en un lugar privilegiado a nivel nacional a su despacho rdlp arquitectos.
Sólo en 2016 se hizo acreedor de diversos reconocimientos, como la medalla de plata en la XIV Bienal Nacional de Arquitectura de México, gracias a la Torre San Pedro en la categoría de usos mixtos; en los American Architecture Prize, en Nueva York, obtuvo dos medallas de bronce por Hotel Cacao y por la Torre San Pedro, así como una mención honorífica por el proyecto Mediterráneo. Mientras que en los Central & South America Property Awards Architecture, en Reino Unido, ganó el reconocimiento de Mejor Oficina de Arquitectura en México por Torre San Pedro, y el premio Highly Commended Hotel Architecture Mexico por el Hotel Cacao.
Con proyectos a lo largo de toda la República Mexicana, de norte a sur, pasando por Baja California, Jalisco, Sonora, Nuevo León y Quintana Roo, estamos convencidos de que es digno merecedor del título gracias a la calidad de sus diseños, y por crear espacios sustentables que contribuyen al desarrollo de la ciudad.
Egresado de la Universidad de Monterrey, y con una maestría en Vivienda y Urbanismo en la Architectural Association School of Architecture de Londres, a la fecha se ha especializado en arquitectura vertical ya que encontró una forma de institucionalizar la profesión y porque, como lo hemos visto, es una tendencia global. En temas de sustentabilidad, siempre busca buena orientación; altura para disipar el calor; generación de volados para generar sombras en los edificios, e implementación de áreas verdes y sistemas de control de iluminación.
En sus palabras, después de casi 30 años de experiencia, su trabajo ha evolucionado a un sentido más humano; ahora se preocupa más por hacer una arquitectura sustentable que fomente la convivencia entre el ciudadano y sus ciudades. Esto lo ha logrado con proyectos en zonas céntricas que generen conectividad, que sean más incluyentes y que no tengan fronteras. Por el contrario, busca que el peatón sea parte de un edificio que se salga de sus límites hacia una mejor calidad de urbe. "Creamos espacios más correctos, que no sean meramente un objeto más en la ciudad, sino que se interactúe más con ella", señala.
Lo que viene, es seguir trabajando en pro de la ciudad; hacer crecer aún más el despacho, y buscar proyectos más complejos, como un aeropuerto o un hospital, o algo que haga de México un lugar mejor.