En un rincón dulce de Torreón, donde la imaginación se viste de betún y el azúcar moldea sueños, Aranza Rosas Velasco, mejor conocida como Zazu, da vida a pasteles que cuentan historias.
A sus 22 años, esta joven repostera ha encontrado en la fusión del arte y la gastronomía su forma de expresión, transformando cada pedido en una experiencia visual y sensorial inolvidable.
El amor por la repostería fue un legado materno que se arraigó en su infancia. Entre moldes y cucharas medidoras, Zazu descubrió que la cocina dulce tenía un desafío mayor que la salada: la precisión. Y en ese reto encontró su pasión. Su formación en gastronomía solo reforzó su fascinación por la repostería, convirtiéndola en su lienzo favorito, donde la harina y el azúcar se combinan con paciencia y creatividad.
Pasteles que cuentan historias
Pero Zazu no se conforma con simples postres; su propósito es darles alma. Cada pastel que sale de Bitter Rabbit Repostería es una obra de arte efímera, un espectáculo visual que, antes de desvanecerse en el paladar, despierta emociones. "Un pastel puede contar una historia completa, ser tan personal como el gusto del comensal", dice con orgullo. Su filosofía es clara: crear momentos que se queden en el corazón tanto como en el estómago.
Creaciones sin límites
El límite no existe en su taller. Desde tiernos perritos de fondant hasta estructuras complejas en 3D, Zazu acepta cualquier desafío que su imaginación y habilidades puedan materializar. Sus creaciones han incluido pasteles esculpidos y figuras que parecen salidas de una película animada. Para ella, la repostería no es solo sabor, es la posibilidad de convertir en comestible cualquier concepto.
Un reto de cinco pisos
Uno de sus mayores retos fue un pastel de cinco pisos con temática de Sanrio, donde Hello Kitty y sus amigos cobraban vida en un carnaval de azúcar. "Tenía un carrusel, una montaña rusa y una rueda de la fortuna funcional", relata. La complejidad del diseño, los detalles en cada personaje y la interactividad de los elementos hicieron de esta creación una de sus más ambiciosas, consolidando su talento como una de las grandes promesas en el mundo de la repostería artística.
Inspiración en la fantasía
El nombre de su negocio, Bitter Rabbit Repostería, es un homenaje a su anime favorito, Black Butler. Inspirada en una marca ficticia de la serie, Zazu adoptó la esencia de su estética elegante y distintiva, donde los sabores cuentan historias a través de la simbología animal. En su universo dulce, cada creación tiene un alma propia, capaz de transmitir emociones a través de su diseño y gusto.
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