Un emotivo reencuentro con su madre y abuela tuvo un tamaulipeco que fue repatriado de Texas, Estados Unidos, en días pasados, luego de vivir momentos de tensión y miedo en aquel país.
Alexis Vázquez es un joven de Matamoros que se encontraba radicando en San Benito Texas, donde trabajaba de mesero en un restaurante. Regresó después de casi tres años de ir en pos del sueño americano.
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“¡Ay mi niño hermoso!”, le dijo su progenitora al verlo llegar, para luego fundirse en un conmovedor abrazo, cuyo video circula en Facebook. Tras ser recibido también por su abuela, les comenta que todo fue muy rápido y “se portaron buena onda”.
“Me mandaron muy rápido para acá, ¡de hecho salió algo bueno de ahí!”, comenta emocionado el muchacho, en alusión al gusto de ver a sus seres queridos. Se dice feliz de ver a su mamá, y que pudo visitar la tumba de un amigo entrañable.
“Con la frente en alto y siempre pa’ delante”, expresa en otra publicación en redes sociales el tamaulipeco, después de ser repatriado por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
Antes de llegar a su hogar en un pueblo llamado “Ramírez Control” de Matamoros, el joven avisó que ya se encontraba en suelo mexicano y no había sido lastimado por los agentes estadunidenses.
“Estamos bien, estamos bien, ya estamos aquí en México, ya nos dejaron salir, todo fue rápido, no se portaron mal ni nada”, mencionó en un video del 9 de junio donde se muestra tranquilo.
“De hecho dudaron de que yo era mexicano, no me querían ni tocar, pero bueno, yo quise hacer las cosas rápido y dije pues vámonos ya de una vez y aquí estamos”, comentó.
En una transmisión en vivo confesó, “sí está dura la situación, si tienen familiares que viven en Estados Unidos, díganles que tengan cuidado, ya no se puede vivir en paz allá, sabíamos el riesgo que corríamos al estar ilegales”.
El joven de 22 años dice que ya consiguió empleo, pues fue contratado por otro restaurante en Matamoros e invita a la gente a visitar su nuevo trabajo y conocerlo.
Reconoce que pasó miedo y momentos de tensión, y “ya no se vivía a gusto”, pues los agentes del ICE llegan como cualquier persona y de repente toman fotos e investigan.
“De hecho uno de los que me atrapó iba a comer al restaurante, hacen como que inteligencia, y después caen”. Cuenta que pudo hacerse pasar por cliente, pero corrió y todo sucedió muy rápido.
Refiere que fue deportado junto a siete más, entre ellos la dueña del restaurante donde trabajaba; el que tenía más pinta de mexicano, fue maltratado verbalmente.
“A mí no me trataron mal pero las esposas sí calan demasiado, se me quedó marcado, duele. A los que firmamos salida voluntaria nos pasaron por Matamoros, los otros se quedaron a pelear su caso y van a estar encerrados hasta que vean a un juez y les diga qué va a pasar”.
Le gustaría poner una tienda de ropa, pero por lo pronto seguirá de mesero. Esperará a que termine el gobierno de Donald Trump y buscará regresar a Estados Unidos, pero de manera legal.
Afirma que saldrá adelante, “así sea en México o en China”. “Dios bendiga a todos los que están en Estados Unidos y que se cuiden mucho”, concluyó.
brr
