La defensa de los derechos humanos es el principal reto que tienen tanto la casa del migrante, como su representante, el Padre Pedro Pantoja, quien aseguró que se enfrentan diversas problemáticas para poder atender a los migrantes que llegan, la situación económica es la que más pesa.
Expuso que la situación económica de la casa del migrante es muy difícil, pues enfrentan deudas "muy grandes" al no contar con la solvencia que se requiere para las cuestiones materiales, por lo que se necesita del apoyo de la gente.
"En el caso de Coahuila tenemos la migración internacional, migración foránea, migración forzada, como el regreso de los repatriados connacionales, también necesitamos la cobertura legislativa, jurídica, política de todas las instituciones públicas", señaló.[OBJECT]
Indicó que su trabajo como representante de las casas de migrantes del norte del país consiste en buscar que se incluyan temas para la protección de los derechos humanos en el plan de desarrollo nacional, en la incidencia trasversal de todas las Secretarías del país y en la cuestión de migración, desarrollo y derechos humanos del Estado.
"Represento el rostro de los derechos humanos de los migrantes en el consejo ciudadano, en nombre de todas las casas de migrantes, ante el Instituto Nacional de Migración y Gobernación, eso es parte de mi trabajo", subrayó.
Con esta representación busca atraer todos los beneficios que económicamente podrían ayudarles a enfrentar las problemáticas concretas de migrantes que llegan a las casas enfrentando mutilaciones o enfermedades.
Asimismo expuso que la casa también necesita mantenimiento, remodelación y acondicionamiento, "todo es un problema muy serio para nosotros y no se cuenta con los recursos económicos para afrontarlo".
En este mismo sentido, estimó que la sustentabilidad alimenticia tiene un costo aproximado de 2 millones de pesos mensuales, los cuales logran solventar gracias al apoyo de la comunidad, de asociaciones civiles, jóvenes universitarias, grupos religiosos, que proveen de los insumos para dar de comer a las personas migrantes, una labor muy importante para lograr uno de los tantos objetivos de la casa.
"Es imposible que lleguen a nuestra casa 300 migrantes forzados y darles de comer, fue después de los primeros 7 años que logramos colocar en medio de la sociedad la misión y la problemática de esta migración forzada", dijo Pantoja.
Agregó que también se debe solventar otras necesidades "que parecen pequeñas" pero que son de suma importancia como la vestimenta, el calzado, las cobijas, las instalaciones y los servicios primarios como la electricidad, el agua y el drenaje.
Una de sus mayores preocupaciones son las necesidades económicas del personal profesional con el que cuenta la casa del migrante, pues cuenta con un equipo de sociólogos, psicólogos, abogados y trabajadores sociales.
Agregó que su angustia y su trabajo diario es estar propiciando y promoviendo la presencia, profesionalidad y aplicación de proyectos ante organismos internacionales como la ONU, Amnistía internacional, Human Rights Watch, entre otras, que otorguen los subsidios para el sustento de este personal profesional o del proyecto social.
Pese a todas las carencias, destacó que la casa del migrante es un espacio alternativo donde no solo se brinda protección, sino que cubre todas las vertientes de necesidades de la población migrante.[OBJECT]
Ello hace que los migrantes prefieran llegar hasta Saltillo, aún cuando su estado de salud sea critico, pues buscan ser atendidos por los voluntarios de esta ciudad, "si no existiera Saltillo se nos mueren o desaparecen los migrantes".
Aseguró que la diferencia se hace al 'entrarle' al tema de la defensa de sus derechos, asimismo indicó que es Saltillo el último reducto y refugio de todos aquellos migrantes que fueron lastimados en su recorrido por el territorio mexicano.
Finalmente comentó que el flujo migratorio se ha vuelto muy lento pues para llegar a la casa del migrante en Saltillo, antes un migrante tardaba 15 días o un mes, ahora puede tardar hasta 5 meses.