Después de siete años de una búsqueda incansable, la esperanza y el dolor se encontraron en el corazón de una madre buscadora de Gómez Palacio, quien finalmente confirmó el hallazgo de los restos de su hijo desaparecido, Julio de Jesús Morales Carrillo.
Gracias al trabajo del colectivo Madres Buscadoras de Durango y a la colaboración de la Fiscalía General del Estado de Durango (FGED), se logró identificar los restos del joven, quien tenía 23 años al momento de su desaparición y fue visto por última vez el 13 de junio de 2018 en el llamado Corazón Industrial de La Laguna.
 
	Para Paty Carrillo fueron 2 mil 600 días de angustia, búsqueda y esperanza, un peregrinar que inició desde la mañana siguiente a la desaparición de su hijo.
Hoy, aunque el dolor no desaparece, dice tener un consuelo, ya tiene a quién llorarle y rezarle, que era lo que tanto pedía a Dios.
El colectivo informó que la identificación fue posible gracias a una muestra de ADN, luego de que toda la familia aportara su información genética. Con ello, se puso fin a una espera que se prolongó por más de siete años.
Aunque la señora Paty evitó dar más declaraciones, agradeció el apoyo recibido por parte de las autoridades y de los gobiernos estatal y municipal, que la ayudaron con los gastos funerarios y el ataúd para poder darle una cristiana sepultura a su hijo.
El caso de Julio de Jesús Morales Carrillo representa un rayo de cierre dentro de una lucha marcada por la incertidumbre y la esperanza, y se convierte también en un símbolo de fuerza para cientos de familias duranguenses que aún buscan a sus seres queridos.
“Casos como este nos dan fuerza para seguir”, expresaron integrantes de Madres Buscadoras de Durango, quienes reiteraron su llamado a las autoridades para continuar con los esfuerzos de localización e identificación de personas desaparecidas.
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