Los olores, sabores y tradiciones se mezclan como cada año en los pasillos del área de fondas del mercado Donato Guerra de Lerdo, debido a la diversidad de platillos de Cuaresma que hacen cautivo a cualquiera que pasa por ahí con un pescado empanizado, unas tortas de camarón bañadas en pipián o una colorida capirotada como postre o si lo prefiere unas torrejas con miel de maguey.
Todo se prepara en “caliente”, es decir, desde la mañana, no hay nada previo, ni cocido con anticipación, pues perdería su frescura y atractivo por el cual decenas de comensales comienzan a desfilar desde mediodía para comer ahí con la sana distancia que permite el protocolo sanitario o bien para llevar estos manjares a la casa donde esperan con ansias.
Margarita Estupiñan Martínez y Martín Castillo Paredes, tesorera y secretario general respectivamente del mercado municipal, exponen que a diferencia de hace un año ahora las condiciones obviamente no son las mismas, toda vez que el flujo de personas que concurren al mercado no son las mismas por la pandemia del covid-19, pues las medidas de control aplicadas por las autoridades para mantener control a la baja sobre los contagios hacen que la gente se mantenga en casa y no quiera arriesgarse.
Y es que están conscientes que pese a estar ahora en semáforo epidemiológico en amarillo, no se puede cantar victoria y la gente lo sabe, de ahí que el aforo de personas que acuden al mercado local son menos que las del año pasado a esta misma fecha, pues luego del 18 de marzo del 2020 que decretaron la Jornada Nacional de Sana Distancia la gente, sobre todo la de mayor edad, opta por cuidarse más y todavía cuando en casa hay personas adultas mayores que pueden ser los padres o los abuelos.
Los voceros explicaron que siempre esperan un repunte de sus ventas para esta temporada, donde la gente sí acude al mercado a comprar sus víveres del día a día y estando aquí se les antoja las migas, el pipián, las torrejas y las exponen a la vista del público para que pueda verlas y consumirlas con una porción personal o de la familia completa.
Aunque admite que las bajas ventas proviene desde el año pasado a mitad de la Cuaresma, ahora sí se observa todavía menor el flujo de personas, pues al tener tempor prefiere u opta por mantenerse encerrado y encargar acaso algo a sus allegados, seres queridos o vecinos.
“Si bajo, si bajo y mucho. No fue como en otros años anteriores y esperamos que esto vaya repuntando poco a poco”, dijo del dirigente.
A pregunta expresa, manifestó que en el corredor o área de alimentos lo que van adquiere la gente son las migas, seguido por el pipián y las torrejas, mientras que la gente que concurre a comer acá directamente hay una infinidad de platillos como nopalitos con carne con chile rojo, pescado frito o caldo de camarón o de pescado, ya que llegan se sientan y comen.
Explicó que en ello se ofrecen en todas las fondas precios accesible, a fin de que toda le gente que tenga el gusto por la comida de cuaresma pueda venir a deleitarse con las comidas que se venden.
Citó que el platillo cuesta 60 pesos y en tanto si es antojo y quiere probar, se le sirve un cuartito de 30 pesos con el guiso que prefiera o incluso postre como la capirotada y de ahí puede pedir un poco más, ya sea 40 o 50 pesos.
“Un platillo armado puede ser nopalitos con chile colorado, sopa de arroz o le puede combinar con la lenteja o el camarón, tortas de camarón, pues si bien se ve poca gente, al menos se mira que repuntó algo a la venta respecto a los meses anteriores donde el encierro o confinamiento les impactó mucho como comerciantes”, dijo.
Hizo ver que la comida de cuaresma sólo se hace los viernes y la gente debe de preferencia que haga sus pedidos con tiempo debido a que se acaba debido a que en su mayoria esta hecha con las tradiciones de siempre.
EGO
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