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Ladrilleros de San Pedro, Coahuila, trabajan a duras penas bajo el intenso sol

Comentan los ladrilleros que a ellos no les queda de otra, ya que por generaciones sus familias se han dedicado a esta actividad que representa su sustento diario.

El sol es intenso en la Comarca Lagunera, la temperatura marca más de cuarenta grados, pero la producción no puede parar en los obradores llenos de ladrillo crudo.

Es el trabajo diario de los ladrilleros de San Pedro, Coahuila, y hay un lugar donde este trabajo representa una gran parte de las fuentes de empleo para la población, el ejido Mayran, que se ubica en la parte baja del municipio Sampetrino.

Hay otros sectores donde también se produce, en la periferia de la misma ciudad y ejidos como San Miguel, Frontera, entre otros, pero donde se dice, es el lugar más adecuado por su arcilla, es en el ejido Mayran.

Cuando hay quema para sacar la producción, los obradores, como se les llama a las enormes chimeneas, se prenden desde temprana hora.

Es ahí, donde estos trabajadores ponen a prueba su resistencia física, ya que en esta temporada de calor, tienen que trabajar bajo el quemante sol y sin ninguna protección, ya que las ladrilleras están al aire libre y sin ninguna sombra.

La lumbre sale por las chimeneas, las cuales se tienen que atizar con neumáticos, ramas y otros materiales que también son dañinos para la salud.

Comentan que a ellos no les queda de otra, ya que por generaciones sus familias se han dedicado a esta actividad que representa su sustento diario.
La arcilla es la principal materia prima, y en los terrenos del ejido Mayran es donde está la mejor tierra para producir ladrillo.| Cortesía

Comenta Andrés, del ejido Mayran, que él solo se dedica a la quema del ladrillo, para ese proceso es contratado por los dueños de los obradores y/o cocedores. Señala que es el trabajo que pocos quieren realizar, ya que aunque haga demasiado calor o el sol esté a plomo, tienes que estar a un lado de la chimenea, atizando para que el fuego no se apague.

El proceso


La producción de ladrillo es un trabajo muy pero muy pesado. Comentan los mismos ladrilleros, que a ellos no les queda de otra, ya que por generaciones sus familias se han dedicado a esta actividad que representa su sustento diario.

La arcilla es la principal materia prima, y como se mencionó anteriormente, en los terrenos del ejido Mayran es donde está la mejor tierra para producir ladrillo.

Ahí inicia el proceso, con el acumulamiento de tierra para luego batirla, hasta que queda convertida en lodo. De ahí va directo a los moldes hechos de madera, los cuales están pesados. Para batir el lodo y para cargar el molde, hay que tener gran condición física.

Luego, cuando ya los ladrillos crudos son suficientes, hay que ponerlos a secar y de ahí sigue la quema del ladrillo que se hace en los obradores o cocedores que están hechos de adobe para que resistan el calor.

Ya bien cocidos, el producto terminado sale para la comercialización, que también hay que tener suerte para poder vender, porque hay ocasiones en que se batalla y el producto se va acumulando hasta que se tiene que vender a menor precio del fijado.

"Aquí, en medio del intenso calor que hace y el que procesan las chimeneas ardiendo, fácil te puedes deshidratar, hay que tomar agua a cada rato y refrescarse, esto es un trabajo duro, pero lo tenemos que hacer para llevar algo de dinero a la casa" dice Andrés.

Las enfermedades


Mencionan los ladrilleros más longevos, que en su juventud, se les hacía fácil el trabajo, aunque fuera duro, porque había fuerza física, aún había la bendita juventud, pero con el tiempo y si se mantienen realizando por años este trabajo, aparecen las enfermedades.

Las más comunes, son las llamas, reumas, la artritis por los cambios de temperatura que soportan y lo más grave, los dolores de espalda y de columna, donde hay quienes han terminado en silla de ruedas.

Comentan que a ellos no les queda de otra, ya que por generaciones sus familias se han dedicado a esta actividad que representa su sustento diario.
La artritis es un padecimiento común por los cambios de temperatura.| Cortesía

"El sol pega a plomo, no te puedes escapar del astro rey, para nosotros es el reloj checador para ver cuánto nos falta para terminar nuestra jornada, diría, aunque al terminarla, acabamos insolados y a veces con el riesgo de un golpe de calor", indican algunos ladrilleros.

La comercialización

El proceso de comercialización no ha cambiado mucho, por décadas cada dueño de cada ladrillera, sale a buscar clientes, por lo regular buscan en la ciudad Sampetrina, cargan sus camiones ya muy deteriorados y llevan el producto a un punto de venta donde permanecen estacionados hasta que encuentran comprador.

El costo del ladrillo ha subido, oscila entre 3 y 4 pesos por pieza, dependiendo la temporada, ya que hay meses en que la demanda aumenta y la construcción es más en el municipio o en otras partes de la región.

Señalan algunos ladrilleros como Juan Hernández, que cada quien fija su precio y por ello en ocasiones se batalla. Considera que si hubiera una asociación, se podría vender a mejor precio y hasta conseguir compradores en otras ciudades y, porque no, exportar el producto al extranjero, pero cada quien se rasca con sus propias uñas, como se dice en el rancho.

Las condiciones de trabajo


Simplemente, son extremas para cada uno de los trabajadores, hay quienes solo se dedican a hacer ladrillos crudos, terminan su jornada y se van , ya después esperan su paga. Ellos pueden aprovechar la mañana o la tarde cuando no hace tanto sol, pero de igual manera, sufren las altas temperaturas.

Los quemadores, como ya se había mencionado, son quienes tienen que soportar las inclemencias del clima. Si hace mucho calor y el sol es quemante, tienen que terminar la jornada cerca del fuego de la chimenea, para cocer el ladrillo.

Comentan que a ellos no les queda de otra, ya que por generaciones sus familias se han dedicado a esta actividad que representa su sustento diario.
El costo del ladrillo ha subido, oscila entre 3 y 4 pesos por pieza, dependiendo la temporada.| Cortesía

En las ladrilleras no hay sombras, en el ejido Mayran se encuentran a las orillas para que el humo que despiden los obradores, no llegue directo a la población. En otros sectores es la misma, no hay condiciones agradables para trabajar, pero tienen que aguantar. Aparte de que se batalla mucho con el agua, no hay la suficiente ni para tomar ni para batir el lodo, y hay que conseguirla.

Es un trabajo muy duro, de hecho, algunos ladrilleros jóvenes mejor han emigrado a ciudades como Ramos Arizpe, a dónde también llegan a trabajar en la producción de ladrillo, pero con condiciones más favorables y con prestaciones, ya que allá las empresas de este giro, están establecidas legalmente.

Otros se fueron a buscar otra suerte, y los que han quedado en el municipio sampetrino, siguen trabajando, produciendo el famoso ladrillo, indispensable para la construcción no solo en el municipio sampetrino, sino en todo el país.

"Ojalá y algún día podamos estar unidos todos los ladrilleros, crear una asociación adecuada, donde se mejoren las condiciones de trabajo y tener una buena comercialización, donde las ganancias sean más y seguras para nuestras familias".


DAED

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Damián Ramírez
  • Damián Ramírez
  • Soy el reportero que cuenta las historias del pueblo para el mundo
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