La presencia del gusano barrenador del ganado, detectado en diversas regiones del país durante los últimos meses, no solo ha generado preocupaciones en el sector agropecuario, sino que también ha comenzado a impactar directamente a cadenas de distribución, restaurantes y consumidores.
La restricción en el movimiento de animales, el aumento de costos y las medidas sanitarias aplicadas para contener al parásito han modificado la oferta y los precios de productos cárnicos, afectando a diferentes partes implicadas en el negocio.
Restaurantes enfrentan alzas y ajustes
Varios establecimientos dedicados a la venta de cortes de carne han tenido que reducir porciones, ajustar precios o modificar sus cartas debido al encarecimiento de los insumos y a la duda sobre la calidad del abasto.
Para conocer cómo esta situación ha afectado directamente a los negocios, MILENIO entrevistó a Eduardo Lalo Ramírez, encargado de la taquería La Esquinita, ubicada en la alcaldía Gustavo A. Madero.
—¿Has notado un aumento reciente en el precio de la carne que utilizas para tus tacos? —
"Sí, bastante, como de 30 a 35 pesos por kilo".
—¿Desde cuándo empezaste a percatarte de esto? —
"Desde diciembre, empezaron a subir poco a poco, y ya por febrero fue cuando se vinieron las subidas más fuertes, que iban de tres a cinco pesos por kilo en una semana".
—¿Sabías que este aumento estaba relacionado con la plaga del gusano barrenador? —
"No, no sabía del gusano, sabía que había poco ganado, pero no sabía por qué".
—¿Cómo te ha afectado el aumento en los costos? ¿Has tenido que subir precios o hacer ajustes en tu negocio? —
"No los hemos subido. Que sí se debería subir, porque es mucho lo que sube por kilo, pero también la situación no está como para subir el precio de los tacos".
—¿Consideras cambiar de proveedor, el tipo de carne o diversificar tu menú? —
"Sí, cambié de proveedor, porque a mí me llevaban la carne a domicilio. Entonces, yo tuve que buscar más precio e ir a los rastros, para no subir el precio de mis tacos. Fue mi opción para que el cliente no lo resienta".
—¿Te ha resultado difícil conseguir ciertos tipos de carne, como de res, cerdo o de algún otro? —
"Sí, la res es la que ahorita está complicada, y los cortes que yo ocupo son los que se dificultan luego un poco".
—¿Los clientes te han comentado si perciben un cambio en la calidad de la carne? —
"No, es la misma calidad".
—¿Otros taqueros que conoces también tienen este problema con el precio y la disponibilidad de la carne? —
"Sí, tengo muchos amigos y familiares taqueros que también se quejan; también es el mismo tema. Ellos sí han subido sus precios, aquí la competencia igual, suben los precios, pero uno busca otras opciones para no subir".
—¿Sabes cuánto han subido sus precios más o menos? —
"La diferencia es de uno a cuatro pesos".
Comerciantes ven caer sus márgenes de ganancia
En mercados, rastros y carnicerías, los comerciantes han reportado dificultades para adquirir carne a precios accesibles, así como una baja en las ventas, debido a que muchos consumidores optan por reducir su consumo o buscar alternativas más económicas.
Para saber cómo viven este contexto desde el punto de venta, MILENIO habló con Virginia Álvarez, dueña de la carnicería Hermanos Galván, ubicada en un rastro de la delegación Azcapotzalco.
—¿Cómo ha impactado la presencia del gusano barrenador en la demanda y el precio de los productos que vendes? —
"Está subiendo la carne. Ahora que dijeron que había el gusano, está subiendo mucho el precio de la carne. A nosotros nos viene quedando como en 250 pesos por kilo, pero aquí se da en 220 pesos, por la demanda, porque todo el mundo sabe que este es el mercado de carne, pues se tiene que dar más bajo el precio para que lo puedan comprar".
— ¿Has notado un cambio en el comportamiento de compra de tus clientes? —
"Sí, ha bajado mucho la venta, porque yo creo que la economía no está como para estar comprando carne. Si una persona compraba con cinco niños un kilo, ahora tiene que comprar medio o tres cuartos, aunque sea para que les den un pedacito. Sí ha bajado mucho, pero es por el incremento del precio".
—¿Qué medidas has tenido que tomar en tu negocio, de logística o de inventario, para adaptarte a la situación? —
"Ahorita vamos a hacer un poco de publicidad, y vamos a ir a repartir volantes aquí en los departamentos o a ver dónde, para ver cómo podemos atraer a la gente, porque la situación está un poco problemática para el mercado".
—¿Qué impacto económico ha tenido esta situación en tus ganancias? —
"En mis ganancias no, como subió la carne, nosotros tuvimos que subir la carne. Un kilo de molida estaba en 200 pesos, tiene uno que darla en 220 pesos, por lo que ha subido, y eso lo damos un poco más barato que una carnicería que te da en 250 pesos el kilo. Nosotros todavía queremos competir para que la gente compre".
La situación no es exclusiva de un solo local. Así como Virginia, otros comerciantes también se han visto afectados.
Gonzalo Calderón, quien atiende su propio puesto llamado Carnes Kenia La Boutique, en ese mismo mercado, habló sobre cómo ha enfrentado estos cambios en su día a día.
— ¿Cómo te ha afectado la presencia del gusano barrenador en la disponibilidad de carne para la venta? —
"Sí, ha escaseado y ha subido de precio. La semana pasada subió, y pues me afecta porque aquí tengo que subirlo al cliente, de menudeo. Y me dicen: 'Oye, ¿pero por qué, si me la estabas dando así?' Pero pues a mí me la suben, yo la tengo que subir. Sí me afecta la venta".
—¿Cuánto ha aumentado más o menos el precio de la carne en los últimos meses? —
"En los últimos tres meses ha aumentado. Como es por kilo, compras una res, comprar el animal completo me aumentó unos mil quinientos a dos mil pesos. Hace 15 o 20 días pagaba... hace un mes pagaba por una res 40 mil; ahorita ya pago 42 o 43 mil pesos".
"Un kilo de molida hace dos meses estaba en 190 pesos y ahorita ya la subí a 200 pesos".
—¿Tus clientes han reaccionado al aumento de precios? —
"Sí, me dicen que hace 15 días que vinieron estaba más barata, y les digo: 'Sí, reina', hasta les enseño la nota de en cuánto la compraba hace tres semanas, antier, ayer... y a mí no me avisan, llego y ya está más cara. ¿La tomas o la dejas? Y pues la tengo que tomar".
—¿Has tenido que cambiar de proveedor? —
"En la de puerco sí, en la de res no".
—¿Has recurrido a estrategias de venta? —
"De hecho, sí. Saqué un bistec comercial con un poco más de grasa y le pongo un letrero de que es bistec taquero o comercial, y les digo que está bueno y todo, pero lleva grasita. Entonces hay gente que no le gusta y gente que sí, pero tuve que hacer eso porque no a todos les alcanza para comprar bistec del especial, del caro".
—¿Qué medidas estás tomando para mantener tus ventas a pesar del aumento de precios? —
"Pues sí, tienes que redoblar esfuerzos, hablarle al cliente, coquetearlo, invitarle una paleta, una galleta... de hecho, sí lo hago. Los domingos compro 200 churros, entonces en la mañana ya saben, y eso es como una manera de atraer al cliente, porque a donde vas a comprar nadie te da nada. Yo llevo ya un rato haciendo eso y sí me ha funcionado. La gente sí vuelve".
Consumidores ajustan hábitos ante aumento
El incremento en el costo de la carne ha tenido un efecto directo en la economía de muchas familias y hogares mexicanos. Como consecuencia, muchos consumidores han reducido la frecuencia con la que compran carne roja o han optado por otras fuentes de proteína más accesibles.
MILENIO conversó con Katia Morales, ama de casa, quien compartió cómo ha tenido que modificar sus hábitos de compra y alimentación.
—¿Has notado un aumento de precio en la carne en el mercado o el supermercado donde compras? —
Aquí no, pero en otros lados sí, en los tianguis. Está como en 250 pesos; en los supermercados está un poquito más barato, pero la carne es como más atrasada. Ahí no me gusta comprar, porque es más atrasada la carne y es muy dura.
—¿Cambiaste la cantidad o el tipo de carne que consumes debido a esto? —
Sí, ya compro menos, porque ya no alcanza.
—¿Sabes algo del gusano barrenador y cómo está afectando al ganado? —
No.
—¿Has dejado de comprar ciertos cortes de carne por el precio? —
Por ejemplo, lo que es la chistorra.
—¿Cómo ha cambiado tu alimentación? —
Pues mucho, porque no me alcanza, realmente. Compras 300 pesos y apenas y te alcanza.
—¿Consideras que se está informando adecuadamente a los consumidores sobre este problema? —
La verdad, yo no sabía lo del gusano.
—¿Esperas que las autoridades hagan algo frente a esta situación?—
Sí, yo digo que sí: campañas de información o algo, para que sepa uno.
MAYE/MO