El toro sale veloz. Hincado, el torero en medio del ruedo lo espera y forma un abanico con el capote cuando el embravecido animal pasa a unos centímetros de su cuerpo, mientras el público desde las gradas exclama, aplaude, grita, y la tambora de la banda celebra cada suerte en este escenario circular…
Es una escena de la fiesta brava que podría no repetirse, situación que en Hidalgo tiene preocupado al sector ganadero.
En la entidad, la crianza de los toros de lidia pende de un hilo, como en muchas partes del país donde la tendencia general es la aprobación de leyes que prohíben la muerte del ejemplar durante las corridas.
Ello ha provocado que los productores enfrenten un futuro incierto, ya que en el Congreso hidalguense se encuentra en análisis una iniciativa para no permitir las corridas.
Patrimonio estatal
La iniciativa que busca prohibir las corridas de toros en Hidalgo terminaría con este patrimonio cultural inmaterial -declarado así en agosto de 2012 en la entidad-, y además enviaría al rastro a 8 mil cabezas de ganado, afectaría a ganaderías y las fuentes de empleo que generan, así como la actividad económica en al menos 10 municipios del estado, advierte la organización Tauromaquia Mexicana Hidalgo, defensora de la fiesta brava.
Además, agrega la agrupación, el proyecto de ley no toma en cuenta el derecho de las comunidades indígenas a ser consultadas respecto de la llamada fiesta brava, lo cual dará paso a futuros amparos contra la reforma en caso de concretarse en el Congreso local.
La entidad se encuentra entre los diez estados del país, de un total de 20, con el mayor número de ganaderías de toros de lidia, con 14 de ellas ubicadas en diez municipios del estado.
De acuerdo con la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia (ANCTL), en 20 estados del país hay 243 ganaderías donde se crían los toros para las corridas taurinas. Los estados con más ganaderías de toros de lidia son:
- Tlaxcala – 39
- Jalisco – 36
- Guanajuato – 30
- Querétaro – 30
- Zacatecas – 17
- Hidalgo – 14
- Estado de México – 12
- San Luis Potosí – 11
- Aguascalientes – 10
- Nuevo León – 10
- Michoacán – 9
- Puebla – 5
- Yucatán – 4
- Coahuila – 4
- Durango – 3
- Tamaulipas – 3
- Campeche – 2
- Ciudad de México – 2
- Baja California Norte – 1
- Veracruz – 1
En tanto, las 14 ganaderías de toros de lidia ubicadas en Hidalgo son: San Judas Tadeo, Torreón de Cañas, Zamarrero, Real Hacienda del Zendo, Maravillas, Las Huertas, Julio Moreno, José Arroyo, Jesús Arroyo, Huichapan, Heriberto Rodríguez, Tequisquiapan de Fernando de la Mora, Cieneguilla y Benito Cortés Blancas.
Estas ganaderías se encuentran en los municipios de Tepeji del Río, Tecozautla y Zempoala con dos; además de Almoloya, Huichapan, Chapantongo, Nopala de Villagrán, Tolcayuca, Zacualtipán y Apan con una.

La decisión en CDMX
El 18 de marzo de 2025, el Congreso de la Ciudad de México aprobó una reforma para regular las corridas de toros, estableciendo la figura del "espectáculo taurino libre de violencia".
La reforma prohíbe el uso de objetos punzantes como banderillas y espadas, la muerte del toro dentro y fuera de la plaza, y limita la duración de cada corrida a un máximo de 30 minutos, con un máximo de 10 minutos por toro. Además, establece que los toros deben ser devueltos vivos a sus ganaderías.
Tras la aprobación de esta reforma, la Plaza de Toros México anunció en junio de 2025 la suspensión de corridas y novilladas bajo esta modalidad, señalando que la nueva regulación elimina elementos tradicionales de la tauromaquia. La medida ha generado reacciones diversas entre grupos taurinos, ganaderos y aficionados.

La iniciativa en Hidalgo
En el estado, la prohibición provocaría pérdidas económicas por 369 millones de pesos al año, luego de que en Hidalgo se celebran 460 festejos taurinos entre corridas, novilladas, becerradas, mojigangas, festivales, tientas públicas y capeas en 40 municipios del estado, afirma Sonia Cristina López, presidenta de Tauromaquia Mexicana Hidalgo, que ha rechazado la iniciativa del diputado local del Verde Ecologista, Avelino Tovar Iglesias, la cual reforma la Ley de Protección y Trato Digno para los Animales y actualmente es analizada en comisiones del Congreso, luego de haber sido presentada el 18 de marzo pasado.
En Hidalgo, agrega Cristina López, existen ocho mil toros de lidia y 12 mil hectáreas destinadas a su crianza, las cuales están en riesgo de desaparecer al prohibir las corridas de toros, con lo cual se perderían alrededor de 8 mil 500 fuentes de empleos directos.

La vocación por la fiesta brava en la entidad sobresale con 60 recintos taurinos, de los cuales destacan dos plazas monumentales para más de 10 mil espectadores cada una. Incluso, están asentados en el estado dos centros de educación taurina registrados ante la Federación Mexicana de Escuelas Taurinas, detalla.
Están en peligro de extinción 14 ganaderías de Hidalgo reconocidas por la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia (ANCTL), aunque el número de estos establecimientos podría ser mayor, pues no todos se encuentran registrados.
La voz de los ganaderos
El cerro se extiende inmenso, como una pradera seca y a veces verde, salpicada de nopales y uñas de gato, donde pastan los toros de lidia. Los pobladores saben que no deben pasar por ahí, pues corren el riesgo de ser embestidos por los bravíos animales.
Julio Uribe, de la ganadería Torreón de Cañas, ubicada en Hacienda de Cuautlatilpan, Almoloya, destaca que son creadores de fuentes de empleo y estima que criar un toro de lidia cuesta alrededor de 50 mil pesos para que alcance los 500 kilogramos.
En tanto, Efraín Martínez Meneses, presidente del comité taurino de Caxuxi, en el municipio de San Salvador, explica que la fiesta brava es una empresa lícita donde muchos sostienen a sus familias; mientras que José Luis Castro Gómez, titular de la ganadería Luis Castro, en Ajacuba, señala que las fiestas patronales no se conciben sin un festejo taurino para celebrar los acontecimientos religiosos y cívicos de los municipios.

Los tres comentan las actividades económicas que pueden desaparecer: vaqueros, caporales, toreros, rejoneadores, sastres, subalternos, mozos de espadas, torileros, monosabios, médicos veterinarios y de plaza.
También empresarios taurinos, vendedores, acomodadores, personal administrativo y de limpieza, bandas de música, seguridad, cuadras de caballos, logística y empresas dedicadas al transporte de toros, sin olvidar por supuesto los aspectos relacionados al comercio y servicios complementarios como venta de alimentos, publicidad y hoteles.

Consulta indígena
Con una trayectoria de 23 años en la fiesta brava, Luis Gallardo Hernández debutó como novillero en 2002 en Pachuquilla, Mineral de la Reforma, y actualmente es director de la Escuela Taurina Hidalguense Jorge Gutiérrez Argüelles.
Expone que existen 60 comunidades indígenas que son taurinas en San Salvador, Ixmiquilpan, Chilcuautla y Tlahuelilpan, cuyos pobladores deben ser consultados sobre la idoneidad de prohibir las corridas de toros, de lo contrario, tienen derecho a impugnar la reforma.
De familia taurina de cuatro generaciones, con la experiencia de torear en la Plaza de Toros México, así como en Ecuador y Perú, además de ser presidente nacional de escuelas taurinas, considera que la fiesta brava ha sido objeto de persecución política y de cuotas partidistas alejadas del bienestar animal.
De acuerdo con el Instituto de Ciencias Agropecuarias (ICAP), de la Universidad Autónoma de Hidalgo (UAEH), el toro de lidia tiene un impacto positivo en el ecosistema, ya que debido a su bravura y territorialidad se le han destinado amplias extensiones de tierra para su coexistencia en libertad, lo que permite la permanencia de otros seres vivos en armonía. Son territorios protegidos de la caza ilegal, tala y cualquier otro tipo de invasión.
Por tanto, abandonar la crianza del toro de lidia tendría un impacto negativo, porque sería condenar a su extinción tales reservas ecológicas, advierte Tonantzin Rivero Castillo, médico veterinaria zootecnista egresada de la UAEH.
Permisos para crianza
De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural del gobierno del estado, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural federal (Sader) regula la crianza de toros de lidia en México, principalmente en aspectos relacionados con la sanidad y bienestar animal, debido a que los toros de lidia, al ser destinados a espectáculos taurinos, están sujetos a normativas específicas.
Los criadores de toros de lidia deben obtener una autorización de funcionamiento de un organismo agrícola de la Sader, lo que confirma —precisa la Secretaría estatal— su rol regulador en esta actividad.
La regulación de los toros de lidia se realiza a través de dos mecanismos: la supervisión de sanidad y bienestar animal, y las inspecciones en las corridas de toros para verificar que se cumpla con la Ley Federal de Sanidad Animal y la NOM-033-SAG-ZOO-2014.
Esto asegura que el manejo y sacrificio de los toros se realicen de manera humanitaria y cumplan con estándares sanitarios, minimizando el sufrimiento de los animales.
En la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural estatal se precisó que estos dos enfoques combinan la supervisión directa de las actividades taurinas y la regulación de quienes producen los toros, asegurando un control integral.
Además, quienes deseen criar toros de lidia necesitan un permiso de Sader y la obligación de obtener una autorización de funcionamiento de un organismo agrícola de la propia dependencia, un requisito legal para operar como criador de estos animales, aunque los ganaderos también deben registrarse en la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia.