En Durango, se gesta un fraude que podría ser solo un ejemplo de lo que pasa en todo el país: dos de cada diez tacos de bistec no son de res, sino de caballo.
La carne equina —que debería venderse a 70 pesos el kilo— se comercializa hasta en 200, disfrazada de producto vacuno.
Lo que parece un antojo cotidiano se ha convertido en un engaño que afecta al bolsillo y a la confianza del consumidor, denuncian ganaderos duranguenses, quienes advierten que este fenómeno podría estar ocurriendo en todo México, incluso con mayor gravedad.
Rogelio Soto Ochoa, presidente de la Unión Ganadera Regional de Durango, asegura que 20 por ciento de la carne que se vende por lo menos en este estado proviene de caballo; otro 50 por ciento es importada desde Brasil, y apenas el 30 por ciento restante corresponde a productores locales.
Aunque aclara: "La carne de caballo no es mala ni te mata; te mata que te hagan un fraude una carne que vale 70 pesos y te la vendan en 200. Te mata el bolsillo, y eso es lo que sigue pasando”.
El matadero clandestino que encendió las alarmas
El 5 de septiembre, una denuncia anónima reveló la existencia de un matadero clandestino en plena ciudad de Durango. La Comisión para la Protección de Riesgos Sanitarios de la entidad (Coprised) acudió al sitio y encontró restos de caballos sacrificados ilegalmente.
Los responsables huyeron antes de que llegaran las autoridades, pero el hallazgo destapó una práctica que muchos sospechaban: el sacrificio de equinos para vender su carne como si fuera de res.
Durante las semanas siguientes, el debate se intensificó. Algunos defendieron la carne equina, argumentando que cumple con ciertos niveles de calidad, mientras otros exigieron sanciones por la estafa. Para Soto Ochoa, la solución es simple: decir la verdad desde el principio.
“El problema no es la carne, es el engaño. Si se dijera que es de caballo, el consumidor decidiría libremente. Pero venderla como res es un fraude”, apuntó.
Desplazados por las importaciones brasileñas
Además del engaño con la carne de caballo, los ganaderos duranguenses enfrentan otra amenaza: la avalancha de carne brasileña que ha desplazado al producto nacional.
“Sí, tenemos una estimación de entre 50 y 55 por ciento de carne brasileña que está desplazando a la nacional. Prácticamente, lo que producimos no se vende. Estamos batallando incluso en la propia ciudad de Durango”, lamentó el dirigente.
Aunque el ingreso de carne desde Sudamérica no es nuevo, este 2025 la entrada ha sido desmedida. Los beneficiados son los grandes importadores, mientras que los productores locales luchan por colocar su producto, aun cuando es de mejor calidad y cumple con las normas sanitarias mexicanas.
“Este año ha habido una entrada descontrolada de carne desde Brasil, que beneficia a las importadoras y a los ganaderos brasileños. A los mexicanos nos están dando el tiro de gracia”, advirtió Soto Ochoa.
Actualmente, los ganaderos duranguenses apenas participan en un 30 por ciento del mercado estatal. El resto lo acaparan los cortes importados y la carne equina disfrazada de res. Por eso, el líder del gremio pidió al gobierno federal que intervenga para regular las importaciones cárnicas.
El bloqueo de Estados Unidos y las pérdidas millonarias
A esta crisis se suma el cierre de la frontera con Estados Unidos a la exportación de ganado mexicano, ordenado tras detectarse el gusano barrenador en distintas regiones del país. La medida, vigente desde noviembre de 2024, ha dejado sin salida al mercado norteamericano a miles de productores.
De acuerdo con cifras de la Unión Ganadera Regional, solo se alcanzaron a exportar 58 mil cabezas de ganado duranguense antes del cierre, generando pérdidas superiores a los 2 mil 500 millones de pesos.
Desde entonces, los ganaderos dependen casi por completo del mercado interno, cada vez más saturado por importaciones.
Pérdidas nacionales y la ventaja brasileña
A nivel nacional, la situación no es distinta. En lo que va del año, México ha recibido más de 65 mil toneladas de carne brasileña, ocho veces más que en 2023 y 2024.
“En 2023 y 2024 entraban entre 5 mil y 8 mil toneladas; hoy, al mes de septiembre, ya van más de 65 mil. Estados Unidos protege a sus ganaderos, mientras nosotros permitimos que nos desplacen”, denunció Soto Ochoa.
El líder explicó que la presión de los productores texanos llevó al gobierno estadunidense a imponer un límite de 40 mil toneladas anuales de carne brasileña, cuota que se alcanzó en pocas semanas.
“Brasil ya metió sus 40 mil toneladas a Estados Unidos y no le permitieron más. Los norteamericanos protegen su industria y a sus engordadores. México debería hacer lo mismo”, recalcó.
“Escuchando las Voces del Campo”
Durante el foro “Escuchando las Voces del Campo”, realizado el lunes rumbo al Presupuesto 2026 y convocado por la Comisión de Desarrollo y Conservación Rural, Agrícola y Autosuficiencia Alimentaria, Soto Ochoa hizo un llamado urgente a los legisladores federales para frenar la entrada desmedida de carne brasileña.
Ante diputados y representantes del sector ganadero, el líder reiteró que el incremento en las importaciones, sumado al cierre de la frontera norte, pone en riesgo la supervivencia del campo mexicano.
“Estados Unidos tomó medidas para proteger a sus productores; México también debe hacerlo. No se trata de cerrar fronteras, sino de actuar con estrategia y equilibrio para evitar que la competencia desleal termine de ahorcar al campo mexicano”, expresó.
Finalmente, pidió que la nueva Ley General de Aguas considere las condiciones reales del sector agropecuario y que se atiendan de inmediato los efectos del gusano barrenador, que amenaza con agravar aún más la crisis del ganado nacional.
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