Matrimonio de más de 60 años, enfermos y viven solos. Se mantiene apenas con una pensión que les da el gobierno, no tienen una propiedad y habitan una casa de “prestado”, de frágil y no les alcanza más que para medio vivir.
Enriqueta Tinoco Zúñiga es una ama de casa de 65 años y desde hace casi 10, habita en la colonia San José 3, junto a su marido y se les dificulta caminar.
Doña Enriqueta con lágrimas explica, que cada dos meses reciben el apoyo de 65 y más, lo que aprovechan y “estiran” lo más que pueden para pagar algunos gastos, comprar la poca despensa que les alcanza y esperar a que transcurran 60 días, para recibir esa ayuda.
“Vivimos solos, no tenemos más ayuda, esta casita es prestada y en cualquier rato nos la pueden pedir y no sabemos a dónde podemos ir”.
Cuando llegan el frío, las bajas temperaturas igual que sus vecinos, recurren a poner calentón de leña, ponen más cobijas o lo que tienen a la mano en su cama para calentarse durante la noche y en los días, tratan de tomar calor bajo los rayos del sol.
Su esposo, usa bastón para apoyarse al caminar pues tiene un problema en las piernas, mientras que ella, tiene una prótesis en la pierna izquierda y en la derecha, la rodilla, comienza a darle problemas, de ahí que no pueda desplazarse con facilidad y debe ingerir medicamentos para mitigar el dolor.
Entre lágrimas, doña Enriqueta, dice que llegar a la tercera edad en esas condiciones es muy triste y cuando hace frío, se vuelve desolador.
Este matrimonio hace un llamado al gobierno y a instancias que brindan apoyo, pues serían felices si pudieran adquirir un pedacito de terreno o un cuartito donde vivir sin la preocupación de que puedan desalojarlos en cualquier momento. “Es muy difícil, vivir así, muy difícil, pero pues ni modo, tenemos que echarle ganas”, dice doña Enriqueta.