A tan solo cinco meses de concluir su segundo periodo como presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ), Felipe de Jesús Álvarez Cibrián habla de la tortura, un delito de lesa humanidad que prevalece en el estado y donde el papel del organismo defensor, asegura, ha sido relevante para que las autoridades reconocieran la existencia de esta práctica. En entrevista con MILENIO Jalisco el ombudsman hace un balance de su gestión en éste y otros temas.
“Las 46 recomendaciones emitidas por tortura en lo que va de mi administración, que no estoy cerrando la cifra pues todavía pueden llegar más en estos cinco meses, pero estas 46 me atrevo a asegurar que duplican las recomendaciones que se emitieron en todas la administraciones anteriores. Eso es un tema importante, porque hemos demostrado que al menos la Comisión no hemos fallado… Por ejemplo, también hemos emitido trece recomendaciones en asuntos que tienen que ver con abuso sexual en las escuelas, en los cuales ya van cuatro sentencias condenatorias y otros cuatro asuntos que ya están en proceso penal, que pueden llegar también a sentencia condenatoria. En temas de tortura la CEDHJ ha emitido 46 recomendaciones, logrando una sola sentencia condenatoria”.
¿A qué lo atribuye… falta de voluntad política?
“De entrada es un tema cultural… socialmente, institucionalmente, pareciera que el tema de la tortura no es un tema grave, no es un asunto para sancionar penalmente como lo establecen las leyes. Qué bueno que se haya destacado el tema del abuso sexual infantil en las escuelas. Aquí hubo una voluntad política muy importante, empezando desde el secretario de Educación, la propia Fiscalía que sí se abocó a investigar el tema, y por otro lado los propios juzgados penales que tomaron conciencia de la importancia que representa tener un proceso penal, en contra de un abusador sexual. Esto jamás se sancionó antes en la historia de Jalisco. Lo acabo de exponer en la Federación de Organismos Públicos de Derechos Humanos y quedaron sorprendidos mis colegas por lo que se ha podido hacer en Jalisco… no hemos podido sorprender así con el tema del combate a la tortura”.
¿Falla la capacitación? Sigue siendo un método naturalizado en las corporaciones de seguridad…
“Lamentablemente. Yo hablaba que es un tema cultural, porque culturalmente es justificable la práctica de la tortura. Un gran sector de la sociedad la justifica para investigar el delito. Si desde la sociedad no se cambia esta concepción, entonces las autoridades lo conciben como un pasaporte para seguir cometiendo esta práctica. Es un asunto también de profesionalizar la investigación del delito… Hay que decirlo hoy tenemos muchos gobiernos municipales, corporaciones municipales que no reciben una sola queja por tortura en todo el año, inclusive alguno de la zona metropolitana. Esto significa que algo se permea; pero también, por su propia naturaleza, está práctica está más arraigada en las corporaciones que investigan el delito, en las instituciones de seguridad pública, es decir, en el Ministerio Público, la Policía Investigadora… También debo reconocer que el Fiscal del Estado no nos ha escatimado en ninguna recomendación, todas las ha aceptado. Y la aceptación conlleva un reconocimiento del acto. Es una parte que nos faltaba en Jalisco, antes ni siquiera se reconocía que existía tortura. Ahora ya transitamos a una sentencia, la primera”.
¿Fue una sentencia histórica?
“Sí. Y la semana pasada la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas otorgó la compensación económica como parte de la reparación del daño por esa sentencia, en favor de los familiares de esa víctima, un hombre que robó diez elotes en una comunidad rural de Tala, Jalisco, que lo torturaron y de tan brutal tortura a los pocos días falleció la persona. Es el primer caso donde se dio la reparación integral y yo creo que el reto es que pronto se den más casos de reparación integral en este tema”.
En su balance ¿qué otros logros destaca?
“Jalisco es el estado que recibe más quejas, lo cual nos posiciona a nivel nacional con mayor cultura de la denuncia… Ninguna otra comisión del país resuelve tan rápido las quejas como lo hace la CEDHJ. Ahorita resolvemos asuntos a más tardar en diez meses, es el término máximo desde el día de su presentación hasta el día de emisión de la recomendación. Muchos casos se resuelven el mismo día que llegan, se da una solución a través de una medida cautelar, de una conciliación. Somos el estado con más conciliaciones… Ya llevamos seis años consecutivos con 100% de aceptación de nuestras recomendaciones. Tampoco otra Comisión Estatal de Derechos Humanos del país lo ha logrado. En la mayor parte de los rubros tenemos avances; sin embargo, yo lamento que al menos hay uno muy claro en el que no logramos tener mayor consolidación, que fue el tema de la regionalización. Es un asunto pendiente, que tiene que fortalecerse”.
A lo largo de su administración ha recibido críticas de OSC, de activistas que acusan desatención, simulación, pocos avances en varios temas…
“Algunos grupos tenían el control en la CEDHJ. Y hay los elementos para poderlo decir con nombres y apellidos. Yo respeto su libertad de expresión, pero no comparto su opinión. Sus críticas no están basadas en la verdad, sino en subjetividades. No hablan con datos y con cifras, decir que no se avanzó en nada… ahí están los datos, los números, todo transparentado en la página de Internet. No me interesa desgastarme en lo que estos grupos opinen y seguirán opinando”.
Hay molestia de mujeres activistas a quienes alguna vez les cerró la puerta de la Comisión…
“Bueno esa es una anécdota, yo no fui a cerrar la puerta a nadie. Una persona que trabajaba en la Comisión decidió en aquel momento no dejarlas pasar porque consideró que las condiciones en que venían no eran para entablar un diálogo respetuoso. Eso no quiere decir que la CEDHJ ha dejado de dar resultados en la defensa de derechos humanos de la mujer; 66% de nuestras resoluciones han sido dictadas en favor de mujeres”.
¿Se va satisfecho?
“Nosotros tenemos hoy convenio de colaboración y trabajo permanente y diario con más de 600 organizaciones de la sociedad civil que defienden y promueven derechos humanos de forma muy importante, entonces que haya habido diez organizaciones que estuvieron criticando permanentemente el trabajo de la Comisión, y pues, por otro lado 600 organizaciones reconociendo el trabajo, le deja a uno satisfacción y tranquilidad… Yo no tengo preocupación en que puedan señalar a la Comisión algún tema en que nos faltó ser más enérgicos o trabajar”.
En estos diez años ¿cambió su visión sobre los derechos humanos? ¿Algún aprendizaje que se lleve?
“Totalmente, sería muy deshonesto de mi parte no decir que me preparé y me formé. Yo era antes un defensor de derechos humanos, con una actividad permanente, ininterrumpida de 14 años antes de llegar a la CEDHJ… esa trayectoria desde el activismo, desde la parte gremial, tenía muy puesta la camiseta, pero ya hay un mayor aprendizaje, un crecimiento profesional, especializado en los derechos humanos que he adquirido en estos diez años. Yo no tenía doctorado. Me titulé en el 2011”.
¿Algo de lo que se arrepienta?
“Nunca he tenido que decir un discurso diferente o contrario a lo que haya dicho antes. Simplemente hicimos el máximo esfuerzo y hay pendientes que dejamos, pero no son motivo para arrepentirse pues al final de cuentas establecimos nuestras estrategias, le apostamos a algunos temas, probablemente más que otros. Si no fructificó la regionalización como yo hubiera querido, seguramente faltó más planificación; pero todavía tenemos otros proyectos para realizar junto con el Consejo Ciudadano que vamos a legar a la Comisión.
¿Qué plan tiene tras dejar la CEDHJ en julio próximo?
“Hasta ahorita lo único que tengo es mi nombramiento de tiempo completo como profesor-investigador en la Universidad de Guadalajara. Estoy preparado para cualquier actividad pública o privada, soy abogado, soy maestro y doctor en derecho así que no estoy preocupado por lo que pueda seguir posteriormente”.
SRN