El homicidio de una persona privada de su libertad (PPL) en el penal estatal de Las Cruces, en el puerto de Acapulco, Guerrero, puede valer el equivalente a un auto de agencia.
De acuerdo con testimonios recabados por MILENIO, de personas que fueron procesadas y estuvieron internadas, pero alcanzaron su libertad, las autoridades penitenciarias de los 12 centros de reclusión con los que cuenta la entidad sabrían de estos casos.
Los ex reos, con ironía y hasta sarcasmo, dicen que las muertes en diferentes circunstancias se les adjudican a los “piquetes de alacrán” o “infarto”.
“Hay muchos alacranes, eso es lo que dice la gente, pero realmente no es la única versión que se sabe.
“Las causas son otras, las muertes son provocadas, pero pues se tiene que decir que es por infarto o piquete de alacrán”, reveló en entrevista un procesado en libertad, desde hace poco más de tres meses.
Detalla que los “infartos” se provocan obligando al convicto a tragarse hasta cuatro pastillas de viagra, con eso se mueren.
En el caso del “piquete de alacrán”, sabemos que los asfixian hasta perder la vida y luego el reporte de las autoridades señala que el deceso ocurrió por un piquete de dicho animal, "pero todos sabemos que no es así".
¿Cuánto cuesta asesinar a un interno en Guerrero?
Con relación al cobro por cada homicidio, se estima que podrían alcanzar hasta los 100 mil pesos. Los testigos detallaron que hay un acuerdo que incluso incluye al director del penal y al jefe de seguridad y custodia.
En lo referente a los convictos enfermos, por ejemplo, por diabetes o hipertensión, señalaron que se debe a la falta de medicamentos, debido a que la farmacia está vacía o la medicina está caducada.
Lo anterior, aunque podría estar relacionado con irregularidades como la falta de atención del personal del área de hospitales, aseguran que en realidad se trata de diferencias entre grupos delictivos que son contrarios.
Regularmente, ni las autoridades penitenciarias ni de Seguridad Pública del Estado hacen nada al respecto.
Al interior del centro penitenciario, la disputa entre grupos ha dejado, en los últimos 12 meses, siete hombres muertos. Entre ellos, incluso, internos procesados que llegaron de otros penales y que murieron en menos de 24 horas.
Así, en los últimos seis meses del 2025, en el penal estatal de Las Cruces, en la colonia Libertad, siete internos han muerto, las circunstancias han sido poco claras y hasta la fecha no se tiene ninguna investigación.
Nulas investigaciones de la situación
Al respecto, ni la Secretaría de Seguridad Pública de Guerrero, ni la propia Comisión Estatal de Derechos Humanos y menos la Fiscalía General del Estado, tienen indicios de una pesquisa.
En las siete regiones del Estado de Guerrero se tienen 12 penales estatales, los cuales están en Zihuatanejo, Acapulco, Chilpancingo, Iguala, Taxco de Alarcón, en el municipio de Arcelia es una cárcel, Ayutla de los Libres, Ometepec, Tlapa de Comonfort sí son Ceresos.
Además, los que están en Chilapa, La Unión, Tecpan de Galeana y Coyuca de Catalán, que son vigilados por más de mil 500 efectivos de la Secretaría de Seguridad Pública de la entidad.
Otro de los penales que presenta casos de violencia es el de Tuxpan, en el municipio de Iguala de la Independencia, donde dos grupos se disputan el control de dicho centro penitenciario y se han registrado hechos de sangre.
“Ahí el director del penal, es nuevo y se sabe que entra y sale del Centro de Reinserción Social, acompañado por personal del Ejército Mexicano, porque ya recibió amenazas de los dos grupos”, narra uno de los custodios.
Explica que en el penal de Iguala los grupos criminales, tanto de Los Tlacos, como La Familia Michoacana, se disputan el control y los crímenes se presentan afuera del penal, ya sean custodios o reos que alcanzan la libertad.
Un ex convicto cuenta que los penales, en lo general, son verdaderas bombas de tiempo, que si no se atienden puede provocar un grave problema en la entidad, como ya antes sucedió.
Fue aquella madrugada del 28 de julio del 2017, aproximadamente a las 04:00 horas, cuando estalló la violencia que oficialmente dejó 28 muertos y siete lesionados, entre ellos cuatro custodios.
Trascendió que la pugna era entre grupos delictivos contrarios y que muchos de los que fallecieron no tenían nada que ver.
“Eso dijeron los del gobierno, que eran 28, pero no, en realidad fueron 36 los muertos y como unos 12 los heridos, entre ellos varios de seguridad y custodia, que estaban con un grupo.
“Incluso, después del enfrentamiento, hubo quienes jugaron futbol con unas cabezas de una raza que venían de Guadalajara, uno era de allá y otros de la Ciudad de México”, contó en entrevista.
También se refieren al paso de la droga, celulares y otros objetos como bocinas, y hasta televisores que se rentan al interior de los penales en la entidad, en complicidad con las autoridades penitenciarias y los custodios.
Se asegura que las televisiones tienen un costo de renta, al igual que las bocinas para escuchar música con las memorias USB.
“Todo lo que entra el penal o los penales está autorizado por las autoridades, aquí no hay nada que se mueva sin que haya consentimiento de todos”, reiteró el ex convicto, procesado por 27 años.
Estos testimonios dan cuenta de las múltiples problemáticas que se viven en los penales del estado de Guerrero, que se encuentran bajo el mando del subsecretario del Sistema Penitenciario del estado, Isaías Juárez Martínez.