Desde hace 20 años don Juan Márquez "se tiende" frente a la de la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en Torreón para ofrecer a los transeúntes sus artesanías hechas con madera.
Cada sábado y domingo llega puntual a las 8 de la mañana para extender una manta y poner ahí los crucifijos, portarretratos, cortineros, llaveros, recuerditos de la región y otros artículos que elabora en el taller de su casa.
Declaró a MILENIO que el oficio de ebanista y carpintero lo aprendió de su abuelo, con quien inició arreglando muebles y luego se dedicó a la elaboración.
"Él hacía sillas, arreglaba cosas de madera, fui aprendiendo lo básico, día con día aprendí más y púes con la práctica me fui especializando".
Aseguró que a sus 62 años ya es complicado encontrar un trabajo fijo, por lo que vive de sus artesanías y uno que otro trabajo de reparación y fabricación de artículos de madera.
"Lo hacía para distraerme un rato, pero ya desde hace un tiempo lo hacemos para sacar para comer y esto es como todos los comercios, a veces se vende y a veces no".
Don Juan "con paciencia de artesano" ve pasar a la gente por la banqueta, uno que otro se para a ver a preguntar y poco a poco caen las ventas.
"Aquí en el centro de Torreón es donde siempre nos ponemos, pero cada 15 días también voy al Paseo Colón, acabando allá me vengo a darle aquí un rato".
Aunque en ocasiones "la venta este calmada", él atiende a cada persona con atención y cordialidad, les despeja sus dudas, además de ofrecerles trabajos más detallados o personalizados.
Don Juan carga una cajita con herramientas y barnices, ya que si le compran un portarretratos o una cruz de madera, la barniza al tono que quiera el cliente.
"Me traigo la pintura y el barniz porque a veces me piden algo más personalizado, porque llegan jóvenes, jovencitas, señores, señoras, abuelitos de todos".
Don Juan reiteró que elaborar sus artesanías lo tomaba como un pasatiempo, sin embargo con el paso del tiempo vio que de esta manera podía ganarse la vida de una manera digna.
cale