Han pasado más de 36 años desde aquel 9 de abril de 1989 en el que Rod Stewart rompió el cerco que había en México para no hacer conciertos de rock. Anoche, el legendario cantante británico volvió a Ciudad de México para ofrecer un concierto en el Palacio de los Deportes, como parte de su gira mundial de despedida, y hoy se presentará en el Estadio Corregidora de Querétaro, escenario que lo vio por primera vez aquellos días de abril de hace casi cuatro décadas.
Sir Rod Stewart, quien fue investido caballero por el príncipe Guillermo de Inglaterra en 2016, preparó más de 20 de sus éxitos para entregarlos al público mexicano, en la que —se dice— es la última gira del rockero, quien ya suma 60 años de carrera musical y 80 de edad, cumplidos el 10 de enero de 2025.
A las 21:00 horas en punto, como buen inglés, inició el concierto con “Infatuation”, haciendo cantar, gritar y vibrar a las más de 24 mil voces que lo vieron salir al escenario vestido a su más clásico estilo con un saco de cebra.
Siguieron “Tonight I'm Yours” y “Oh La La”, y fue en la tercera canción, “It's a Heartache”, cuando el público volvió a estallar.
El primer cambio de vestuario fue por unos pantalones con estrellas plateadas bordadas en la parte de atrás y una camisa negra con olanes al frente; el roquero de 80 años mostró que su característica voz rasposa sigue siendo la misma y, aunque sus movimientos tienen la misma intención, ya no alcanzan los saltos con los que llenaba el escenario. Aun así, sus bailes, ánimo y entusiasmo no mermaron en todo el concierto.
“Young Turks” fue coreada por cada uno de los asistentes que llenaron el Palacio de los Deportes y pudieron comprobar por qué el músico, quien se hizo acompañar por una banda y tres coristas, sigue siendo una leyenda en la industria.
Para bajar el ritmo, aunque no el entusiasmo de sus seguidores, llegó “You’re in My Heart”, con dos mujeres violinistas que acompañaron a Rod Stewart, y que fue tal vez la canción más coreada del británico.
“Maggie May”, el primer tema que sonó en la radio de Inglaterra, fue uno de los que más disfrutó interpretar, pues lo hizo con una enorme sonrisa en la boca, quizá recordando aquella tarde en que la escuchó por primera vez en el radio y corrió a contarles a sus padres que estaban llorando de la emoción de haber oído a su hijo en el radio.

En su tercer cambio de vestuario, Rod Stewart apareció, después de “Downtown Train” —y tras una pausa de una canción, “I’m Every Woman”, que cantaron las chicas de su coro—, con otros pantalones negros y un saco blanco totalmente ochentero.
“Ustedes son increíbles, muchas gracias”, dijo emocionado antes de cantar “I Don't Want to Talk About It”.
Por supuesto cantó “Have I Told You Lately That I Love You”, “Tonight’s the Night”, “Baby Jane”, y para “Da ya Think I’m Sexy” llegó su cuarto cambio de vestuario: un traje amarillo con camisa azul rey con el que recorrió el escenario mostrando que sigue teniendo el ritmo y la chispa de esta canción.
Cerró con "Love Train", uno de los cóvers que ha hecho en su carrera, demostrando que la música y letras con las que nos hizo cantar y bailar en los 80, siguen siendo vigentes 40 años después.
MGR