La muerte de Ozzy Osbourne, conocido como "el príncipe de las tinieblas", ha reavivado el interés por su historia con Black Sabbath.
Muchos se han preguntado la verdad detrás de su salida de la banda en 1979, marcada por tensiones, excesos y decisiones difíciles que dejaron una huella imborrable en el grupo y sus fanáticos.
Aquí en MILENIO, exploramos las razones detrás de su polémica expulsión y el contexto que llevó a este quiebre.


Los orígenes de Black Sabbath y el ascenso de Ozzy
Black Sabbath, formado en Birmingham, Inglaterra, en 1968, revolucionó la música con su sonido oscuro y pesado, por lo que muchos los consideran pioneros del heavy metal.
Ozzy Osbourne, junto a Tony Iommi (guitarra), Geezer Butler (bajo) y Bill Ward (batería), creó álbumes icónicos como Paranoid (1970) y Master of Reality (1971).
La voz única de Ozzy y su carisma escénico fueron clave para el éxito del grupo, pero también su personalidad impredecible y su estilo de vida descontrolado sembraron las semillas de futuros conflictos.
¿Qué excesos tuvo Ozzy Osbourne?
A finales de los años 70, Black Sabbath enfrentaba un declive creativo y personal. El abuso de alcohol y drogas se había convertido en una constante para todos los miembros, pero Ozzy llevaba estos excesos al extremo.
Según entrevistas y relatos de la época, su adicción al alcohol, la cocaína y otras sustancias lo volvían errático, afectando tanto las grabaciones como las giras y el álbum Technical Ecstasy (1976) y Never Say Die! (1978) reflejaron una banda en crisis.
Las tensiones creativas entre Ozzy y Tony Iommi, el principal compositor, crecían. Iommi quería evolucionar el sonido de la banda hacia algo más experimental, mientras que Ozzy prefería mantener la crudeza de sus primeros trabajos. Esta divergencia, sumada a la falta de disciplina de Osbourne, creó un ambiente insostenible.
¿Por qué corrieron a Ozzy de Black Sabbath?
En 1978, la grabación de Never Say Die! fue un caos. Ozzy, sumido en sus adicciones, apenas participaba en las sesiones de grabación, y su comportamiento errático frustraba al resto de la banda.
Según Geezer Butler, Ozzy llegaba a los ensayos en estados lamentables, a veces incapaz de cantar o siquiera mantenerse en pie. La gota que colmó el vaso fue cuando Ozzy abandonó temporalmente la banda en 1977, regresando solo porque su reemplazo, Dave Walker, no encajó.
Para 1979, la paciencia de Iommi y los demás se agotó. La banda estaba trabajando en lo que sería Heaven and Hell, y sentían que Ozzy no estaba comprometido. Tony Iommi, respaldado por Butler y Ward, tomó la decisión de expulsarlo.
En una entrevista años después, Iommi explicó: "No podíamos seguir así. Ozzy estaba fuera de control, y nosotros también, pero él era el que menos aportaba".
La decisión no fue fácil, ya que Ozzy era la voz y el rostro de Black Sabbath, pero la banda sentía que su supervivencia dependía de un cambio drástico.
Ozzy, por su parte, siempre sostuvo que su salida fue injusta. En su autobiografía I Am Ozzy (2009), relató que se sintió traicionado, especialmente por Iommi, a quien consideraba el líder de la decisión.
Según Osbourne, la banda lo culpó exclusivamente por los problemas de drogas, ignorando que todos compartían excesos similares. Además, afirmó que su expulsión fue más un movimiento estratégico para que Iommi tomara el control total de la banda.
La salida de Ozzy marcó un antes y un después para Black Sabbath. La banda reclutó a Ronnie James Dio, cuya voz poderosa y enfoque profesional revitalizaron al grupo con álbumes como Heaven and Hell (1980). Sin embargo, muchos fans consideran que la magia original de Sabbath se perdió sin Ozzy.
Por su parte, Ozzy Osbourne lanzó una exitosa carrera solista con discos como Blizzard of Ozz (1980), demostrando que seguía siendo una fuerza imparable en el rock.
A pesar de la amargura inicial, las tensiones entre Ozzy y Black Sabbath se suavizaron con el tiempo. En 1997, la formación original se reunió para una serie de giras y grabaciones, consolidando su legado como pioneros del heavy metal.