Rodrigo Murray presenta la novena temporada de su monólogo Leonardo, donde está acompañado de Leonardo 4, escenografía creada por el maestro y escultor mexicano Sebastián; ambos se unieron por un fortuito encuentro para dar paso a este monólogo. Tanto el texto como la pieza están inspirados en Leonardo da Vinci y su talento.
“Escribí la obra y me di la licencia de meterme en una investigación por la vida de Leonardo da Vinci, durante más de una década. Quise compartir su historia a la limón, con un actor fracasado que se llama Rodrigo, encontré que la única manera de empatar la genialidad de Leonardo con nosotros, que somos míseros mortales, es con el fracaso, que de alguna manera nos iguala con el genio”, explicó Murray.

¿En qué está basada la obra?
Para encontrar este punto en común, el actor se basó en tres momentos de fracaso de Da Vinci.
“Uno de los fracasos fue cuando quiso hacer un caballo de una sola pieza para Ludovico Sforza, de bronce fundido, que pesaba 60 toneladas y que nunca se realizó. El segundo fue La Última Cena, que tiempo después de haberla pintado, se empezó a craquelar y caer de la pared, donde la pintó; y el tercero que menciono en la obra es la Mona Lisa, porque la que vemos en el Museo de Louvre no es la original”, dijo.
Murray contó que en su vida ve el fracaso como algo positivo, porque hay que abrazarlo, ya que cree que es la única posibilidad que la vida le presenta para volver a intentarlo.
“El fracaso es algo que tendríamos que ver desde otro lugar y creo que eso precisamente habla la obra, el fracaso debe estar en la boca de todos nosotros y en el intento cotidiano diario. Como dicen quiero triunfar, pero si no lo logró, seré valiente en el intento. Fuiste valiente tratando de hacer algo que no salió. Y no solo puede ser un fracaso artístico, sino laboral, amoroso o económico”, puntualizó.
Murray está acompañado en el escenario por una obra monumental, Leonardo 4, –una reproducción sobre escalada de una pieza original del maestro y escultor Sebastián–, que dio pie para que el actor pudiera poner en escena el monólogo.
Hace 18 años Murray tenía un programa que se transmitía en Canal 21 y había quedado en entrevistar a Sebastián, el día de la cita no se hizo, por lo que se programó para el siguiente y ahí ambos se cayeron bien.
Entre la plática Murray le expresó al escultor su interés por Leonardo da Vinci, que nació cuando su papá Guillermo Murray le mostró el mundo del genio, sembrando en él esta inquietud por saber más, hasta escribir este texto.
El escultor recordó cómo después de la entrevista y un par de tequilas que se tomaron, le mostró a Murray sus transformables, en donde estaba Leonardo; las obras las concibió entre los años 1967 a 1973, hizo la producción y fue en 1974 cuando se hicieron de plástico a pequeña escala.
“Lo más sensacional fue haber tenido contacto y habernos tomado una botella de tequila. Leonardo existió a finales de los 60, tiene contenido dentro toda la divina proporción, está todo en sección áurea, los propios y planos de simetría. Tiene el renacimiento en esencia dentro de los artistas Luca Pacioli, de Leonardo, de las composiciones de todos y eso hice como tributo a Leonardo da Vinci, por eso se llama Leonardo 4”, contó.
El maestro explicó que Leonardo 4 es transformable porque cambia, se convierte en muchas esculturas que hablan de la divina proporción.
“Rodrigo se emocionó al verlo y me dijo: ´Oye estoy haciendo un monólogo que ya está terminado y es sobre Leonardo, ¿me permites usarla de escenografía?´; para mí fue una emoción extraordinaria y lo hicimos a dos metros”.
¿Cómo funciona la pieza de Sebastián?
Para Sebastian, Murray hizo renacer como obra a Leonardo 4 al incluirlo en el monólogo, porque lo convirtió en una pieza independiente que en la escena se presta como otro actor, que se mueve.
“Para mí esto fue un honor, apreciar como este genio (Murray) lo vio, lo observó y lo transformó perfectamente en el monólogo para hacerlo también dialogar. Se llama Leonardo 4 porque brinca de tres dimensiones a cuatro. La abstracción en el espacio teatral ha sabido llevar profundamente entre el monólogo y cómo va transformándose en un espacio abstracto, profundo y lleno de una carga semántica de renacimiento, que también llega a ser en contradicción. Me emociona que sea casi minimalista y comunique lo que Murray va narrando, haciéndolo profundo e imaginativo”, analizó.
La primera vez que el escultor vio el monólogo se emocionó, porque confesó que es algo que le gustaría lograr.
“No pude escribir e imaginar en ese sentido, amo el teatro y la música porque son vivencias que yo no puedo hacer y me emocioné al verlo. En la obra me menciona y me muero, me sentí feo, pero el monólogo necesita ese momento de drama y de sentido. Cada función es diferente, Rodrigo es un gran actor y siempre que veo la obra encuentro más cosas y me sigo emocionando”, aseguró.
Para irse de gira, el escultor hizo un diseño industrial para poder mover a Leonardo 4; cortó bisagras que van en cajas pequeñas, para luego armarlo, no se nota porque al final se ve como una sola pieza.
Sobre el éxito y el fracaso dijo que “todos los seres humanos tenemos experiencias no logradas. He tenido tantos fracasos que sería muy triste que yo dijera pobrecito de mí, miren como sufro, me pasó esto, no logré aquello, eso me lo guardo. Yo solo enseño todos los éxitos y todo el mundo piensa: ´¡wow!´ este cuate es exitoso, le va muy bien y gana mucho dinero, pero muchas veces he perdido mucho dinero, he tenido experiencias y he aprendido, para mí no son fracasos, son experiencias que me enseñaron a seguir viviendo”, expresó.
La pieza es compleja y Murray ensayó durante un año con Leonardo 4 para entender los movimientos que tenía que hacer, porque constantemente la mueve mientras actúa.
La pieza pesa 200 kilos, el actor todos los días se ejercita y practica natación, lo que le permite estar en forma para el esfuerzo físico que hace durante la obra, porque en cada función baja un kilo.
En el monólogo, el actor mezcla la vida de Da Vinci contando situaciones de la Italia renacentista con sucesos de la época actual que vive él, quien tiene la imposibilidad de realizar una obra de teatro.
El diálogo tiene toques de humor porque, el genio además de ser brillante e inteligente, tenía un gran sentido del humor que Murray descubrió en sus investigaciones.
CLAVES
Murray ha dado 112 funciones de Leonardo en Ciudad de México y el interior de la República Mexicana; piensa regresar con el montaje a Monterrey, Querétaro, Puebla, Guadalajara y planea llevarlo a España.El estreno es el jueves 7 de agosto a las 20:30 horas en el Teatro Rafael Solana del Centro Cultural Veracruzano.
Los padrinos de la nueva temporada son el escultor Sebastián y Juan Carlos “El Borrego” Nava, quien también es productor asociado.
hc