Una noche llena de golpes de energía vivieron alrededor de 8 mil personas en el auditorio Telmex, escenario del cual se apropió J Balvin por alrededor de 100 minutos en un concierto que forma parte de su gira "Energy", que ofrece una producción llena de luz y colores y su contagiosa fusión de ritmos latinos.
La euforia se desató desde el primer momento en que el artista puso un pie sobre el escenario, Balvin se entregó al público y el público se entregó a él, la gente buscó contacto y él nunca se los negó.
"Guadalajara" fue la primera palabra que expresó en el escenario, la empatía fue instantanea; la dijo de nuevo, "Guadalajara conmigo" y así era, la respuesta del publico lo confirmó.
El atuendo inicial del interprete colombiano incluyó unos jeans deslavados y una playera de aquellas que tomaban psicodélicas formas de colores con un poco de cloro, y que a partir de esta fecha, tendrán mayor demanda en el tianguis cultural donde alguna vez impusieron moda.
El concierto comenzó de pie y jamás tomó una pausa, cada canción la corearon, la bailaron y la gozaron, aunque no para el cien por ciento fue así, los padres que acompañaron para cumplir el capricho, miraban de reojo y brazos cruzados los movimientos de cintura de su hija adolescente
El exponente de música urbana confirmó que su repertorio cuenta con unos de los mejores ritmos del género, música contagiosa dirigida por un dj en vivo, percusiones, cuerdas y teclado acompañados por cuatro bailarines de Cartagena, Colombia; ninguna mujer como ya es su costumbre.
J Balvin ofreció un "safari" musical, con música urbana, trap, reggaeton, por momentos se mostró romántico, pero también demostró que la improvisación no es lo suyo, aun así lo aplaudieron y lo idolatraron.
"Ginza", "Bobo", "6 am", "Bonita" y "Si tu novio te deja sola" fueron parte del recorrido musical del primer bloque, que sirvió como pausa solo para que regresara con más fuerza para cantar junto con todo el publico "Sigo extrañandote" y para bailar "Mi Gente", sus dos más recientes éxitos.
El final de la presentación de J Balvin se convirtió en una fiesta electrónica con papeles metálicos proyectados desde el escenario hacia el público, la última inyección de energía del colombiano, que es uno de los mayores exponentes de un estilo que ha tomado por asalto la música contemporánea, que a muchos gusta, a muchos no, pero la mayoría, al menos la tararean
SRN
