La conversación sobre la inteligencia artificial en el cine sigue creciendo, especialmente entre actores jóvenes que viven de cerca los cambios tecnológicos en la industria. Una de ellas es Jenna Ortega, quien recientemente compartió una reflexión que ha generado bastante eco entre fans, cineastas y críticos.
La actriz, conocida por su papel en Wednesday y por su creciente influencia en Hollywood, habló sobre cómo percibe el avance de la IA y el impacto que podría tener en el futuro del entretenimiento.
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¿Por qué Jenna Ortega considera "fácil" sentir miedo ante la IA?
Durante una conferencia de prensa en el Festival de Cine de Marrakech, se le preguntó a la actriz sobre la famosa IA en el mundo del cine. Explicó que el desarrollo de la IA se está moviendo más rápido que la capacidad regulatoria y emocional de quienes trabajan en dicho medio.
Ortega dijo que este avance acelerado provoca incertidumbre, lo que convierte a la IA en una fuente comprensible de temor.
"Siempre exageramos, y creo que es muy fácil dejarse llevar por el miedo, y yo lo estoy, ante una profunda incertidumbre". Declaró Jenna
¿Qué es lo que más preocupa a Ortega sobre la creatividad humana?
Durante la charla, Ortega remarcó que el cine es un espacio profundamente humano y emocional. Aseguró que la IA no puede replicar la vulnerabilidad, las experiencias personales o las sensaciones auténticas que un actor aporta frente a la cámara.
Para la actriz, confiar demasiado en herramientas generativas podría poner en riesgo esa conexión real que existe entre los creadores y el público.
"Espero que llegue a un punto en que se convierta en una especie de comida chatarra mental y nos sintamos mal sin saber por qué. Creo que, por terrible que sea decirlo, a veces es necesario privar al público de algo para volver a apreciarlo". Confesó Ortega
¿Cómo ve Ortega el futuro de la industria frente a esta tecnología?
Ortega señaló que la IA ya es parte inevitable del futuro de Hollywood, pero insistió en que el uso debe ser cuidadoso y estar sustentado en límites éticos claros.
Según ella, la industria está en un momento decisivo en el que se debe encontrar un balance entre aprovechar los beneficios tecnológicos y proteger el trabajo de quienes dependen del arte para vivir.
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