Guillermo del Toro volvió a expresar su firme rechazo al uso de la inteligencia artificial en el cine. Durante la promoción de su próxima película Frankenstein, el cineasta no dudó en compartir su postura sobre la IA generativa y sus implicaciones en la industria.
En una entrevista con NPR, Del Toro habló sobre su nueva adaptación del clásico de terror de Mary Shelley, destacando el trabajo meticuloso de efectos prácticos y maquillaje que dio vida a la película detrás de cámaras.
 
	
 
	Guillermo del Toro reinventa a Frankenstein desde la mirada de la criatura
Guillermo del Toro no se limita a adaptar Frankenstein; lo desarma y lo reconstruye desde dentro. Su nueva película para Netflix no busca homenajear las versiones clásicas ni despertar nostalgia.
En cambio, toma la segunda mitad de la novela de Mary Shelley (1818) y la cuenta exclusivamente desde la perspectiva de la criatura, convirtiéndola en protagonista y narradora de su propia tragedia.
“Contamos la última tercera parte del libro desde el punto de vista de la criatura.”
El enfoque de Del Toro elimina la escena de la creación en el laboratorio y el abandono inicial de Victor Frankenstein. La película arranca cuando la criatura ya está sola en el mundo: huyendo, aprendiendo a hablar con un ciego en una cabaña, leyendo Paraíso perdido bajo la luz de la luna y descubriendo, con horror, que los humanos que la rechazan son más monstruosos que ella misma.
Un monstruo byroniano, no un muñeco de tornillos
Olvídense de los pernos en el cuello y la frente plana: el monstruo de Del Toro nace calvo, casi como un diagrama anatómico. Su cabeza se inspira en los manuales de frenología del siglo XIX, y su piel, pálida y marmórea, recuerda a las estatuas de Jesús que el cineasta veía en las procesiones de Semana Santa.
“Su piel es como mármol o alabastro, como recordaba las estatuas de Jesús cuando era niño.”
El diseño busca conmover, no asustar. La criatura es un ángel caído romántico, un Heathcliff con costuras, un héroe byroniano atrapado por su propia existencia.
Oscar Isaac, que interpreta a Victor Frankenstein, comparte escenas físicas con el actor bajo el maquillaje, sin recurrir al CGI total. Del Toro insiste en el peso real de la prótesis, el sudor y el olor a látex, para que Isaac sienta lo mismo que él sintió al ver al monstruo de niño.
 
	Guillermo del Toro asegura que prefiere 'morir' antes de usar IA generativa
Aunque la historia es de 1818, Del Toro la conecta con 2025. Victor Frankenstein se presenta como un emprendedor obsesionado con el "disrupt": un genio que crea vida sin preguntarse si debería, y abandona su invento como un prototipo fallido. Del Toro lo compara con los magnates de Silicon Valley que lanzan IA generativa sin pensar en las consecuencias.
"La IA, en particular la generativa, no me interesa ni me interesará jamás. Tengo 61 años y espero poder seguir sin interesarme en absoluto en su uso hasta que muera", reveló.
La criatura, en este contexto, no es solo un monstruo: es la consecuencia visible de la arrogancia humana, el error que nadie quiso prever.
"El otro día, alguien me escribió un correo electrónico preguntándome: '¿Cuál es tu postura sobre la IA?'. Mi respuesta fue muy breve: 'Prefiero morir'".
Del Toro ve la IA como una herramienta que, si se usa sin reflexión, puede vaciar de alma y autenticidad al arte. Al compararlo con la historia de Frankenstein, advierte sobre el peligro de crear algo poderoso sin considerar sus consecuencias.
 
	 
	 
	