Se llevó a cabo el penúltimo ensayo de la puesta en escena Cruise. Mi última noche en la tierra, que trae de vuelta al actor Alejandro Speitzer al teatro, en un unipersonal dirigido por Alonso Íñiguez, al que MILENIO tuvo acceso en exclusiva.
Actor y director revelaron en entrevista los retos y aprendizajes que han enfrentado con esta adaptación de la obra de Jack Holden que —aseguran— llevará a la audiencia un mensaje de lucha y de aprender a disfrutar la vida.
Una mirada a los ensayos
“Por proscenio, adelante”, le indican al actor vestido con pantalón de mezclilla, playera blanca de tirantes y chamarra de cuero negra. En momentos se escucha “Rhythm of Us” de John Elliott, canción que pertenece al soundtrack original de la obra.
Hay una plataforma como reja metálica a la que puede subir, mientras el equipo revisa los detalles técnicos, van de un momento del monólogo a otro, a veces actuado con intención, otras solo para confirmar el trazo del personaje.
Habla de Tom Cruise en Top Gun, hasta se escuchan los aviones. Alonso Íñiguez pide ajustar el volumen de ese efecto al Dj Miguel Uruetasin, quien estará en el escenario sin playera, únicamente con un arnés y lentes negros. Él maneja los efectos de sonido desde su consola y apoya al protagonista en distintos momentos de la historia.
El personaje con VIH relata la vida nocturna en la década de los 80, habla de la ambición, la masculinidad siendo homosexual, afirma que cumplio 30 años de edad y reflexiona sobre las personas que no han llegado a esa edad.
Una luz azul parte de la izquierda superior, llega a un espejo en el fondo de las butacas y se refleja hacia el actor en el centro del escenario. A lo largo de la obra, las luces sincronizadas juegan con su reflejo en espejos generando una iluminación poco convencional.
“Vamos a ‘déjenlo ir’, página 51”, indica el director y el actor se postra en el piso. En otro momento tenso de la historia el personaje cruza el escenario, baja a las butacas y sube unas escaleras; colgando de ellas, habla sobre el poder de la música y de encontrarse a sí mismo. No es el único momento o forma en la que Alejandro se elevará durante la función, “pero eso es una sorpresa”, afirmó el productor, Oscar Uriel.

La mancuerna Speitzer-Íñiguez
Para cuando “Cruise” se estrene en el Teatro Milán, este 24 de octubre, habrán transcurrido seis semanas desde que el director Alonso Íñiguez y el actor Alejandro Speitzer comenzaron a trabajar en el montaje. Previo a este tiempo, Alonso ya le había dedicado cinco semanas a la adaptación del texto original de Holden.
“Lo más complicado en la adaptación fue el lenguaje del Londres de los años 80, donde hay palabras muy específicas sobre lo que quiere decir el personaje, pero tuve la fortuna de conocer al dramaturgo y, cuando comí con él, llevaba una lista de dudas que me ayudó a resolver”, relató el director.
Alonso contó que Holden se encuentra emocionado de que su ópera prima unipersonal se adapte en México y que, si bien no hay una confirmación, existen planes para que asista a una de las funciones. Por su parte, Alejandro no ha tenido oportunidad de conocer al también actor, aunque espera que pronto suceda.
El protagonista confesó que ha sentido nervios y miedo durante el proyecto por la responsabilidad de ser el único actor en la historia.
“Es parte de un proceso muy incómodo por momentos, pues, como intérprete, no es común —afirmó Speitzer—. Estás acostumbrado a ciertos estímulos que el actor que tienes enfrente te da y, en este caso, soy yo constantemente provocando estos estímulos, sumado a la responsabilidad de llevar el barco, el ritmo y todo lo que conlleva”, describió el actor.
Alejandro confía en lo aprendido en los últimos años, en proyectos para televisión y cine. Actuando desde su infancia, el actor de 30 años sintió la necesidad de reconectar con el teatro que dejó hace siete años.
“Uno se va haciendo preguntas, van surgiendo ciertas necesidades y confío mucho en mi intuición, más allá de saber si estoy listo o no para esto; porque no tengo idea, creo que son cosas que no sabes hasta que las haces. Uno tiene que tomar estos riesgos y ser valiente como actor, si es que buscas evolucionar”, comentó.

Añadió la grata experiencia de trabajar con Alonso, por cómo le genera preguntas que incomodan y lo hacen volver con respuestas que le servirán, más allá de la obra, como intérprete y como persona.
“Hay muchas cosas que voy entendiendo sobre la vida misma y sobre lo que significa pararse en un escenario, sentirse vivo y estar presente. Esta obra no me permite pensar en nada más”, reflexionó.
En tanto, Alonso calificó el proceso de montaje como lúdico y dice que se encuentra emocionado por la sinergia que han logrado, donde reciben propuestas y aportaciones desde cada área que hace posible la puesta en escena.
“Todos los involucrados en el proyecto han entrado en esta dinámica de juego. Es bonito ver como hay todo un equipo trabajando para que esto suceda de la mejor manera, pero, además, ha sido muy divertido”, compartió.
Un mensaje más allá de la comunidad LGBT+
Si bien la historia involucra directamente a la comunidad LGBT+, actor y director aseguran que el mensaje de la obra se extiende sobre toda la sociedad, al hablar de libertad para vivir la vida.
“Hay algo muy poderoso con esta historia que tiene que ver directamente con la comunidad y son muchas cosas por las que han luchado que van más allá de la propia comunidad, han impactado en la sociedad y en el mundo”, adelantó Alejandro.
El protagonista citó al libro “The Velvet Rage”, de Alan Downs, que le recomendó Alonso y que ha sido de gran ayuda para la preparación de su personaje, donde el escritor declara:
“No hay mejor grupo de personas para llevar el mensaje de libertad que la comunidad LGBT+”.
Alonso explicó que el monólogo es: “Un diálogo intergeneracional que tiene que ver con decirle a los jóvenes que hubo alguien que luchó, que murió o que sufrió una fobia absoluta en esa época y que no ha desaparecido, pues hemos avanzado gracias a esos sacrificios y exigencia de derechos, aunque la lucha continúa”, mencionó.
Claves
Productores. Alejandro Speitzer debuta como productor al lado de Sergio Gabriel y Óscar Uriel.
Boletos. Los boletos para las funciones de viernes a domingo están disponibles en ticketmaster.com
“Este es un proyecto que para mi traspasa mi profesión, me toca de una manera personal, así que sentí que mi labor debía ser transmitirle esa pasión a Alejandro, decirle que esto es importante por muchas razones, algunas que iremos descubriendo, tendremos que estar atentos a cómo va impactando a la gente que estará aquí sentada, no solo emocionalmente, también artísticamente”, agregó.
También aclaran que la obra puede disfrutarse sin la necesidad de recibir un mensaje, ya que está diseñada para que la audiencia, también, simplemente se divierta.