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América remonta y se impone ante Puebla; es líder momentáneo

Las Águilas se sobrepusieron a un 2-0 y terminaron ganando un partido en el que otra vez mostraron dos caras, pero amanecen como líderes generales

América no mejora en juego, pero tiene una pegada increíble. El conjunto de Coapa tiene sus males identificados, pero no los corrige. No muestra un avance en cuestiones puntuales, pero dirime los partidos con goles y eso no es cosa menor, porque si no supera los rivales en el juego, los castiga en el marcador. El 2-3 con el que venció a Puebla ratifica que la contundencia hoy es su mejor carta de presentación.

Ante La Franja no llegó ese paso al frente que se esperaba por parte de las Águilas, en el tema futbolístico, otra vez un primer tiempo en el que fue un equipo apagado, sin chispa en ataque y un bodrio en defensa.

Inició el partido titubeante, recibió un par de avisos, pero ni así espabiló. Puebla demostró más hambre y más determinación, salió convencido y fue mejor desde el arranque. La Franja tomó la pelota y confió en su plan, mientras el de América era indescifrable, porque cuando tenía el balón no le daba sentido.

Despropósito en defensa

Escoto fue quien detectó la fragilidad defensiva de las Águilas, avisó en un par de ocasiones, la primera un cabezazo que se fue desviado cuando estaba solo. La segunda, en un rechace que desvió Ochoa a tiro de esquina. En ambas sin que algún zaguero le hiciera sombra al atacante.

Pero a la tercera no perdonó. A la salida de un córner, Israel Reyes se anticipó a Fuentes y peinó la pelota, en el segundo palo Escoto fue más rápido que Viñas y empujó la pelota con la cabeza, 17 minutos y los de Coapa ya estaban abajo.

En un escenario que demandaba arrebato, el equipo de Miguel Herrera no lo mostraba, no se agitaba. Media hora de juego y no tomaba la pelota, no chutaba a gol y ni siquiera armaba una jugada que permitiera pensar en una reacción. Lo que sí volvió a aparecer fue la fragilidad defensiva.

Osvaldo descargó con Bernardo Cuesta, el argentino se salió de su zona, a Juárez le faltó convicción y el poblano se hizo el espacio, sacó un derechazo que se coló por la escuadra. América era un equipo pasivo y no activo. Frágil en defensa, nulo en la creación y sin remate. Tuvo que verse castigado para empezar a reaccionar.

Viñas sacó un cabezazo que el portero Rodríguez tapó, el rebote no lo pudo empalmar de buena forma Córdova y Cuesta sacó sobre la raya. No funcionaba nada y el Piojo hizo dos movimientos a cinco minutos del descanso. Sacó a Córdova y López por Benedetti y Suárez.

El punch de las Águilas

El cierre de América fue más decente, más a trompicones que con buen futbol, empezó a acercarse a la portería poblana y en el segundo tiempo se encontró con un penal sobre Benedetti que Aguilera convirtió para meterlo en la pelea.

Benedetti le dio un aire eléctrico, el colombiano se convirtió en un faro que llevó a las Águilas a pisar el área poblana, los de Coapa empataron el juego en un córner que Henry remató con un certero cabezazo al 56’.

Partido a corazón abierto, la tuvo Puebla con Chumacero, pero Ochoa evitó el tercero. La de América llegó con Viñas en un fallo de la defensa, el charrúa arrancó, entró al área y definió con la zurda al 65'. La pegada de las Águilas volvía a rescatar al equipo con tres goles en 12 minutos; algo que se le reconoce a los de Coapa, pero se sigue a la espera de que sea un equipo que sea convincente en todas las facetas, por ahora reclama respeto por el poder ofensivo que tiene. Su cuenta pendiente sigue siendo verle en el campo y reconocerle.

FCM

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