Después de cumplir con todos los trámites obligatorios para su traslado, este domingo llegaron a la ciudad los restos de Pedro Antonio 'Tony' Rodríguez Bárcenas, boxeador que falleció el pasado 5 de julio luego de pelear en Phoenix, Arizona.
Cerca de las 14:00 horas el cuerpo fue ingresado en la funeraria Rosales de avenida Mina y calle Mártires de 1910 para ser velados; la misa de cuerpo presente fue en la Catedral de Guadalupe a las 16:00 horas para luego partir al panteón.

Familiares y amigos acudieron a la velación conmovidos por la inesperada partida de un ser muy querido que murió a los 37 años en Phoenix, Arizona, luego de sostener una pelea a seis rounds en peso supergallo. Al día siguiente fue encontrado en su habitación sin signos vitales, dejando atrás a tres hijos y a su esposa Karla.
Tony también trabajaba como camillero en el IMSS y en una funeraria por sus necesidades económicas, así que aprovechaba las oportunidades que se le presentaban para sostener combates, sobre todo en los Estados Unidos, siendo recordado por hacer sus peleas fuera de la Comarca Lagunera, habiendo debutado en el boxeo profesional en 2008 en el Auditorio Municipal de Torreón, cuando se enfrentó a su coterráneo Carlos Hernández, a quien derrotó tras 4 intensos rounds.
Luego de esa victoria, Pedro Antonio sufrió nueve derrotas consecutivas y posteriormente su carrera como pugilista estuvo llena de altibajos, con cambios de entrenadores y de gimnasios.
Se manejó como un peleador independiente y se enfocó en aceptar combates fuera de México como en Estados Unidos, Puerto Rico y Filipinas, ya que le redituaban una mejor paga, aunque enfrentaba a rivales mejor preparados.
Estuvo parado prácticamente seis años hasta que se reactivó en el presente año, que fue cuando sobrevino la desgracia.
Esperaban su regreso
José Luis Calvillo, quien fue compañero de trabajo de Tony en la Clínica 51 del IMSS, lo recuerda como una persona muy alegre y muy dedicado al trabajo como al deporte.
“Fue una noticia que nos tomó por sorpresa. Hubo mucha promoción para esa pelea que iba a tener, todos sus conocidos lo estuvimos apoyando y nunca nos imaginamos que no lo volveríamos a ver”, comentó.
Recuerda que Tony siempre que compartía en redes sociales sus próximas peleas la gente le respondía con mensajes de apoyo, de aliento.
“Yo, a su mamá la conocí hace más de 30 años porque trabajamos juntos en el Seguro y cuando su hijo creció y se dedicó al box me dio mucho gusto porque a mí también me atrae este deporte y yo veía su dedicación y entrega, el esfuerzo por salir adelante”.
Mencionó que Tony también trabajaba en una funeraria para mantenerse en el box y mantener a su familia y cuando anunció que pelearía en Phoenix, las muestras de apoyo llegaron de inmediato, pero cuando se publicó el fallecimiento nadie lo podía creer.
“Lo que supimos fue que después de la pelea, Tony cenó con su familia que lo acompañaba, luego se retiró a descansar a su habitación y en la mañana siguiente que fueron a despertarlo lo encontraron muerto”.
Para la familia del boxeo en La Laguna ha sido un suceso que los pone en alerta sobre los riesgos que existen dentro de este deporte y las secuelas que deja en algunos peleadores.
aarp