Cultura

'Mudanza Laboral', Elías Kuri lleva al escenario la crítica al sistema maquilador en Torreón

Elías Kuri se insertó como obrero en una maquiladora para vivir en carne propia las condiciones laborales y así desarrollar su performance.

Trabajar sin parar. Pero también sin pensar, sólo cuidando una máquina. El ejercicio del sistema maquilador pide operarios obedientes que ensamblen y cuiden las mercancías en confección, sin saber a dónde irán, sin oponer resistencia ante las jornadas extenuantes de trabajo.

En entrevista, Elías Kuri, dijo que el resultado de su proyecto denominado Mudanza Laboral es sólo uno: si el trabajo demanda más tiempo que el que se destina a la familia y el descanso, o peor aún, le resta tiempo a estos ámbitos, no es algo que se deba considerar.

“El proyecto se titula Mudanza Laboral: un ensayo performance sobre el trabajo. Se manejó en tres etapas, la primera es la investigación y leí varios libros pero los que me cambiaron la vida fueron dos; uno que se llama El problema del trabajo de Kathi Weeks, y releí el libro de Karl Marx, El manifiesto comunista, de hecho parte de la propuesta, lo de PECDA y Mudanza Laboral era hacer un manifiesto, y me basé mucho en él”.

El manifiesto comunista continúa vigente, afirma Kuri


Elías Kuri dijo que con el trabajo pudo percibir que El manifiesto comunista continúa vigente. Debido a que dentro de su trabajo ordinario visita a las empresas, entre ellas las maquiladoras, lo que le permitió desarrollar su punto de partida para la investigación, que fue insertarse como obrero a las líneas de producción, siendo parte del objeto de estudio.

“El segundo paso del obrero fue ir a una empresa a trabajar, como un obrero, y experimentar lo que pasa. Al ser parte del objeto de estudio, pude ir registrando algunos hechos. Fue muy difícil trabajar en una maquiladora, había elegido una, sin embargo no pude entrar, me cerraron las puertas. Me fui a otra empresa y lo que me impresionó fue la automatización, es impresionante”.

Trabajó en una fábrica para poder realizar la obra

Elías se insertó como obrero en el sistema maquilador en una fábrica donde se producen botellas, miles de ellas por segundo, teniendo una producción automatizada, de tal suerte que se requiere el mínimo de personal.

“Yo veía a los trabajadores que nada más estaban cuidando a la máquina, que todo lo hace porque ese es el futuro, eso fue la clave porque yo propuse hablar sobre el aburrimiento, el estrés y la autoexigencia. Todos los trabajadores ahí, y lo que yo hice, fue cuidar la máquina, pero en el mínimo detalle porque la máquina sí es perfecta. Fue así como empecé a hacer acciones con el cuerpo, rompiendo un poco la dinámica del sistema neolibreral, donde el descanso es pérdida de tiempo”.

Los obreros son constantemente vigilados 

Al no tener cabida, el ocio es algo impensable porque de acuerdo al entrevistado, perder un minuto es perder miles de pesos, al menos así se lo dijeron. Fue así que comenzó a ver prácticas para romper con este pensamiento, debido a que los obreros son vigilados a través de cámaras.

“Cuando ingreso a la empresa hago lo que todos hacen pero empiezo a romper el esquema porque para el trabajador también se vuelve algo raro, tienes qué estar haciendo algo. Me di cuenta de que, cuando la gente se jubila sienten extraño el descanso. En esa parte propuse tres etapas dentro de la empresa, para hacer actividades, una era el descanso, el ocio para romper la dinámica del trabajo, el otro fue dinámicas con el cuerpo y el tercero era el lenguaje escrito”.

En el último punto escribía ideas en el aire. La primera fue reconocer que él no era la máquina sino un ser humano. Otra fue escribir haciendo las letras con un dedo que estaba contento. Otro aspecto fue grabarse en un parque industrial, mostrando las fachadas y finalmente, dijo, llegó al Museo Arocena donde se propuso desmaterializar el objeto del arte.

“El caminar es como un ejercicio de resistencia, de que no estoy de acuerdo con el sistema. Decidí llegar al museo, sin pedir permiso, fue todo improvisado, hice el recorrido y llevaba el manifiesto por escrito y ahí lo leí, todo lo fui grabando”.

Fue una amiga quien le ayudó a registrar la acción en video con un teléfono móvil. Ella lo siguió para que Elías concluyera la pieza con la lectura. Se trata de una pieza en contra del trabajo. Porque dijo, reconoce al museo como el centro donde se exhibe la crítica o se valida. Sin embargo también son parte del sistema económico y social imperante.

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Lilia Ovalle
  • Lilia Ovalle
  • Socióloga por la Universidad Autónoma de Coahuila. Periodista desde el año 1999.
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