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Tilson Thomas en la PBS

Semáforo.

Hoy es el cumpleaños 44 de la cadena PBS (Public Broadcasting Service, http://www.pbs.org), una red televisiva sin fines de lucro, de propiedad colectiva y con 354 repetidoras. Sus oficinas centrales están en Arlington, Virginia; la misma ciudad que alberga a la DEA y al Departamento de Defensa de Estados Unidos. Pero es lo contrario: PBS es una fábrica de cultura y, tan buena, que las encuestas (Roper) la han hallado, desde hace ocho años, como la institución nacional que mayor confianza genera. ¿Podemos imaginar los mexicanos algo así? Durante algún tiempo, allá en los ochentas, los clientes de la televisión de paga tuvimos acceso a este canal, pero fue suspendido y sustituido por algún otro canalucho sin chiste. Nos quejamos y nos mandaron por un tubo.

La gran red vino luego en nuestro rescate, al menos en parte. Ahora tenemos acceso, si no al canal, sí a algunos de sus contenidos por vía de internet. Vale mucho la pena visitarlo y pasearse por sus contenidos: no hay nada semejante en el mundo de lengua española y, desde luego, mucho menos en México.

Pero la queja no lleva a nada. Más vale celebrar que se puede acceder a los grandes contenidos. Uno de ellos, en especial, me llena de entusiasmo: una (hasta ahora) breve serie de programas que llevan el título de Keeping Score: son exploraciones documentales que siguen alguna partitura musical. La Eroica de Beethoven, la Fantástica de Berlioz, la sinfonía Holidays de Charles Ives (cuyo patriotismo me disuadía y que, gracias al documental, aprendí a disfrutar), la extraña 5ª sinfonía de Shostakovich, una genial exploración de Aaron Copland (donde se exponen los contactos con Carlos Chávez, la música mexicana y la influencia de la pintura de Orozco en la concepción sonora de Copland) y, finalmente, mi favorito de la serie: La consagración de la primavera, de Stravinski. Cada programa desarrolla no solo la idea musical sino las circunstancias del compositor, sus influencias, pensamiento; el guión es de enorme calidad y todos los documentales son conducidos por Michael Tilson Thomas, que parece un perro afgano mojado. Es director de la San Francisco Symphony Orchestra, y es estupendo. Famoso, carismático, agradable como un lotófago (según Homero, quien comía fruto del loto, olvidaba su patria, sus preocupaciones y no quería ya salir ni regresar a casa). Su página: http://michaeltilsonthomas.com

Hay directores de orquesta que se comportan como tiranos; otros, como camaradas, como maestros, y los hay hasta meros burócratas de la batuta... Tilson Thomas es como un niño entusiasta que lleva a sus amigos a ver sus descubrimientos. O al menos eso parece en las grabaciones: el amigo listo y avispado que encuentra cosas y halla urgente que uno lo acompañe.

Y, bien: ya que la televisión mexicana no puede alzar el vuelo, dejémosla empollando y vámonos a la red. Las televisoras nos mandan por un tubo, vámonos al tubo: allá hay mucha mejor producción.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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