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Realismo japonés

Hombre de celuloide


En 2004 Hirokazu Koreeda filmó el equivalente japonés de Los olvidados. La historia de unos niños que vivían escondidos en un apartamento de Tokio era perturbadora y cinematográficamente muy influida por el realismo socialista, escuela que pone el ojo en la pobreza del Primer Mundo y que en casos como los del director Ken Loach termina por solazarse en la miseria. Sin embargo, Hirokazu Koreeda ha ganado ligereza con los años y, sin dejar de interesarse en las clases pobres de su país, crea con cada película personajes más entrañables.

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[OBJECT]El director conoce lo que Shakespeare llamaba “el corazón del corazón humano” gracias a lo cual puede retratar personajes como los de Tras la tormenta, en los que uno reconoce al arquetipo sin que importe mucho que viva en Londres, en los barrios bajos de Bruselas o en un multifamiliar de Monterrey. Al principio parece que el protagónico de Tras la tormenta es solo el cliché de un novelista incapaz de recuperarse después de un éxito que le llevó demasiado lejos demasiado temprano, pero poco a poco el guionista consigue meternos en sus sentimientos y, más aún, en los de las personas que lo rodean. Comienza a intrigarnos su comportamiento y comenzamos a formularnos algunas preguntas: ¿es así por arrogante?, ¿por narcisista?, ¿por qué se causa tanto dolor? Lo mismo parece preguntarse el muchacho con el que trabaja en una agencia de detectives privados, la ex-esposa que lo ama pero no puede vivir con él, el hijo de diez años que escribe en un ensayo escolar que el héroe al que más admira es a su abuelita y esta mujer que cocina para todos, en “tardes de sushi”, esa comida que sabe a infancia. Basada en una canción del pop japonés, Tras la tormenta tiene escenas realmente poéticas y construidas con elementos muy simples: un parque para niños, los trenes del barrio, el departamento opresivo de una madre que se está quedando ciega y un local de empeños en el que el novelista fracasado se reconcilia por fin con el gran personaje de esta película: el padre ausente, símbolo de todo aquello que el protagonista no quería cuando creciera, una sombra que sigue viviendo en las complicaciones del amor filial, en el fracaso, la pobreza y el deseo de volver a vivir después de la tormenta.


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Tras la tormenta (Umi Yori mo Mada Fukaku). Dirección: Hirokazu Koreeda. Guión: Hirokazu Koreeda. Fotografía: Yutaka Yamazaki. Con Hiroshi Abe, Kirin Kiki, Yôko Maki, Lily Franky, Isao Hashizume. Japón, 2016.

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