Por muchos años el legado de los antiguos pobladores de Nuevo León fue borrado de la historia, pero poco a poco se va reconociendo que rasgos de su cultura aún quedan entre nosotros.
La carne seca y la barbacoa los domingos, los nuevos fraccionamientos en El Huajuco, así como los nombres de municipios de Agualeguas y Hualahuises tienen relación con los antiguos pobladores.
El investigador Eduardo Cázares Puente relata cómo los grupos de Alazapas, Pelones, Catunajes, Guachiles, Gualeguas y Gualagüises lucharon resistiendo la llegada de los colonizadores, aunque algunos pocos lograron adaptarse.
Y sí, entre las tribus había una llamada “Rayados”, aunque nada tiene que ver con el actual mote del equipo de futbol.
“Los grupos no se llamaban así, con nombres que los españoles les pusieron al conocerlos. Les llamaron ‘Borrados’ porque los vieron pintados en el cuerpo, o a los ‘Rayados’ porque lucían rayas sobre el pecho”, afirma el investigador e historiador Eduardo Cázares Puente.
Nuevo León plural
Tras los primeros asentamientos a partir de 1596, los pueblos del entonces Nuevo León se conformaron por los grupos conquistadores de españoles y portugueses, pero también con sefardíes, indígenas tlaxcaltecas, mulatos o negros y los nativos.
Hablamos de poblados considerados “originarios” como Cadereyta, Villaldama, Montemorelos, el Valle de las Salinas y, por su puesto, Monterrey.
“Son grupos que con el paso del tiempo no se adaptaron a la vida europea cristiana, productiva y capitalista. Y poco a poco se fueron exterminando, o se fueron mezclando con los mismos mestizos”, refiere Cázares.
Los recientes trabajos de genealogía en los que Eduardo Cázares ha trabajado han dejado al descubierto la presencia de un importe número de población mulata o negra en el Nuevo León de los siglos XVI y XVII, otro sector olvidado por la historia oficial.
“Se han encontrado muchos registros de mulatos, contrario a lo que la tradición conservadora de la historiografía local menciona. Al no adaptarse los indígenas locales, los españoles traían a los mulatos o negros para servir aquí”, afirma el investigador.
Aunque el rastro de las culturas indígenas originarias del noreste se ha borrado, en Nuevo León persiste su memoria en los sitios arqueológicos de Piedras Pintas, en Parás, o Boca de Potrerillos, en Mina.
Incluso, persiste en nuestra cultura diaria con el consumo de carne seca que los antiguos pobladores ya preparaban, o bien, algunos tipos de barbacoa con carne de venado, por ejemplo.
¿Rayados... como el equipo de fútbol?
En los últimos años, las redes sociales han servido para divulgar aspectos de la historia local. Un debate ha llamado la atención de los aficionados futboleros, quienes encuentran relación entre el mote de “Rayados” del Club Futbol Monterrey con el de una de las tribus originarias.
“Tengo entendido que no tiene nada que ver. Recordemos que el equipo de futbol tuvo un primer uniforme con una diagonal azul, regresan de Segunda División y ahí adoptan la camisa a rayas, y viene el mote de ‘rayados’, pero no por los indígenas”, menciona Cázares Puente.
Sin embargo, de estos debates en redes sociales surge algo positivo: el reconocimiento a la memoria de los pueblos originarios del noreste, que por muchos años permaneció oculta.
“En los últimos años vemos cómo se recupera la memoria de estos grupos indígenas, de esa pertenencia histórica. Muchos aspectos de la historia en Nuevo León han estado olvidados, y un tema son los primeros pobladores y su cultura”, afirmó.