El estado de Puebla se reafirma en la producción de flores emblemáticas para la temporada de Día de Muertos, al concentrar 72 por ciento de la producción nacional de la flor de cempasúchil, con más de 15 mil toneladas de flor de corte, cuyo valor supera los 99 millones de pesos.
Para la temporada 2025 se sembraron más de un millón de macetas destinadas a la venta y comercialización. En cuanto a la flor de terciopelo, se alcanzó una producción de más de 220 mil manojos.
Para 2025 se sembraron más de un millón de macetas, cifra histórica que refleja el compromiso y la dedicación de las y los floricultores locales, a decir de Ana Laura Altamirano, secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural, de Puebla.
A través de un comunicado, se destacó la importancia del diálogo permanente con los productores, quienes trabajan tanto en viveros como a cielo abierto en la región de Atlixco, núcleo vital para esta industria.
La funcionaria subrayó que durante una reunión reciente, se delinearon estrategias para robustecer la comercialización y garantizar que las familias poblanas obtengan un beneficio económico real, a través del impulso al consumo local.
El gobierno estatal ha implementado una serie de apoyos esenciales para transformar el campo, entre los que destacan la entrega de insumos estratégicos, el equipamiento con tecnología de punta, indemnizaciones por fenómenos climatológicos adversos y el servicio gratuito de módulos de maquinaria agrícola. Estas acciones reflejan un compromiso firme con la sostenibilidad y el desarrollo de la producción floral en Puebla.
El gobernador Alejandro Armenta refrendó su respaldo constante a las y los productores, impulsando la productividad y la competitividad del campo poblano, elementos clave para mantener a Puebla como capital nacional de la tradición de flores que engalanan el Día de Muertos.
La funcionaria dijo que sostuvo una reunión con floricultores de la región que producen en vivero y a cielo abierto, con el objetivo de mantener cercanía con las y los productores, escuchar sus peticiones y establecer estrategias que fortalezcan la comercialización de flores en los últimos días de la temporada de Día de Muertos, particularmente de cempasúchil y terciopelo.
 
	Se expuso que las y los productores de la región han recibido apoyo a través de diversos programas destinados a la transformación del campo poblano, entre ellos: insumos estratégicos para la producción; equipamiento y herramientas del Programa de modernización y equipamiento del campo.
Además de indemnizaciones por afectaciones de granizadas y lluvias mediante el Programa de Atención a Contingencias Agropecuarias y el servicio gratuito de módulos de maquinaria para fortalecer la producción local.
El Gobierno de Puebla, encabezado por Alejandro Armenta, reafirmó su compromiso con las y los productores y promueve acciones que fortalezcan la productividad, la comercialización y el desarrollo sostenible del campo poblano.
Origen de la flor de cempasúchil
El origen de la flor de cempasúchil, según el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y otras fuentes asociadas, se sitúa en la región de Mesoamérica, donde esta flor crecía de manera silvestre y era cultivada por las civilizaciones prehispánicas.
El cempasúchil, cuyo nombre proviene del náhuatl cempohualxochitl, que significa “veinte flores”, era una planta muy valorada en los rituales y homenajes a los difuntos.
Particularmente los mexicas la usaban ampliamente en altares, ofrendas y ritos funerarios como un símbolo vital del ciclo de la vida y la muerte. La flor no sólo se apreciaba por su belleza y fragancia, sino también por su significado ceremonial, ya que se creía que su aroma ayudaba a guiar a las almas en su regreso durante el Día de Muertos.
Esta tradición ancestral ha perdurado hasta la actualidad y ha sido reconocida por la UNESCO como Patrimonio Intangible de la Humanidad. Además, diversas variedades de cempasúchil fueron reconocidas y cultivadas en la época prehispánica, algunas consideradas “hembras” por su tamaño y otras “machos” por ser más pequeñas.
La especie predominante usada en las festividades es Tagetes erecta L., endémica de México y Mesoamérica, con un cultivo continuo que ha sido mejorado por campesinos a lo largo de generaciones. El cempasúchil es así un símbolo cultural profundo, cuya historia y tradición forman parte esencial del patrimonio mexicano y sus costumbres relacionadas con la muerte y el recuerdo de los seres queridos.
En 2023 en las diversas partes del país, se produjeron 21 mil toneladas de dicha flor, más de 2 millones 451 mil plantas y más de 509 mil manojos. Así, miles de productores mexicanos encontraron en esta tradición una oportunidad para obtener ganancias.
Siendo los lugares en donde mayormente se cultiva la flor en el país: Puebla, Tlaxcala, Hidalgo, San Luis Potosí, Guerrero, Oaxaca, Morelos, Durango, Sonora y Ciudad de México, en las alcaldías de Xochimilco y de Milpa Alta.
PCL
 
	 
	 
	 
	 
         
                                     
                                    