Séverine Parent trabajó durante 15 años en el Cirque du Soleil como entrenadora de voz; en los últimos seis años casi 500 voces que forman parte de esa compañía fueron descubiertas por ella. Hoy está dedicada a Vocalery, proyecto en el que desarrolla clínicas y talleres para entrenar cantantes y formar profesores en Latinoamérica.
En entrevista, Parent dice que la voz es el instrumento por excelencia: “Con ella puedes expresar letra y melodía. Me gusta porque es un instrumento muy personal.
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“Cuando subes al escenario es como desnudarte emocionalmente. Pero hay que aceptar que también se es vulnerable, por eso quiero transmitir que no hay más placer que compartir con el público de manera liberada y aceptar lo que somos”. [OBJECT]
La técnica de Séverine está inspirada en el trabajo del francés Richard Cross, quien trabaja desde hace 30 años con una pedagogía basada en la fisiología, la verticalidad y la libertad del instrumento. Esta técnica se trabaja de manera personalizada pues, explica Parent, cada quien tiene sus propios problemas y tensiones.
La entrenadora añade que su técnica está enfocada en quienes usan micrófonos, “porque por años no hubo profesores de técnica vocal para la gente que cantaba pop, jazz y músicas tradicionales, pues todos eran de clásico. En este no se usa el micrófono y por eso hay algunas cosas que físicamente no corresponden con las técnicas.
“Tanto el clásico como Broadway son formatos, entonces encajas o no. Yo me salí de la carrera clásica porque me decían que cantar con voz de pecho era una herejía, y yo quería explorar. A mí lo que me gusta es descubrir nuevas músicas, y por eso trabajé en el Cirque tanto tiempo: podía viajar y descubrir música y cantantes tradicionales de todo el mundo”.
Tensiones
La ex cazatalentos del Cirque estuvo recientemente en Ciudad de México para impartir talleres a alumnos del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Desarrolló puntos que han caracterizado su método, con los que “trato de hacerlos entender que no tienen que cambiar su voz cuando cantan; trato de reencontrar comodidad y sonido para que se den cuenta que de manera cómoda suenan así y hay que aceptarlo”.
Dentro del circuito de la música existen mitos y obsesiones; uno de ellos, cuenta Séverine, es que los cantantes suelen volverse obsesivos porque su instrumento es interno y se guían solo por sensaciones. Las exigencias de llegar a cierto tono también se convierten en un problema para los cantantes pues representa un esfuerzo físico que “aniquila el placer de cantar. Todos esos esfuerzos crean tensiones que son físicas primero, pero después se vuelven mentales”.
Vocalery no es el único proyecto con el que Séverine busca transmitir sus conocimientos sobre música y arte en Latinoamérica. Ahora se dedica a traducir su pedagogía para hacer un libro en español y forma parte de Soñartes, fundación que ayuda a jóvenes venezolanos a tener mayor acceso al arte.
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