De aquella parte de la ciudad que por derecho
de nacimiento y crecimiento, odio y amor
puedo llamar la mía (a sabiendas
de que nada es de nadie),
no queda piedra sobre piedra.
***
Esta ciudad no tiene historia.
sólo martirologio.
El país del dolor,
la capital del sufrimiento,
el centro deshecho
del inmenso desastre interminable.
***
“Nada es eterno” era una simple frase,
pero nunca creímos
que nos tocaría ver el final de todo en segundos.
¿Para qué construir ciudades, seguir aquí, tener hijos
si basta un estallido de la furia ciega sin nombre
para acabar con todo lo que somos?
***
Era tan bella (nos parece ahora)
esa ciudad que odiábamos y nunca
volverá a su lugar.
Fragmentos de Las ruinas de México (Elegía del retorno), que forma parte del libro Miro la tierra (1984-1986), publicado por Tusquets en 2025.
©Herederas de José Emilio Pacheco.
AQ