Cultura

Vengadoras y mala leche

Libros | A fuego lento

En los cuentos de 'Un descuido cósmico', de Liliana Blum, la venganza no se recomienda, sino se disfruta.

¿Cómo no rendirse ante Un descuido cósmico (Tusquets), la más reciente aventura literaria de Liliana Blum? Tiene un sentido del humor en tonos delicadamente sombríos, dosis exactas de mala leche, una galería de personajes inusitados —me niego a llamarles “fantásticos” —y una cadencia narrativa que semeja el efecto de un poderoso estimulante. Ocho cuentos son suficientes para crear un mundo.

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Ese mundo está poblado por mujeres que, contra todo pronóstico, se rebelan contra su papel de víctimas: descargan, en varios casos, el hacha del verdugo sobre la ostentosa impunidad de adúlteros, malquerientes, patanes o abusadores. Aunque no nacieron para la venganza, han llegado a disfrutar de este plato frío. Pienso en las protagonistas de “Alas a los alacranes” y “La semana de Nínive”. Allá Faina no puede dosificar el placer que le produce atormentar a su esposo infiel con el muñeco que ofrenda a una deidad vudú; acá una vampira centenaria elige su cena de entre el amplio menú de delincuentes “que roban la casa de un anciano” o de violadores “de lote baldío”. Liliana Blum no necesita asestarnos una arenga feminista para atraernos hacia los desfiladeros psicológicos de sus justicieras. Y es que, en ocasiones, dudan también acerca de la nobleza de sus actos. “Una Lady Macbeth cualquiera” ofrece a una cuarentona insignificante que establece una suerte de relación epistolar con un asesino serial mientras pasea a sus perros por la mañana. La culpa comienza a revolotear a su alrededor cuando su deseo más inconfesable se cumple como si fuera un trámite sencillo.

No creo que Liliana Blum haya abandonado a sus monstruos pentápodos o a sus cara de liebre. Lo mismo en la novela que en el relato, hay un mismo temperamento. Me refiero a una visión de la condición humana —que en el caso de Un descuido cósmico incluye también a una creatura extraterrestre, torvo y mustio— en la cual la capacidad para mancillar y engañar no es solo un atributo de machos sudorosos sino de tiernas abuelitas, enfermeras, amas de casa o nueras boquiflojas. Cuando menos te lo esperes, tu mejor amiga puede recomendarte a una bruja blanca para que te induzca un embarazo largamente deseado que al cabo de unas semanas llegará a su fin con un bebé en forma de pájaro.

Un descuido cósmico

Liliana Blum | Tusquets | México | 2023

AQ

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Roberto Pliego
  • Roberto Pliego
  • (1961) Cursó Letras Hispánicas en la UNAM. Fue subdirector de la revista Nexos. Autor de La estrella de Jorge Campos y 101 preguntas para ser culto, es editor de Laberinto.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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Laberinto es una marca de Milenio. Todos los derechos reservados.  Más notas en: https://www.milenio.com/cultura/laberinto
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