Cultura

La flautista Juliette Hurel tocará obras de compositoras francesas en la Universidad Panamericana

Música

Con un repertorio ecléctico que incluye dos obras del siglo XIX, se presentará el 13 de noviembre en el Centro Cultural Juan Rulfo

De acuerdo con una crítica del diario Le Monde, “Juliette Hurel devora la música con una energía contagiosa y un gran sentido del humor. Ya sea interpretando a Berio o a Bach, nunca muestra la menor dificultad, incluso en obras que a veces resultan intimidantes y en repertorios que suelen ser muy diversos”. Si bien toca una flauta Pearl con baño de oro de 18 quilates, no es su instrumento lo que deslumbra, sino su capacidad para interpretar repertorios de diversas épocas y estilos.

Esto podrá constatarse el 13 de noviembre en su presentación en el Centro Cultural Juan Rulfo, Campana 59, colonia Insurgentes Mixcoac, como invitada de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Panamericana. Acompañada por el pianista Rodrigo Acevedo, interpretará un repertorio ecléctico que pone énfasis en compositoras francesas del siglo XIX.

Ganadora del primer premio de flauta en el Conservatorio Nacional Superior de Música de París, entre otros reconocimientos, en 2004 fue nombrada Solista Instrumental del Año en los premios Victoires de la Musique Classique. Además de actuar en las grandes orquestas francesas, también ha sido solista de agrupaciones como la Orquesta Sinfónica Metropolitana de Tokio, la Orquesta Sinfónica de Colombia, la Orquesta Metropolitana de Montreal, la Orquesta de la BBC de Gales y la Hong Kong Sinfonietta. Cultivadora de la música de cámara, desde 1993 formó un dueto con la pianista Hélène Couvert, con la que ha tocado y grabado obras olvidadas, al tiempo que ha encargado obras para su instrumento a compositores contemporáneos.

Flautista principal de la Orquesta Filarmónica de Rotterdam desde 1998, Juliette Hurel cuenta en entrevista que desde pequeña se involucró en la música, dado que su madre era maestra de música y su padre un trompetista de jazz amateur. “Por eso en casa siempre había mucha música. Mi madre era muy amiga de una maestra de flauta, así que por eso empecé a tocar este instrumento: la flauta me escogió a mí más que yo a ella. La flauta es felicidad, libertad, vuelo, amor”.

Al comentar su larga relación con la Orquesta Filarmónica de Rotterdam, comenta que si bien ha permanecido casi tres décadas, “pareciera como si apenas fueran diez. Tuve la fortuna de tener como director a Valery Gergiev durante diez años y luego a Yannick Nézet también durante una década. Ambos son músicos increíbles. Ahora tenemos nuestra octava y última temporada con Lahav Shani, quien también es un director y pianista fantástico. También he pasado momentos muy hermosos con él como director. Además soy muy afortunada por tener colegas muy amigables, siempre es una gran alegría tocar con la orquesta”.

Una de sus experiencias más memorables como solista fue trabajar cerca del compositor Pierre Boulez, una de las glorias de la música francesa y del mundo. “Tuve la oportunidad de tener un ensayo privado como Pierre Boulez con su obra explosante-fixe, solo él y yo —dice con evidente emoción—. Yo tocaba en un salón pequeño en el Instituto de Investigación y Coordinación de Acústica/Música y él dirigía, con mucha calma y dándome consejos. Fue muy amable”.

Si en los últimos años se ha dedicado en mayor medida a la música de cámara, es porque considera que se puede trabajar con ella a detalle y disfrutar de mucha libertad, como ha sucedido con su alianza con Hélène Couvert. “La conocí en el Conservatorio de París y le pregunté que si quería formar un dúo conmigo —rememora sobre su encuentro—. Aceptó, nos volvimos las mejores amigas y aquí estamos muchos años después haciendo discos, conciertos, proyectos y mucha felicidad. Siempre estamos en busca de nuevos programas, obras desconocidas, es muy emocionante”.

Sobre el repertorio que presentará en México declara: “Adoro el repertorio francés, así que hay muchas piezas de esa nacionalidad en el programa. Tocaré obras de mujeres compositoras (Augusta Holmès y Mel Bonis), las cuales grabé con Hélène y que son muy hermosas, además de que me gusta que se vuelvan más conocidas. Pasamos mucho tiempo buscando y eligiendo obras para nuestro disco Compositrices à l’aube du XXème siècle y descubrimos verdaderas obras maestras. Por eso quiero tocar las obras de esas compositoras lo más que pueda, merecen ser más conocidas, puesto que su música es muy buena”.

El resto del programa incluye Syrinx, de Claude Debussy, que, a su juicio, “es una obra maestra absoluta, muy poética y refinada. Voice, de Toru Takemitsu, es una pieza excelente para flauta sola con muchos efectos moderna, muy poderosa y un poco teatral. La Sonata para flauta, de Francis Poulenc es una de mis obras favoritas, es en realidad la flauta y el espíritu francés que adoro”.

PCL

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Patricia Curiel
  • Patricia Curiel
  • patricia.curiel@milenio.com
  • Estudió Comunicación y Periodismo en la UNAM. Escribe sobre arquitectura social y el trabajo de las mujeres en el campo de las artes. Cofundadora de Data Crítica, organización de investigación periodística que produce historias potenciadas por análisis de datos.
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