La cuentista Irene Reyes-Noguerol (Sevilla, 1997) llegó a la FIL de Guadalajara con un aura casi mítica, pese a su juventud, para presentar la ya quinta reeimpresión de Alcaravea (2024), un libro con doce relatos que ha sido elogiado por el público y la crítica española.
“El libro está dividido en dos mitades: la primera, con personajes históricos; y la segunda, con cuentos que reflejan las vivencias de antepasados a los que ni siquiera llegué a conocer, mi abuelo, mi bisabuela, historias que escuché de mi madre, quien fue la encargada de pasarme todo este conocimiento de sabiduría generacional”, dijo la también autora de Caleidoscopios (2016) y Homero y otros dioses (2018).
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Seleccionada por la revista Granta en español como una de los 25 mejores escritoras y escritores jóvenes, estuvo acompañada el pasado viernes 5 por la poeta y narradora Sandra Lorenzano quien, a propósito del volumen, al final del acto literario la puso a cantar una canción de cuna.
"Entender lo que significa el ser humano en todas sus amplitudes"
La sevillana, graduada en Filología Hispánica con Premio Extraordinario y máster en Educación, también participó el sábado 6 en el Encuentro Internacional de Cuentistas de la FIL, que cura Alberto Chimal, en un diálogo con la narradora peruana Katya Adaui (1977) y la potosina Liliana Blum (1974).
Destaca el rol de la familia en el primer acercamiento de una persona al relato, a través de la oralidad.
“Siempre hay una voz familiar, una voz amiga, que es la que nos va contando desde que somos muy pequeños todas esas historias, que pueden ser ficticias, que pueden tener mucho que ver con el sello familiar y que nos van conformando también a nosotros no solo como personas, sino como lectores.
“La persona que escucha, el niño que empieza a escuchar una historia es también un lector, está teniendo ese primer contacto mágico y misterioso con la literatura, que supone el recibir un texto a través de alguien con la que siente un afecto importante”, agregó ante un público casi solo de mujeres.
Alcaravea, título del último relato y del volumen, publicado por Páginas de Espuma, es el nombre de la planta herbácea Carum carvi, conocida por sus propiedades culinarias y medicinales.
“Y hablando de afecto, también es algo que tiene que ver mucho con mi libro y con la palabra alcaravea, porque es curioso cómo esta planta, que ven en la portada del libro, tiene en sus semillas un valor ambivalente, ambiguo, porque mezcla lo amargo con lo dulce al mismo tiempo.
“En literatura, lo que me parece más atractivo, más honesto sobre quiénes somos nosotros y más verosímil, es entender lo que significa el ser humano en todas sus amplitudes, a dejarnos de visiones, radicales, maniqueas, que pueden ser muy atractivas, pero que no dan cuenta de lo que somos realmente”, agregó Reyes-Noguerol, que llegó a la FIL con su libro seleccionado entre los mejores del 2024 por los diarios españoles El País y El Mundo y con elogios de colegas como Luna Miguel.
Personajes históricos e historias familiares
La docena de cuentos abre con la nana tradicional andaluza Alcaravea, que a Reyes-Noguerol se la cantaba su madre, que la acompaña en Guadalajara, y a ella su abuela, y a ella su bisabuela.
La primera mitad trae historias de personajes históricos: Van Gogh, Ana Ruiz, madre de Antonio y Manuel Machado, las bailarinas de Degas, la turbulenta relación entre el rey Almutamid y Abenámar, Lope de Vega y su amante Marta de Nevares. La segunda mitad incluye historias familiares: desertores de la guerra civil, un amor truncado, un bastardo, una bisabuela abandonada y explotada de niña.
El público estaba tan embelesado ante la exposición de la escritora sevillana, que nadie interrumpió su alocución, ni siquiera su colega Lorenzano, recién nombrada como primera directora de la sede UNAM-América Latina en Chile, como antes lo fue de la de Cuba.
Al final, Sandra Lorenzano aprovechó para pedirle a Reyes-Noguerol que le regalara la nana que escuchaba de niña en voz de su madre, para una colección de arrullos que ha formado de distintos lugares del mundo, a lo que la sevillana sin regateos aceptó la propuesta para cantar la nana “Alcaravea”.
“Ea la ea, / ea la ea, / cominitos y clavos / y alcaravea...”, cantó la cuentista con hermosa voz soprano.
HC
