La consejera de Cultura de Cataluña, Sònia Hernández Almodóvar, considera que la Feria del Libro de Guadalajara es una oportunidad enorme para la literatura e industria editorial de la región autonómica. “Este año, sin ir más lejos, en nuestro stand hay 119 editoriales, 74 más que en 2024, y de lo que más orgullosos estamos es que acompañamos a todas ellas y muchas de las que durante varios años han estado con nosotros ahora ya tienen su stand propio, porque aquí están editoriales pequeñas, medianas, que a lo mejor no pueden tener un stand por sí solas”, dijo en entrevista.
Recordó que Barcelona es una ciudad de libros, de edición, de editores y de autores no solo españoles y catalanes, sino latinoamericanos que llegan a la capital catalana donde han sido publicados. Además, se apuesta a mantener apoyos a las editoriales pequeñas para que las grandes no se las coman.
Barcelona una ciudad de libros
“En esta feria se ve que Barcelona es una ciudad de libros. En la sección de editoriales nacionales, muchas de ellas son editoriales españolas, y cuando decimos españolas, muchas de ellas son catalanas. Tenemos escritores latinoamericanos que recalan en Barcelona y que al final son un poco autores nuestros, como Gabriel García Márquez, que pasó mucho tiempo en Barcelona, o Roberto Bolaño, que también tiene un gran vínculo”, apuntó.
Subrayó el papel que tiene la fiesta de San Jordi, el Día del Libro, en la ciudad mediterránea. “Una cosa muy excepcional, la envidia de medio mundo y un gran orgullo nuestro, es la fiesta de Sant Jordi, que para nosotros es el Día del Libro. Es el día más bonito del año, porque Barcelona y Cataluña entera se llenan de libros. Todas las librerías y editoriales están en la calle, todo el mundo compra libros y eso es muy importante. Además, desde hace un año en marcha, tenemos un Plan Nacional del Libro y la Lectura, con un montón de iniciativas que se irán desplegando. Tenemos el 90 por ciento de ellas ya en marcha, cuyo objetivo es tener más lectores habituales, sobre todo en catalán, una lengua minorizada”, añadió la funcionaria del Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya.
Sobre esto último, Hernández Almodóvar argumentó que el catalán es “una lengua minorizada”, con ocho millones de personas en toda Cataluña. Por lo tanto, el gobierno regional debe hacer esfuerzos suplementarios para el desarrollo del mercado en ese idioma, junto al español.
El Gobierno de Cataluña, a través del Institut Català de les Empreses Culturals (ICEC) del Departamento de Cultura, en 2024 dio un apoyo al sector editorial de 9.7 millones de euros a través de subvenciones y servicios directos. “Tenemos un instrumento, el Instituto Catalán de las Empresas Culturales, con un área en cuya dirección está Joaquín Bejarano, orientada a ayudar a las empresas del entorno de la cultura. Es un instrumento importantísimo con años de funcionamiento, con áreas para cada sector, una para el libro. Y tenemos unas líneas de subvención estabilizadas. Tenemos también una manera de hacer política: hacerla de la mano de los sectores, no solo desde los despachos de los políticos. Cuando llegamos a un acuerdo de una línea de subvención es porque estamos convencidos que ayudará al sector”, sostuvo la consejera de Cultura de Cataluña.
Hernández Almodóvar explicó que ese diálogo entre gobierno y sector repercute para su trascendencia. “Desde la política orientamos hacia dónde queremos llevar la cultura, y lo hacemos en diálogo con el sector. ¿Qué hace eso? Blinda que con cambios políticos haya cambios radicales en las líneas de subvención”.
El impacto de las políticas públicas
Sobre cómo miden el impacto de las políticas públicas en la industria editorial, indicó que es a partir de los reportes que envían las editoriales que participan en las ferias de todo el mundo, como la FIL.
Junto con Joaquín Bejarano, indicó que buscan que haya indicadores de cómo impactan las políticas públicas en el sector editorial, que tiene la ventaja de ser uno de los más industrializados. Afirmó que hay datos de facturaciones reales cerradas por sectores, por comunidades autónomas, en este caso Cataluña, y también en cuanto a la internacionalización. “Tenemos un seguimiento en el que podemos hacer comparativas año con año sobre qué resultado y qué impacto tienen las políticas públicas que la Consejería pone en marcha en relación al sector editorial, que son cuantificables y públicas”, apuntó.
Y, a pregunta expresa sobre cómo trabaja su consejería con las editoriales independientes en un mercado en que prevalecen los grandes consorcios, admitió que son las que más ayuda requieren. “Es verdad que tenemos un sector con grandes editoriales y mayoritariamente con editoriales muy pequeñas y son estas las que necesitan más ayuda. Tenemos líneas específicas para el mundo editorial, tenemos muchísimo diálogo con el sector, tenemos consejos nacionales en los que nos sentamos todos los agentes relacionados con la literatura, asociaciones que representan a los escritores, a los editores, a los traductores. “Es muy importante que estas editoriales pequeñas puedan llegar a ser medianas para tener un ecosistema más saneado y diverso. Los ecosistemas tienen que ser diversos porque si no los grandes se comen a los pequeños”, finalizó la consejera de Cultura.