La música, muchas veces, trasciende lo sentimental. Puede conmovernos, sí, pero también funciona como un recordatorio de aquello que no debió ocurrir, de lo que debemos evitar, o de las heridas que, por incómodas que sean, no podemos olvidar.
En la historia del entretenimiento abundan ejemplos. Imagine, de John Lennon, es un manifiesto de desapego material convertido en un grito por la paz. Earth Song, de Michael Jackson, nos advierte —con imágenes tan impactantes como su letra—, de las consecuencias de ignorar el daño que provocamos a nuestro planeta. Y si buscamos un retrato más crudo; ahí está Zombie, de The Cranberries, que denuncia la violencia que azotó Irlanda del Norte durante los años setenta y ochenta.

Pero entre todas esas canciones que invitan a la reflexión, pocas resultan tan sorprendentes como Enola Gay, el éxito ochentero de synth pop de Orchestral Manoeuvres in the Dark (OMD para los cuates). Detrás de su melodía pegajosa y su sintetizador irresistible, esconde una narración directa sobre los bombardeos atómicos que Estados Unidos lanzó contra Hiroshima y Nagasaki para poner fin a la Segunda Guerra Mundial.
Al cumplirse ocho décadas de aquel ataque, Enola Gay sigue siendo una rareza: un tema que hace bailar mientras relata uno de los episodios más salvajes de la historia reciente. Aquí, en MILENIO, desmenuzamos la historia detrás de una canción que demuestra que, incluso bajo una pista de baile, la memoria sigue viva.
Del suicidio de Hitler a la última batalla
Si pusiste atención en tus clases de Historia (dejando de lado el grado académico), recordarás que el siglo XX fue escenario de dos guerras mundiales. La primera, de 1914 a 1918, se desarrolló principalmente en territorio europeo. La segunda —donde se sitúa nuestro relato— se extendió por todo el planeta entre 1939 y 1945.
No vamos a darte una “clase express” de Historia del Siglo XX, pero sí vale la pena tener presente que la guerra en Europa terminó en abril-mayo de 1945 con la rendición alemana y el suicidio de Adolf Hitler. Sin embargo, el conflicto en el Pacífico contra el Imperio japonés se prolongó. Japón había expandido su dominio militar por gran parte de Asia y mantenía un enfrentamiento directo con Estados Unidos desde el ataque a la base naval de Pearl Harbor, el 7 de diciembre de 1941.
Con el paso del tiempo, las bombas y los soldados, para 1945 el Océano Pacífico y Asia se habían convertido en el polvorín favorito de Japón. Negado a rendirse, el Imperio nipón se enfrentaba a la superpotencia estadunidense, en un conflicto que no acabaría bien.
Durante la Conferencia de Potsdam (17 de junio - 2 de agosto de 1945), el presidente estadunidense Harry S. Truman lanzó un ultimátum claro a Japón: rendirse o enfrentar consecuencias devastadoras.
“La inevitable y completa destrucción de las fuerzas armadas japonesas e inevitablemente la devastación del suelo japonés”, advirtió Truman en aquella ocasión, en Potsdam, Alemania.
La respuesta japonesa no se hizo esperar. En una conferencia de prensa, el primer ministro Kantarō Suzuki rechazó tajantemente la advertencia del presidente estadunidense.
Lo que debes saber¿Algo bajo la manga?
Durante la Conferencia de Potsdam, Truman jamás habló de la existencia de las bombas atómicas, pero de camino a Alemania, el presidente estadunidense se "pensó" para él mismo en "lanzar esas bombas", pero llegó a la conclusión de que el bombardeo era la mejor opción para terminar la guerra rápidamente y de esa manera "inundar" de miedo a la población japonesa.

El proyecto Manhattan: cuna de Little Boy y el poco conocido Fat Man
Mientras Europa vivía sus convulsiones, en Estados Unidos el físico Robert Oppenheimer dirigía un proyecto secreto que culminó con la creación de dos bombas atómicas: armas letales capaces de arrasar todo a su paso, con un poder jamás visto antes en la historia de la humanidad.
La letalidad de estas bombas tuvo que ser probada primero en Nuevo México, durante la llamada Prueba Trinity, el primer test registrado de un arma nuclear moderna (prueba que, afortunadamente, no fue utilizada para causar daño a personas).

De estas pruebas y la intensa investigación liderada por Oppenheimer surgieron dos armas: Little Boy y Fat Man, nombres clave de las creaciones de destrucción masiva que, lamentablemente, terminarían siendo usadas contra la población civil.
Aunque las bombas ya estaban listas, la aviación estadunidense no tenía un objetivo claro para lanzar estas “pequeñas” armas. La selección de los blancos se realizó en mayo de 1945 y, bajo la sugerencia de Oppenheimer, una de las bombas fue lanzada sobre Hiroshima, una ciudad de importancia militar para el Imperio japonés.
Otras ciudades como Kioto y Yokohama también figuraron en la lista de objetivos, ya que, pese al conflicto en Asia, permanecían relativamente intactas. Kioto fue incluida debido a su relevancia religiosa y social para Japón.

Lo que debes saberLas bombas atómicas no eran iguales
Las dos armas tenías dimensiones diferentes y una letalidad distinta.‘Little Boy’:
De aspecto alargado y color verde olivo, pesaba aproximadamente 4 mil 400 kilogramos y tenía tres metros de longitud . Fue usada en Hiroshima la primera que detonó en Japón.
‘Fat Boy’:
Pesando lo doble que su "hermano", medía 3.25 metros de longitud y pesaba 4 mil 670 kilogramos. Se usó en Nagasaki y es la segunda arma nuclear que detonó en Japón.
Los bombadeos atómicos: Enola Gay y Bockscar viajan a Japón
En agosto de 1945, con la guerra prolongándose, 12 miembros de la aviación estadunidense emprendieron un “viaje” mortal hacia territorio japonés a bordo de un bombardero Boeing B-29 Superfortress. Bajo el mando del coronel Paul Tibbets, piloto del Enola Gay, la tripulación fue la encargada de buscar la rendición japonesa con Little Boy como letal pasajero.
La mañana del 6 de agosto, Little Boy fue liberada desde una altura de aproximadamente 600 metros, cayendo sobre Hiroshima y desatando una destrucción sin precedentes. El impacto provocó una nube radiactiva y lluvia ácida que contaminó todo a su paso.
Según National Geographic, la primera bomba atómica arrasó 1.6 kilómetros a la redonda, provocó incendios en 11 kilómetros y dejó el 70% de la ciudad reducida a escombros.
Tres días después, los estadunidenses regresaron a Japón, esta vez con el bombardero Bockscar y su “cómplice” letal: Fat Man, la segunda bomba atómica utilizada en la historia.
El 9 de agosto de 1945, Fat Man cayó sobre Nagasaki, uno de los puertos más importantes del sur de Japón y un punto estratégico por su relevancia comercial. Allí se encontraban, entre otros objetivos, la fábrica de Mitsubishi, la Escuela de Medicina y el Hospital General.
Hasta ese día, Nagasaki apenas había sufrido ataques de gran magnitud. Sin embargo, su localización geográfica y sus viejas construcciones de madera la convirtieron en un infierno terrestre: las llamas se propagaron rápidamente por el crecimiento urbano desordenado y edificios dispersos por toda la periferia.
Sobre los bombardeos, el presidente Harry S. Truman declaró:
“Los japoneses comenzaron la guerra desde el aire en Pearl Harbor. Ahora les hemos devuelto el golpe multiplicado. Con esta bomba hemos añadido un nuevo y revolucionario incremento en destrucción a fin de aumentar el creciente poder de nuestras fuerzas armadas.”

¿Pero quién es Enola Gay?
Pasado el tiempo, una ocupación militar de 10 años, las modas, las guerras (porque hubo más) y la construcción del Muro de Berlín, se llegó a los años 80, donde la banda de synth pop Orchestral Manoeuvres in the Dark (OMD para los cuates) publicó el 26 de septiembre de 1980 su cuarto sencillo llamado Enola Gay, mismo que viene en su segundo álbum de estudio, Organisation.
La canción compuesta por Andy McCluskey (fundador de OMD) hace referencia al nombre que el coronel Paul Tibbets bautizó al bombardero estrella de la Segunda Guerra Mundial, que, como dato adicional lleva el nombre de la madre del coronel que pilotó el avión.
El hit de los años 80 e himno antibélico es demasiado explícito con la letra que explica todos los detalles del bombardeo. Además, es exacto con la hora en que la tripulación del bombardero tiró la bomba:
"It's 8:15"
"And that's the time that it's always been"
Traducido al español, la canción dice lo siguiente:
“Son las 08:15”
“Y ese es el tiempo que siempre ha sido”
Además, el éxito de OMD juega con la letra al decir que Enola carga a un pequeño niño, como si se tratara de un bebé de brazos.
Enola Gay
Is mother proud of little boy today?
Traducido al español, la canción dice lo siguiente:
Enola Gay, ¿está orgullosa su madre de su pequeño hoy?

La canción, hoy un clásico del pop inglés, se ha convertido en uno de los temas más aclamados de OMD. Su pegajoso sintetizador la hace irresistible para bailar, aunque ese ritmo casi nos haga olvidar la dura realidad que esconde su mensaje antibélico.
La banda que sigue vigente no se quedó nada más en la canción que pide una reflexión sobre este acontecimiento histórico, sino que además forma parte de la banda sonora de Pretty in Pink (1986) con la balada pop If You Leave (catalogada por la revista Rolling Stone como una película indispensable de esa década).
OMD también hizo entrega de canciones como So in Love, Secret o Souvenir, trabajos que mantienen el sintetizador que los ha llevado a las listas de popularidad en Gran Bretaña ya ganarse un lugar en la biblioteca musical de cualquier amante del pop en inglés.
Letra de la canción 'Enola Gay'
Según el portal web de Musixmatch, la letra toca el bombardeo atómico que terminó con la Segunda Guerra Mundial.
Conforme avanza la canción, la letra señala que Enola se "tenía que haber quedado en casa", haciendo una invitación al público para que reflexione si los bombardeos atómicos en verdad eran necesarios.
Enola Gay
Deberías haberte quedado en casa ayer
Ajá, las palabras no pueden describir
El sentimiento y la forma en que mentiste
Estos juegos que juegas
Terminarán en algo más que lágrimas algún día
Ajá, Enola Gay
Nunca debería tener que terminar de esta manera
Son las 8:15
Y esa es la hora que siempre ha sido.
Recibimos tu mensaje en la radio.
Las condiciones son normales y estás volviendo a casa.
Enola Gay,
¿está orgullosa su madre de su pequeño hoy?
¡Ajá! Este beso que das
nunca se desvanecerá.
Enola Gay
Nunca debería terminar de esta manera
Ajá, Enola Gay
No debería desvanecerse en nuestros sueños
Son las 8:15
Y esa es la hora que siempre ha sido.
Recibimos tu mensaje en la radio.
Las condiciones son normales y estás volviendo a casa.
Enola Gay,
¿está orgullosa su madre de su pequeño hoy?
¡Ajá! Este beso que das
nunca se desvanecerá.
Esto lo que dice la canción en español: