El Xantolo, palabra proveniente del náhuatl Xantolon, significa Fiesta de los Muertos o Fiesta de las Ánimas. Esta tradición, profundamente arraigada en la región Huasteca de México —que abarca Tamaulipas, Veracruz, San Luis Potosí, Hidalgo y parte de Querétaro—, tiene sus raíces en los rituales de los pueblos mexicas, toltecas y otomíes, quienes concebían la muerte como una etapa más del ciclo eterno de la vida.
 
	Para estas civilizaciones, la muerte representaba una transición del alma hacia otro plano espiritual, donde los difuntos regresaban cada año a convivir con sus familiares. Así nació una celebración que fusiona agradecimiento, memoria y vida, y que con el paso del tiempo se convirtió en una de las expresiones más auténticas de la identidad mexicana.
Xantolo no se prerpara en días, sino en meses
De acuerdo con Gloria Elvira Gutiérrez y Héctor Gabriel Maya, profesores del Tec de Monterrey, el Xantolo no se prepara en días, sino en meses.
“El ritual lleva meses de antelación, inicia en mayo, desde la engorda de animales, para que en el Día de Muertos se puedan ofrendar los platillos tradicionales”, explica Gutiérrez.
Durante el Xantolo, las familias preparan mole de guajolote, caldo de gallina y tamales, que se ofrecen en los altares junto con velas, música y danzas.
“Es una fiesta que refleja la unión de las comunidades. La devoción y el esmero con que esperan a sus muertos son emblemáticos”, añade la académica.
La historiadora también recuerda que este ciclo ritual no inicia el 1 de noviembre, sino que está conectado con otras fechas simbólicas:
- 2 de febrero, Día de la Candelaria, bendición de semillas.
- 3 de mayo, inicio del ciclo agrícola.
- octubre y noviembre, fin de la cosecha y llegada de las almas.
 
	Xantolo, Día de Muertos y Todos los Santos: ¿son lo mismo?
Aunque suelen confundirse, los historiadores y antropólogos coinciden en que el Xantolo no es igual al Día de Muertos ni a Todos los Santos.
- El Día de Muertos tiene raíz prehispánica: era una ceremonia pagana para honrar a los difuntos y celebrar el ciclo de la cosecha.
- Todos los Santos, en cambio, proviene de la tradición católica traída por los españoles, que honra a los mártires y santos de la Iglesia.
- El Xantolo representa la fusión de ambas cosmovisiones, un sincretismo cultural donde los rituales indígenas se mezclaron con la fe cristiana.
 
	La visión prehispánica: el viaje de las almas
El profesor Héctor Gabriel Maya detalla que el Xantolo retoma la idea ancestral del viaje del alma por el Mictlán, el inframundo mexica, gobernado por Mictecacíhuatl, la reina de los muertos.
“El alma debía recorrer un camino difícil antes de alcanzar el descanso eterno; el Xantolo rescata esa lucha en el tránsito hacia el más allá”, señala el académico.
El altar, el camino de flores de cempasúchil, la comida y el copal simbolizan ese trayecto espiritual.
“La comida no es adorno, es el vínculo con el alma del difunto. Quien hoy ofrece una ofrenda, mañana será recibido del mismo modo”, explica Maya.
 
	¿Cómo se celebra el Xantolo en la Huasteca?
El Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) describe al Xantolo como una celebración donde se unen las artes, la música y la danza para transmitir la cosmovisión indígena a las nuevas generaciones.
Las festividades comienzan a finales de junio con la siembra del cempasúchil, que adornará altares y tumbas.
- El 30 de octubre, conocido como “día de las flores”, las familias levantan arcos de caña de azúcar y decoran con manteles bordados, marcando el inicio de la fiesta.
- El 31 de octubre se dedica a los niños, o “angelitos”; se trazan caminos de pétalos para guiarlos hasta casa.
- El 1 de noviembre es el turno de los adultos, con altares que incluyen pan, tamales y chocolate, mientras que el 2 de noviembre se dedica a los fieles difuntos, con misas, música y danzas en los panteones.
- Finalmente, el 1 de diciembre, las comunidades “tumban los arcos”, dando por concluida la llamada Fiesta de las Ánimas.
 
	Xantolo una tradición que trasciende
El Xantolo es más que una celebración: es una lección de vida sobre la muerte, un recordatorio de que los lazos entre generaciones nunca se rompen. En cada altar, cada danza y cada flor de cempasúchil, la memoria se convierte en presencia y la muerte deja de ser ausencia.
Como afirma Gloria Gutiérrez, “los mexicanos hacemos de la muerte una festividad; eso nos distingue ante el mundo”.
 
	
Fuente: Tec de Monterrey Campus Hidalgo, entrevista a los profesores Gloria Elvira Gutiérrez y Héctor Gabriel Maya, Departamento de Ciencias Sociales y Humanidades. Secretaría de Cultura - Xantolo en la Huasteca Hidalguense. Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI).
 
	 
	