Con una visión emprendedora, integridad y sólidos valores éticos y sociales, el 5 de julio de 1960, el señor Domingo Alvarado Garza fundó en Monterrey, Nuevo León, Pinturas Doal, sin imaginar que seis décadas después se transformaría en una de las empresas más importante del país en el mercado de recubrimientos.
Pinturas Doal, 65 años después, no solo es un referente en su sector, sino también el corazón de un grupo empresarial conformado por cinco compañías especializadas con presencia nacional a través de dos plantas, 21 centros de distribución (Cedis), tiendas propias y una extensa red de distribuidores.
Historia de expansión, color y compromiso
Los primeros años de operación se enfocaron en perfeccionar los recubrimientos para madera, pero el espíritu inquieto de don Domingo, no tardó en empujar hacia la diversificación. Durante los años 60s y 70s, Pinturas Doal incursionó en acabados arquitectónicos, impermeabilizantes, productos industriales y de repintado automotriz. Fue también en esa etapa cuando se fortalecieron alianzas estratégicas al integrarse a la ANAFAPYT (Asociación Nacional de Fabricantes de Pinturas y Tintas), marcando un paso firme hacia la profesionalización y representación del sector.
En los años 80s, dio otro salto al unirse al Color Guild, lo que permitió ampliar su oferta a más de 1,320 colores, ofreciendo a sus clientes una nueva forma de expresarse a través del color. Así, migró a tener una cercanía con el cliente de una manera emocional que les ayudaría a transformar sus ideas en sus espacios personales.
Los años 90s y 2000 marcaron una etapa de consolidación interna para Grupo Doal junto con sus empresas hermanas Fortequim, Innova Recubrimientos, Indy y Speed Logistics.
Más que una cifra, Pinturas Doal celebra una historia construida entre todos: cada cliente, proveedor, colaborador y distribuidor ha aportado un trazo en el crecimiento de la empresa, orgullosamente mexicana.
Una empresa con rostro humano
Lo que más ha definido a la compañía en sus 65 años de historia no es solo su amplio catálogo de productos ni sus extensas cifras de cobertura: es su gente y sus colaboradores.
La empresa está hecha por hombres y mujeres que han dejado huella con su trabajo. Algunos con 20 y 30 años, hasta 40 de trayectoria, otros que apenas se integran y ya suman ideas, energía y talento.
Cada colaborador ha sido parte de esta historia. Desde quienes ayudaron a Domingo Alvarado a llenar las primeras latas de pintura hasta los que gestionan operaciones nacionales o desarrollan nuevos productos; todos han hecho posible que Pinturas Doal siga avanzando.
Por eso, en este aniversario, el agradecimiento es profundo: “a los que han estado, a los que están y a las nuevas generaciones que vendrán”, indica la empresa.
Más que pinturas: un detonador de emociones
Y es que Pinturas Doal no solo vende recubrimientos: ayuda a crear sueños e ilusiones llenos de color. Sus líneas están diseñadas para expertos en sus ramos como: pintores, carpinteros, herreros, aplicadores de impermeabilizantes y usuarios especializados que buscan rendimiento y durabilidad.
Detrás de cada producto hay un respaldo de calidad, pero también una misión emocional: ser el detonador de ideas y emociones a través del color.
El futuro se pinta con pasión
Aunque 65 años suenan a una vida completa, para Pinturas Doal el camino apenas comienza. El compromiso con la innovación, el desarrollo tecnológico, la expansión, la mejora continua, y el cuidado del medio ambiente, siguen firmes.
Con disciplina, lealtad, justicia, integridad, servicio e innovación como valores, guían al grupo y mantiene su visión de consolidarse como un referente nacional competitivo y moderno, liderado por personas comprometidas con la excelencia.
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