La violencia contra defensores del medio ambiente en Latinoamérica ha cobrado miles de vidas en la última década, para dar voz a esas historias silenciadas, un grupo de productores de Chile, Brasil y España desarrolla la serie documental animada ‘Las Almas de Escazú’ que busca representar los testimonios de familiares y comunidades sin exponerlos a represalias.
A diferencia del documental tradicional, la animación ofrece la posibilidad de mantener el realismo testimonial y, al mismo tiempo, resguardar identidades y explorar recursos creativos inspirados en el realismo mágico y el muralismo latinoamericano.
En entrevista exclusiva para MILENIO, la productora Marina Bigar de Brasil junto con el director y productor audiovisual, Nicholas Hooper H de Chile, compartieron la forma en la que este formato, les permite representar de manera muy creativa estos lamentables hechos, incluso para cubrir identidades de personas que cuentan testimonio.
El piloto
El primer episodio llamado ‘Los hombres verdes de Ventanas’ gira en torno a un caso emblemático de Chile: las exhumaciones de trabajadores de la refinería de Ventanas en 2010. Sus familias enfrentaron procesos traumáticos sin alcanzar justicia, en medio de obstáculos burocráticos y silencios institucionales. Para los realizadores, comenzar con esta historia significa visibilizar una herida común en la región y abrir camino a una temporada completa que recorrerá distintos países latinoamericanos.
En siguientes episodios de la serie, se centrarán seis defensores del medio ambiente que han muerto en América Latina, desde la costa chilena hasta el interior de Brasil, pasando por los ríos colombianos, las tierras hondureñas y guatemaltecas hasta llegar al bosque mexicano; que, a través de las voces de sus seres queridos, revela una herida común: la violencia contra quienes protegen la tierra.
Colaboración internacional
El proyecto se desarrolla con apoyo del Fondo Ibermedia Next, que fomenta la cooperación entre Europa y América Latina. La participación española aporta una mirada externa y la posibilidad de internacionalizar la serie, mientras que Brasil y Chile suman experiencia creativa y cercanía con las problemáticas ambientales.
Los productores destacan que el objetivo es construir un proyecto respetuoso y ético, incorporando voces locales en cada capítulo. En México, buscan alianzas con estudios de animación y productoras documentales que quieran sumarse a la iniciativa.
Más allá de la denuncia
Aunque los relatos parten de tragedias, los realizadores quieren transmitir también un mensaje de esperanza: mostrar a los familiares y comunidades que mantienen viva la memoria de quienes perdieron la vida. “No son números, ni murales anónimos, son personas con historias que merecen ser recordadas”, señalaron.
Impacto esperado
La serie busca convertirse en una herramienta de incidencia social y política, capaz de generar conversaciones sobre la violencia contra ambientalistas y de motivar acciones para frenar estas muertes. Con más de mil 500 casos registrados en la última década en Latinoamérica, los creadores reconocen que no podrán contar todas las historias, pero su meta es que cada capítulo sea un acto de memoria y resistencia.
SG