El obispo de la Diócesis de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, condenó las declaraciones del sacerdote Alfredo Gallegos Lara, conocido como el “Padre Pistolas”, quien en días recientes amenazó con golpear a la gobernadora de Guanajuato, Libia Dennise García Muñoz Ledo, y emitió expresiones ofensivas hacia su gobierno.
El líder religioso respaldó la postura de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), que manifestó su profunda preocupación y reprobación ante cualquier palabra o mensaje de un sacerdote o agente de pastoral que falte al respeto a la dignidad y al valor de las personas, especialmente cuando se trata de mujeres.
“No existe justificación alguna para el uso de expresiones violentas, despectivas o discriminatorias y que quienes servimos en la iglesia estamos llamados a reflejar con nuestras palabras y gestos el rostro compasivo de Cristo que siempre dignifica y nunca humilla. Los obispos en México reiteramos nuestro compromiso de seguir trabajando por una iglesia que escuche, acoja y defienda la dignidad de cada una de las personas”, afirmó el obispo.
Díaz Díaz destacó que el mensaje de la CEM busca reafirmar el compromiso de la Iglesia con la promoción de la dignidad humana y la construcción de una sociedad basada en el diálogo y la reconciliación.
El obispo aclaró que Alfredo Gallegos no pertenece a la Diócesis de Irapuato y que cualquier medida disciplinaria o proceso interno corresponde a las autoridades eclesiásticas de Morelia.
“Es un sacerdote que no pertenece a nuestra diócesis, ya sobre la situación del sacerdote pues corresponde a la diócesis de Morelia y a asumir la postura o medidas disciplinarias si es que hay que tomar alguna respecto al sacerdote”, señaló.
El prelado se refirió a la polémica por el proyecto del acueducto Solís, que ha generado inquietud entre comunidades rurales de la región. Dijo que el gobierno debe reforzar la comunicación con los campesinos para aclarar los alcances y posibles impactos del proyecto.
Díaz Díaz señaló que en años anteriores ya se habían limitado los derechos de riego en algunas zonas, por lo que ahora existe incertidumbre sobre las afectaciones que podría generar la obra.
“La situación sobre el agua de la presa Solís pues ha generado polémicas que se debe hacer más diálogo, más compartir más este proyecto y explicarlo mejor para que quite inquietudes sobre todo de campesinos que sí están preocupados de cómo van a ser y ahora los riesgos, si sobre todo en años pasados se limitó sus riesgos y se puso solo un riesgo”, concluyó.