Al noreste del Zócalo de la Ciudad de México, donde convergen Palacio Nacional y la Catedral Metropolitana, se encuentra el “Memorial del Legado de grandeza México-Tenochtitlan, 7 siglos”, que conmemora a través de varios pasajes, los 700 años de la fundación de dicha ciudad.
La estructura está compuesta por tres pasajes con láminas, un acueducto y un monolito en la parte superior, que edifican la migración de las tribus nahuatlacas -después mexicas- para la fundación de la ciudad, cada tlatoani -gobernador- que tuvo México-Tenochtitlan, así como 5 mujeres representativas del México antiguo y la réplica del Teocalli de la Guerra Sagrada, que reúne símbolos del poder mexica.

El memorial pesa una tonelada y media, y se encuentra ubicado sobre una trabe de la estación Zócalo del Metro de la Ciudad de México, donde su peso está repartido, para no generar ningún inconveniente y además está perfectamente alineado con la calzada de Iztapalapa, el Templo Mayor y llega hasta Tlatelolco en línea recta.
José Alfonso Suárez del Real y Aguilera, asesor político de la Coordinación de Comunicación Social de la Presidencia, explicó que el monumento simboliza que la capital del país “es una ciudad de canales” que está rodeada por agua, junto a símbolos de la cultura mexica “para recordar de dónde venimos”.

“Lo que nosotros arquitectónicamente quisimos reproducir aquí es uno, recordar que esta ciudad es una ciudad de canales, por eso hay un canal aquí. Dos que está rodeada por agua…Tomando en cuenta todas estas consideraciones, cuál es el legado de grandeza que nos dejaron estos pobladores fundadores de México-Tenochtitlán, se los digo de manera sintética el escudo nacional”, refirió en entrevista.

Primer pasaje: la migración a México-Tenochtotlán
El primer pasaje que se encuentra representado en la base del memorial es la peregrinación de las tribus nahuatlacas -después mexicas- para la fundación de México-Tenochtitlan.
En la lámina uno -de izquierda a derecha en el monumento-, grabada en piedra, se encuentra la representación de la salida de Aztlán, el lugar mítico de la cultura mexicana, para iniciar con la migración o mejor conocida como “peregrinación”, a través de Chimalma, portando un escudo y luego un bulto, que significa que podía ser gobernante en aquel entonces.
En una segunda lámina de ese mismo códice se ubica a todas las tribus nahuatlacas, así como sus huellas que representan su trayecto.
Posteriormente, se encuentra la representación de la división de dichas tribus y donde Huitzilopochtli le ordena a los aztecas dejarse de llamar aztecas, para asumir el nombre de mexicas.
“Ese es el momento más relevante de la separación en donde estos mexicas van a continuar la peregrinación. Aquí hay varios sacrificios que se hacen en honor de este designio de llamarse mexicas”, indicó Suárez del Real.
Cabe señalar que, en medio de la base, se encuentra la representación de un acueducto que sobresale de la estructura.
Las láminas prosiguen con la representación de la llegada de los “cuatro señores de la palabra o gobernantes” que eventualmente llegaron a la fundación de Tenochtitlan.

De acuerdo con el relato de Del Real y Aguilera, la lámina más representativa de este pasaje es la de Tula, que es el mismo municipio que conocemos hoy en día en el estado de Hidalgo, ya que dijo, ahí llegaron los mexicas, estuvieron 19 años y adquirieron “ todo el conocimiento, el saber, las técnicas de los antiguos toltecas, de Quetzalcóatl -que fue un personaje vivo, el último tlatoani de Tula- y se convierte en una deidad, a partir de ahí los mexicas van a asumir a este personaje como la deidad del viento y de la cultura y sabiduría”.

El pasaje continúa con la fundación de Tacuba, que en aquel entonces era conocido porque era “donde se juntaba el agua”.
Y por último, la llegada a Chapultepec, donde estuvieron por años y pensaron fundar Tenochtitlan, aunque sin éxito, porque fueron expulsados por los pobladores aledaños, para que después llegaran al lugar donde finalmente se fundó la ciudad.
Los tlatoanis, segundo pasaje
El segundo pasaje del memorial se compone por 11 láminas en representación de todos los tlatoanis que tuvo Tenochtitlan, con su respectivo nombre y traducción y para su acceso se adecuó en la estructura una rampa, para su mejor apreciación, al subir, también se encuentra una representación de un espejo de agua, a lo largo de su recorrido.
Desde Tenoch que es el fundador, con su traducción que es “tuna de piedra”. Mientras que en una siguiente lámina se encuentra el primer tlatoani, Acamapichtli, “es el que empuña la caña”.
Luego prosigue Huizilihuitl, “el colibrí”; Chimalpopoca, “el escudo humeante”; Itzcoatl, “serpiente de nubes”; Moctezuma Ilhuicamina o al que los españoles llamaron Moctezuma el viejo; con su sucesor, Axayácatl, “el de la caña de agua”; Tizoc, “el que hace sacrificio”; Ahuizotl, “el perro de las aguas”, con Moctezuma Xocoyotzin, que es quien se encuentra con Hernán Cortés; Cuitláhuac, “el guerrero de la noche victoriosa” y con el último tlatoani de México Tenochtitlan, Cuauhtémoc.

Tercer pasaje: 5 mujeres representantes del México Antiguo
El tercer pasaje es el de las cinco mujeres más representatividad del México antiguo, también con su nombre y traducción del mismo.
En primer lugar, está Chimalma, después Quetzalmoyotzin, que se considera la madre de los mexicas, al quedar embarazada por un mexica en lo que hoy es Iztapalapa.
En los glifos también se encuentra Atottotzin, que es la hija primogénita de Moctezuma primero, que fue Tlalcihuatl, es decir, fue gobernanta mientras su hermanito crecía y podía tomar hacerse cargo del gobierno del señorío
Y al frente del memorial está Tecuixpo, hija de Moctezuma Xocoyotzin, quien marcó la historia, ya que en su testamento por escrito da la libertad a un pueblo, por primera vez en la historia.
“La personaje más importante de la historia de el México de aquellos años, es Tecuixpo, la hija de Moctezuma Xocoyotzin, que fue casada con Cuitláhuac, luego con Cuauhtémoc, enviudó de ellos 2 y luego después Cortés la casó con Jaramillo y con Cano y le pusieron el nombre de Isabel de Moctezuma.
"Isabel en honor a la reina de Castilla y Moctezuma por su padre, e Isabel de Moctezuma, el 15 de julio en 1550, en su testamento, es el primer ser humano y por tanto mujer, en el mundo, que por escrito da la libertad a un pueblo en la historia universal y en América su primer encomienda, su primer deseo al morir, es que todas sus sirvientes, esclavos que hubiera ella y su marido en la parcialidad de Tlacopa, hoy Tacuba, fueran libres y disfrutaran de esa libertad, porque ella nunca los había considerado como esclavos, sino como iguales, eso es importantísimo, quien hace el primer escrito sobre la libertad de esclavos es Robespierre en 1793 de 1550 a 1793, o aquí en América Tupac Amaru de 1550 a 1754, o sea 150 años de diferencia en esto”, declaró Del Real.

Réplica del Teocalli de la Guerra Sagrada, la cúspide del memorial
En la cúspide del memorial, se encuentra el Teocalli de la Guerra Sagrada, una de las esculturas más emblemáticas de la cultura mexica y que, por cierto, cuya pieza original se encontró en 1926, cuando se estaba cimentando el cuarto piso de Palacio Nacional, en la esquina de Corregidora y Plaza de la Constitución.
En la parte de enfrente está compuesto por los 13 peldaños que llevan a la parte celestial, la base del islote y el submundo, que representaron los mexicas, con una atadura de años que está representada por un conejo, un punto y en la parte de arriba al centro el sol del movimiento, como el calendario azteca.
En la parte posterior del monolito se encuentra una representación del águila devorando una serpiente encima de un nopal, como en el escudo nacional.

HCM