En el corazón de San Luis Tehuiloyocan, junta auxiliar perteneciente al municipio de San Andrés Cholula, en el poniente de la Zona Metropolitana de la capital poblana, se encuentra un inmueble antiguo que, a lo largo de los años, ha evocado misterio y causado escalofrío no solo entre la gente de la comunidad, sino también entre cronistas, historiadores y turistas curiosos.
Se trata de “La casa de los signos rituales”, también conocida como “La misteriosa casa de San Luis” o “La casa del diablo”, aunque por petición de los pobladores se solicitó que únicamente se le llamara por su nombre original.
Una casa colonial con origen religioso
Esta vivienda fue edificada a mediados del siglo XVIII. Es de estilo barroco y, en sus inicios, fungió como el hogar de una familia del periodo colonial. Es decir, se trataba de una casa común, con un patio central de tierra donde había gallinas y borregos, mientras que el interior estaba habilitado para que sus habitantes pudieran vivir y dormir en ella.
Según el padre Ángel Paz y Puente —quien estuvo cuatro años como párroco de la comunidad—, es un tipo de construcción a la que los franciscanos llamaron “Casa de doctrina”.
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Una fachada sencilla que oculta un tesoro
Actualmente, por fuera parece una casa como cualquier otra. Tiene una puerta de madera que, al abrirse, deja ver un largo patio rectangular donde hay un pozo y, al fondo, una planta alargada sin divisiones, solo con ventanas. Es una casa sencilla que yace bajo la sombra de un árbol.
Sin embargo, lo que causa el asombro de los visitantes es un mural fuera de serie que abarca toda la fachada del inmueble y que, de acuerdo con Refugio Gallegos Torres, cronista del municipio e historiadora, está fechado en 1776.
Un mural único en su tipo
La especialista explica que el mural es único porque “es como si fuera un telón de teatro; la parte de arriba tiene glifos, así como simulando que se abriera y dejara ver diferentes acontecimientos. Hay una parte que está dedicada a toda la Pasión de Cristo: vamos a ver el manto de la Verónica, el saco de las monedas, el flagelo, la escalera, o sea, todos los elementos de la Pasión de Cristo que están en esa parte”.
Esto indica que era un hogar con profundas creencias católicas, pues las figuras del lado derecho aluden a la Pasión de Jesucristo. Se observa una corona de espinas, un soldado con características de romano, un saco de monedas y un gallo que recuerdan la traición de Judas Iscariote, además de un verdugo, instrumentos de azote, una columna, una lanza y clavos, que evocan los objetos con los que fue herido el cuerpo del Nazareno.
Como bien lo menciona Refugio, también está representado el Manto de la Verónica.
Oraciones en las vigas, no signos malignos
Incluso en el interior de la casa, al levantar la vista, se pueden observar vigas con la oración del Magníficat escrita en latín y al revés. El párroco Ángel Paz y Puente le contó a Refugio Gallegos que estas inscripciones fueron utilizadas por los franciscanos como un elemento pedagógico para evangelizar a la población.
La historiadora explicó a MILENIO que no están escritas al revés por una cuestión diabólica, sino porque posiblemente en el centro de la habitación había una fuente de agua y, en su reflejo, se podía leer la oración. Durante nuestra visita constatamos que esto es posible con la ayuda de un espejo o incluso con el celular al tomar fotografías.
Para quienes viven en San Luis Tehuiloyocan o San Andrés Cholula y conocen sus casas antiguas, se sabe que era común encontrar oraciones escritas en las vigas, siendo El Padre Nuestro una de las más frecuentes. No obstante, hoy en día, quien desconoce este contexto podría creer erróneamente que se trata de algo maligno.
Los elementos que alimentan el mito
De frente al mural, en el lado izquierdo, se puede apreciar —según el relato de Refugio— la ilustración de un Cabildo indígena en la parte inferior. Pero lo que más llama la atención, y por lo que algunos atribuyen misterio a la casa, es la representación de “un tlachiquero y los personajes polémicos: los dos monos, que están a la entrada de la puerta, con una actitud burlona y con el falo erecto, con los pelos erizados e incluso con sangre en el hocico”.
Algunos suponen que estas figuras celebran una misa negra, aunque no existe registro que lo confirme. Sin embargo, esta interpretación sí aparece en el libro “La extraña Casa de San Luis Tehuiloyocan, un caso de magia y religión”, del doctor José Antonio Terán Bonilla, uno de los primeros investigadores que conoció el inmueble.
Cabe señalar que la misa negra es una parodia de la ceremonia católica, generalmente realizada al aire libre y asociada al culto de Satanás.
El descubrimiento durante los años setenta
Mucho de lo que hoy se sabe de esta casa se debe a que, durante el mandato del gobernador Alfredo Toxqui Fernández de Lara (1975–1981), se impulsaron acciones de mejoramiento urbano y de centros históricos.
Refugio relata que, además de empedrados en juntas auxiliares y municipios, en San Luis Tehuiloyocan los pobladores abrieron la casa y se la mostraron al doctor José Antonio Terán Bonilla y a otras autoridades.
Fue entonces cuando se reconoció el valor de este inmueble y se dijo que podrían existir al menos otras tres casas con características similares.
Archivos sin rastro de la Inquisición
Refugio considera que sería valioso que la población compartiera fotografías de las otras casas que presuntamente existen en distintos barrios, ya que esto permitiría un análisis más completo de su significado y ayudaría a derrumbar muchos de los mitos actuales.
“Yo he revisado en el Archivo General de la Nación documentación acerca de la Santa Inquisición para ver si encontrábamos algo referente, pero a la fecha no he encontrado ningún material. Habría que revisar, a lo mejor, en el Archivo Parroquial; tendría que ser en el de Cholula, porque en ese momento, en 1776, San Luis Tehuiloyocan era parte de San Pedro Cholula y Santa María Tonantzintla”, expresa la cronista.
Años habitando la casa
Aunque no se sabe con exactitud quiénes habitaron la casa, existe una pista en la parte inferior izquierda del mural. Allí se encuentra un recuadro con la leyenda: “Pues fue concebida sin mancha Ave María llena eres de gracia 1776 año”, lo que da una idea de la época de construcción. Además, hay un escudo con un león rampante y dentro de él unas letras: DME, que quizá correspondan a las iniciales del nombre y apellidos de la familia que la habitó.
Con el paso del tiempo, el inmueble fue abandonado y posteriormente utilizado como oficina, kínder y espacio para bailes del pueblo. Durante el periodo del gobernador Guillermo Jiménez Morales, se negoció la compra del inmueble para convertirlo en el Museo de Arte Colonial Cholulteca.
En ese entonces, los propietarios eran don Andrés Soto Aca y la señora Lucía Cuateco de Aca. Tras concretarse el trámite, la casa recibió su primera restauración.
El sismo que marcó su historia
El sismo de magnitud 7.6 registrado el 15 de junio de 1999 provocó el desplome de la techumbre y dañó gravemente la estructura. Por desconocimiento, la gente retiró los escombros, los arrojó al pozo y sacó la viguería original, lo que resultó un grave error. “La gente se la llevó incluso para fuego de las tortillas”, recuerda Refugio.
Fue hasta 2001 cuando el gobierno municipal de San Andrés Cholula inició trabajos de restauración, los cuales concluyeron en 2002. Sin embargo, estos no fueron del todo adecuados, ya que no se utilizaron los materiales correctos y las vigas no se recuperaron.
El rescate definitivo
Entre 2004 y 2005, un grupo de promotores culturales impulsó un proyecto dentro del Programa para el Desarrollo Cultural Municipal (PDCM).
Refugio participó activamente y relata: “En 2004 tuve la invitación; yo era en ese entonces directora de Cultura del municipio de San Andrés Cholula. Hubo la intención del gobierno del estado de invitarnos a participar en un programa federal de culturas municipales, donde se evaluaban proyectos. Como municipio metimos esta casa para su rescate y también un libro sobre la historia de San Andrés”.
Con un presupuesto de 300 mil pesos, se realizaron trabajos intensivos durante tres meses. Se colocaron las vigas originales —aunque algunas incompletas—, se limpiaron los escombros del pozo y se comprobó que no había diamantes ni serpientes, como decían las versiones locales. El pozo quedó habilitado y hoy se utiliza para el mantenimiento de los baños.
El mural, que presentaba burbujas de aire y riesgo de desprendimiento, fue restaurado con materiales originales, lo que ha permitido su conservación pese a estar a la intemperie.
De casa misteriosa a biblioteca pública
Una vez concluido el proyecto, en febrero, La casa de los signos rituales cambió de administración y quedó a cargo de un Comité de Cultura. Por determinación del Cabildo de San Andrés Cholula, el inmueble fue destinado a funcionar como biblioteca pública.
Desde entonces, la población puede acudir a consultar libros, tomar talleres y recibir clases. El acervo se ha incrementado gracias a donaciones, y actualmente alberga títulos que van desde Don Quijote de la Mancha hasta libros de Derecho, Ciencia y Matemáticas.
Un misterio que sigue vivo
La última restauración del inmueble se realizó durante el periodo en que Sergio Vergara Berdejo fue titular de la Secretaría de Cultura del estado, en 2020. Actualmente, la casa depende del Gobierno del Estado de Puebla, aunque es custodiada por el municipio y la junta auxiliar.
La gente le tiene cariño al espacio, pues sus hijos pueden pasar tiempo leyendo y aprendiendo. No perciben malas vibras; incluso el astrólogo Diego Gaona, conocido como El Mil Amores o El Brujo de Cholula, visitó el lugar y aseguró no sentir nada negativo.
Sigue siendo un misterio el motivo por el cual se decidió colocar un mural de este tipo en una casa colonial. Basta pararse frente a ella para intuir que hubo una razón poderosa.
Contemplar el mural bajo el árbol del patio, al aire libre, y fotografiar cada figura es una experiencia que invita a reflexionar sobre su origen y las múltiples historias que giran en torno a esta casa, digna de admiración y capaz de asombrar a quien la visite.
AAC
