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  • "México puede alcanzar las estrellas"; un jalisciense de 24 años manda un invento al espacio de la mano de la NASA

Estudiante de la UDG crea escudo contra radiación cósmica avalado por la NASA

Aunque su historia ya es extraordinaria, José Armando no se detiene. Actualmente participa en otro concurso internacional

A sus 24 años, el jalisciense Armando Becerra Hernández ya cuenta con un proyecto que la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, de Estados Unidos, por sus siglas en inglés), en colaboración con la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial  (JAXA), lanzó al espacio el 20 de octubre. Su desarrollo podría cambiar la historia de los trajes espaciales que usan los astronautas.

Armando es originario de Tlaquepaque, Jalisco. Desde pequeño su anhelo era estar cerca del cielo, ya fuera como piloto aviador o astronauta. Recuerda que su inspiración más grande nació el día que acudió con su papá al cine para ver la película Interestelar, estrenada en 2014.

“Cuando era niño, nadie a mi alrededor hablaba de ciencia o del espacio. Yo creía que esas cosas solo pasaban en las películas, que eran sueños lejanos, reservados para los estadounidenses o los europeos. Hubo una película que es "Interestelar", mi papá me llevó a verla. Yo tenía como diez años y ya desde ahí, al ver que los astronautas iban incluso a otros planetas saliendo de la Tierra, siempre tuve esa curiosidad. Es algo que quería vivir desde chico; pensaba: no me gustaría crecer, incluso morir sin haber ido al espacio o sin haber salido del planeta Tierra”, cuenta.

"Si otros pueden, yo también puedo llegar a la NASA"

Durante la secundaria reforzó su deseo por conocer el universo, sobre todo cuando hojeaba los viejos atlas de astronomía que tenía en casa. Con el tiempo, esa curiosidad se transformó en una vocación sólida: la ciencia sería su camino, su propósito y su forma de vida.

En la preparatoria escuchó por primera vez acerca de un programa que permitía a estudiantes de todo el mundo realizar estancias académicas en las instalaciones de la NASA. Esa idea se quedó guardada hasta llegar a la universidad, cuando decidió aplicar.

“Fue entonces cuando me dije: si otros pueden hacerlo, yo también puedo. Empecé a ver que la educación aquí en México se basaba en los mismos libros que en Estados Unidos o Europa. Entonces decía: si ellos pueden ir a la NASA, yo también puedo. Me dio mucho ánimo que mi círculo lo viera en mí, ese apoyo de ‘eres inteligente, tú puedes’. Considero muy importante tener un entorno que siempre te aliente, porque puede ser complicado estudiar sin tener ese impulso”, asegura con convicción.

Su vida universitaria estuvo marcada por la disciplina y la curiosidad. A diferencia de muchos jóvenes, José Armando encontraba placer en los laboratorios, los cálculos matemáticos y las ecuaciones de física. Pero más allá de los números, lo movía la idea de entender el funcionamiento del mundo, de desentrañar los misterios del cosmos y, sobre todo, de contribuir a que la ciencia en México no fuera una promesa lejana.

“En la universidad conocí a dos profesores, el profesor Miguel Blancas y el doctor Hugo, que me ayudaron a trabajar con ellos. Me dieron confianza, vieron cómo me desarrollaba en clase y me abrieron las puertas de los laboratorios. Hasta la fecha puedo acudir a ellos para cualquier asesoría o apoyo. Los proyectos que desarrollo actualmente siguen siendo en colaboración con ellos. Considero fundamental tener siempre esa figura académica que te respalde”, dice.

Armando, originario de Tlaquepaque, busca contribuir a que la ciencia en México no fuera una promesa lejana
Su vida universitaria estuvo marcada por la disciplina y la curiosidad (Foto: Cortesía)

¿Cuál fue el proyecto que lo llevó a la NASA?

El paso decisivo llegó cuando aplicó al International Air and Space Program (IASP), una convocatoria internacional en la que cientos de estudiantes del mundo presentan proyectos para resolver problemas reales de la exploración espacial.

Su propuesta fue ambiciosa: diseñar un escudo protector contra la radiación cósmica, una de las principales amenazas que enfrentan los astronautas fuera de la atmósfera terrestre.

“Cuando los astronautas abandonan la Tierra, pierden la protección natural que brinda el campo magnético. Eso los deja expuestos a la radiación solar y cósmica, lo cual representa un grave riesgo para su salud”, explica el joven científico. “El reto era crear un material capaz de protegerlos, pero que al mismo tiempo fuera ligero”.

Su solución fue tan ingeniosa como eficaz: estructuras de cemento incrustadas en un polímero ultraligero, capaces de ofrecer la misma protección que los escudos convencionales, pero con una fracción del peso. El jurado del programa quedó impresionado.

Aunque su equipo no obtuvo el primer lugar, consiguió el tercer puesto a nivel mundial y, lo más importante, el interés de la empresa E-Cyrus, colaboradora de la NASA, que decidió financiar y lanzar su material al espacio.

“Las naves necesitan tener un escudo que las proteja de la radiación. Si los hay, el problema es que son muy pesados y lanzar material al espacio suele ser muy caro. Un kilo de materia cuesta decenas de miles de dólares. Entonces necesitan escudos que cumplan la misma función, pero mucho más livianos. Nosotros obtuvimos estructuras de cemento incrustadas en un polímero más ligero. Aunque no ganamos el primer lugar, logramos una alianza con la empresa E-Cyrus, que trabaja en colaboración con la NASA y se encargará de lanzar nuestro producto al espacio”, explicó.
Armando, originario de Tlaquepaque, busca contribuir a que la ciencia en México no fuera una promesa lejana
Su propuesta fue ambiciosa: diseñar un escudo protector contra la radiación cósmica (Foto: Cortesía)

El lanzamiento se programó para el pasado 20 de octubre, alrededor de las 8 de la noche (hora del centro de México). 

“Saber que algo en lo que trabajé con mis manos va a salir del planeta es algo que todavía estoy asimilando”, confiesa. “No ganamos el primer lugar, pero el hecho de que nuestro proyecto se materialice y llegue al espacio es un sueño cumplido”.

De estudiante a maestro: inspirar desde el aula

La vida de José Armando cambió por completo. La Universidad de Guadalajara organizó ruedas de prensa, los medios locales contaron su historia y su rostro apareció en noticieros, periódicos y redes sociales.

La fama, sin embargo, no lo distrajo; la aprovechó para seguir difundiendo la ciencia. Poco después recibió la oportunidad de impartir clases de química en el Colegio Nueva Galicia Revolución, una institución que lo acogió con entusiasmo.

“Al principio fue raro, porque mis alumnos tienen entre 16 y 18 años, y yo apenas unos años más. Algunos incluso me confundían con un compañero”, recuerda entre risas. “Pero el respeto se gana con trabajo. Cuando supieron de mis proyectos y entendieron que lo que les enseñaba tenía una aplicación real, me vieron de otra manera”.

Hoy, sus alumnos lo ven como una figura inspiradora. Le piden fotos, autógrafos y lo bombardean con preguntas sobre el espacio: si existen los alienígenas, cómo se entrena un astronauta o qué secretos guarda la NASA. “Me llena de orgullo verlos tan interesados. Pienso que si yo hubiera tenido un maestro que hubiera estado en la NASA, también habría sentido lo mismo”, dice.

¿Cuál fue la clave del éxito de José Armando?

Reconoce que el respaldo de su familia fue determinante. “Mi papá siempre me dijo que, si yo quería ser piloto o ingeniero, me apoyaría. Y así fue. Hoy tiene en su WhatsApp una foto mía en la NASA, y cada vez que puede la presume”, cuenta entre risas. “Mi mamá todavía no asimila todo lo que pasó, pero sé que está muy orgullosa”.

Aunque su historia ya es extraordinaria, José Armando no se detiene. Actualmente participa en otro concurso internacional organizado por la empresa Space Hero, que podría llevarlo a recibir entrenamiento de astronauta en Houston, Texas.

La primera fase se basa en votaciones públicas a través de redes sociales y, si logra avanzar, podría convertirse en uno de los finalistas que participen en un vuelo suborbital el próximo año.

“Más allá del resultado, lo que me emociona es saber que cada paso me acerca un poco más al sueño que tuve desde niño: salir del planeta”, dice. Pero, a diferencia de muchos jóvenes que buscan establecerse en el extranjero, su visión es distinta: quiere regresar a México.

“Me gustaría irme para aprender, pero regresar para aportar. Nuestro país necesita integrarse en la nueva era espacial. No podemos quedarnos atrás”.

Armando, originario de Tlaquepaque, busca contribuir a que la ciencia en México no fuera una promesa lejana
Aunque su historia ya es extraordinaria, José Armando no se detiene (Foto: Cortesía)

La ciencia como forma de vida

Cuando habla de su futuro, José Armando no duda: la ciencia es su vida. Pero no la ve como una élite reservada para unos cuantos, sino como un lenguaje universal.

“Ahora sí que, por así decirlo, estoy estudiando una maestría en ciencia, que básicamente es mi vida entera. Pero más que algo mío, siento que la ciencia es algo que se tiene que transmitir. No simplemente es estudiar, hacer artículos, investigaciones o lanzar cosas al espacio; debe acercarse a todo el mundo. Que cualquier estudiante, mi abuelita, mi tío, la señora que vende tacos, todos puedan entenderla. Debemos dejar atrás el estereotipo de que la ciencia es solo para genios; debe ser accesible para cualquier persona”, afirma con convicción.

Su mirada, joven pero firme, refleja la pasión de quien cree que el conocimiento puede cambiar realidades. En su laboratorio o en el aula, José Armando transmite lo mismo: curiosidad, disciplina y esperanza.

“No creo que mi historia sea extraordinaria”, insiste. “Solo tuve una idea, creí en ella y trabajé hasta hacerla realidad. Si más jóvenes se atreven a hacerlo, estoy seguro de que México puede alcanzar las estrellas”.

Un mensaje para los jóvenes

“A los jóvenes les diría que no se limiten, que sueñen en grande y que no se rindan, aunque todo parezca imposible. Y a los padres, que escuchen a sus hijos, que los acompañen. Si un niño tiene un sueño y alguien le dice ‘tú puedes hacerlo’, ese sueño puede llegar tan lejos como el espacio”.

OV

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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