Armado con brocha y pintura llegó Martín Esteban al panteón San Jorge, ubicado al poniente del municipio de Monterrey, para rendirle un homenaje a su papá, quien siempre fue aficionado de los Tigres.
Y es que en este fin de semana de fiesta en los camposantos, la tumba de don Esteban Olivares se engalanó con los colores azul y amarillo, que era el equipo que tenía tatuado en su corazón.
Desde temprana hora, Martín Esteban, de 62 años, llegó al panteón municipal San Jorge para recordar a su papá en este Día de Muertos y de paso pintar su tumba, como una forma de hacerlo feliz, aunque ya no esté presencialmente, pues dice, es una forma de celebrar este día y sentirlo cerca.
“Mucha gente no quiere venir a los panteones, pues dicen ya se murió, pero lo que no saben que por ellos estamos aquí y al acudir al panteón es rendirle un tributo a lo que nuestros seres queridos nos dieron en vida”, dijo Martín, uno de los nueve hijos de don Esteban.
Miles de familias se dieron cita durante sábado y domingo en los panteones del estado para limpiar tumbas, llevar ofrendas y recordar a sus familiares que ya no están.
Y aunque desde el 18 del mes 8 (agosto), del 2018, la visión del 8 cambió para Martín y su familia, pues fue cuando su padre pasó a mejor vida, reconocen que solo les queda agradecer que les permitió convivir con su papá durante 78 años por todo lo que el amor que les ofreció.
mrg