El accidente ocurrido el pasado jueves en la carretera León-Salamanca, acabó con el tan anhelado sueño americano de los hermanos Miguel y Luis Gabino Rodríguez Colorado, dos de los 10 jornaleros que perdieron su vida ante una imprudencia de un operador de acuerdo con familiares.
Originarios de la comunidad de San Antonio de Corrales en Comonfort, los dos ya tenían 5 años juntando dinero para cruzar al 'otro lado', en el cual a mediados del año entrante ya partirían, teniendo como siguiente objetivo construir sus propias casas en su comunidad y apoyar a su mamá económicamente.
Luis Gabino fallecio a los 18 años y Miguel a los 17 años, en el que su tía María Colorado, expresó su profunda tristeza, enfatizando que su partida deja un gran vacío en la familia, el cual, ahora sólo queda acostumbrarse a ello.
"Ellos eran muy jóvenes, pero les gustaba trabajar y comprarse sus cosas, tenían muchas metas, Miguelito y su hermano se querían ir para los Estados Unidos, comprar un terreno y hacer su casa, eran muy jóvenes, pero tenían sus metas y sueños, pero al fin y al cabo ya no se pudo", dijo mientras sollozaba.
Ella, se queda con sus alegrías, bromas y lo solidarios que eran, argumentando que si bien no tenían hijos, sí tenían dos hermanos pequeños, uno de 4 años y el otro de 6 años, que también los embarga la tristeza, ya que desde el jueves en la noche que se les dio la noticia, no han dejado de llorar.
Agregó que su mamá y su papá siempre fueron su prioridad, por ende trataban en lo mayor de lo posible darles un apoyo económico cada semana, también dependiendo si había buenas jornadas de trabajo en el campo, sin embargo se esforzaban para sacar lo justo, tanto para ella, como para su papá.
"Con su papá se iban desde chicos al campo, a los 12, y con sus tíos y siempre que se iban, nunca sabíamos si iban a regresar", puntualizó.
Miguel y Gabino eran unos galopantes aficionados a los caballos, aprendiendo de su padre a sus 3 años y que participaban con él en cabalgatas, como la de Cristo Rey, no obstante, el que era más apasionado, era Gabino, el cual dejó a sus dos yeguas, "La Negra" y "La Colorada" quienes siguen esperando a su regreso, destacando que posiblemente sean vendidas, ya que nadie más de la familia sabe montar.
"Le gustaban todas las cabalgatas desde los 3 años, le compraron una yegua, y desde chiquito empezó, llegaba de trabajar y se iba a cabalgar, corría yeguas, participaba en carrera de caballos en la comunidad", indicó.
Isaac Olivares, líder de la Cabalgata San Antonio de Corrales, compartió que los recuerda con mucho cariño, pues no faltaban a la caminata cada 4 de enero a Cristo Rey y a San Martín de Terreros el último sábado de octubre.
"Ellos nos ayudaban a cargar los estandartes, buenos compañeros, siempre nos acompañaban en las cabalgatas, eran unos charros, eran amigos sinceros, era la juventud del mañana, eran quienes iban a seguir esta tradición de la cabalgata", refirió.
A Miguel también le gustaban las motocicletas y se había comprado una, hace un mes, el cual también ahorró para ello, y ahora, también ésta se queda arrumbada en el patio.
"Miguel tenía otros gustos, le gustaban las motos, tenía una moto pequeña, que apenas el mes pasado había comprado una grande, para eso trabajaba, les gustaba trabajar y comprarse sus cosas", aseveró su tía.
Explicó que ya tenían dos semanas yendo a Romita para la cosecha de cebolla, pues les gustaba estar cerca del campo.
Ante esto, su sueño de ir a los Estados Unidos para poder construir su propia casa no se concretó, no obstante, su tía afirma, que ellos ya están en una gran mansión allá arriba, junto con sus abuelos.